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Luka Doncic, una estrella demasiado solitaria

El base esloveno está brillando con luz propia en el arranque de la NBA, pero sus guarismos no se traducen en victorias y las críticas arrecian contra su individualismo

Luka Doncic, una estrella demasiado solitaria

El base esloveno Luka Doncic, en un partido del pasado fin de semana con Dallas. | Chris Young (EP)

La mayor estrella solitaria de Texas no está en su bandera, sino en un equipo de baloncesto de Dallas. Durante los dos últimos años, Luka Doncic ha comenzado el curso NBA como uno de los mayores favoritos al MVP, el codiciado premio individual que se entrega al mejor jugador de la liga. Unas expectativas que no se alcanzaron el año pasado pero que se están cumpliendo con creces en este arranque de temporada: tras 20 partidos, el esloveno promedia 33,5 puntos, 8,8 rebotes y 8,6 asistencias, con una excelente media del 50% de acierto en tiros de campo.

Estos guarismos espectaculares no acaban, sin embargo, de traducirse en demasiados triunfos para su equipo, los Dallas Mavericks: con 10 victorias y 10 derrotas, el equipo tejano es noveno del Oeste, en una de las últimas plazas que da un acceso potencial a los play-off. La situación empieza a ser algo tensa en el combinado que entrena Jason Kidd, que está probando todo tipo de quintetos para intentar resolver la inconsistencia de su equipo e incluso acaba de incorporar como recurso de última hora a Kemba Walker, un jugador que hasta hace una semana estaba fuera de la liga por sus problemas físicos.

El de Kemba es, eso sí, uno de los últimos intentos del equipo tejano para tratar de convertir y traducir las habilidades de su estrella en un equipo ganador. Los Dallas Mavericks llevan tiempo probando diferentes fórmulas que han tenido resultados mixtos: de Dennis Smith Jr. a Kristaps Porzingis hasta llegar a Spencer Dinwiddie y Christian Wood, los tejanos todavía siguen buscando los complementos adecuados para sacar el máximo potencial de Doncic y, sobre todo, hacer posible que sus estadísticas y tiros imposibles se cuenten por victorias en el casillero.

Giannis Antetokounmpo y Luka Doncic, elegidos 'MVP' y 'Rookie' del año en la NBA
Luka Doncic, en un partido de Dallas de la temporada pasa. | David Zalubowski (AP)

Y es que el problema principal de los tejanos parece ser la falta de un escudero fiable. Y lo peor es que lo tenían: el base suplente de Doncic el año pasado, Jalen Brunson, cumplía con creces el papel de segunda estrella y fue clave en el buen hacer de los Mavericks en playoffs, cuando llegaron a la final de la Conferencia Oeste. Pero su decisión de no renovar con ellos y poner rumbo a Nueva York dejó a la franquicia en una posición complicada y sin margen de maniobra. Y es que al tratarse de un agente libre, Brunson se fue sin que Dallas pudiera recibir nada a cambio, por lo que el potencial espacio salarial que debería haber ocupado despareció, y con él las posibilidades de añadir talento a través del mercado.

Uno de los principales motivos que alegaron tanto de forma explícita los principales analistas deportivos estadounidenses como de manera velada el propio Brunson para explicar esta espantada fue que el base estadounidense buscaba crecer lejos de la alargada sombra de Doncic. La explicación resume a la perfección la paradoja de los Mavs: necesitan un complemento para el esloveno, pero ningún jugador de calidad parece querer jugar con una estrella que absorbe tanto balón y protagonismo en el juego ofensivo del equipo. Es decir, que los motivos que convierten al esloveno en claro candidato al MVP pueden ser los mismos que explican la mediocre marcha de su equipo. 

Acaparador de balón

Ya hemos dejado claro que el nivel de Luka Doncic es difícilmente mejorable a pesar de las circunstancias, ya que está asumiendo algo más del 37% de las posesiones ofensivas del equipo, un dato que, de terminar ya la temporada, sería el décimo más alto de la historia. Y, si bien no hay duda de que Luka puede llevar a su equipo a la victoria contra cualquier oponente, el estilo de juego heliocéntrico de los Mavericks, con un planteamiento que gira por completo en torno a él plantea muchos problemas.

Para Charles Barkley, estrella de la NBA en los 90 y actual analista deportivo en el canal TNT, las razones son evidentes. «Luka tiene que aprender a jugar sin balón. Los Mavericks no pueden ganar incluso si es un gran jugador, tiene que aprender a jugar sin el balón, rendir más y empoderar a sus compañeros para que no esperen que sea él el que lo haga todo. Nunca van a ganar un campeonato de la forma en que juegan ahora porque es todo Luka, todo el tiempo«, aseguró el exjugador este pasado fin de semana.

Pero, en defensa de Doncic, también es necesario señalar que muchos de sus compañeros han comenzado la temporada de manera nefasta, sobre todo en cuanto a acierto de tiro se refiere. El especialista en triples Reggie Bullock se ha convertido literalmente en uno de los peores tiradores de la temporada 2022-2023, acertando solo el 30% de sus tiros, con el otro ‘triplista’ del equipo, Tim Hardaway Jr., con un no mucho mejor 31,1% de precisión. Y, para colmo de males, otros titulares habituales como Maxi Kleber y Dorian Finney-Smith también están luchando para generar una ofensiva sostenible.

El ataque de Dallas se ha construido en torno a los tiros de tres puntos durante años, con el equipo terminando constantemente entre los 10 últimos en bandejas y mates -los tiros estadísticamente más fiables- desde que llegó Doncic. Pero esta temporada, el enfoque de adentro hacia afuera del equipo ha sido algo más cercano a un ataque de afuera hacia afuera. Dallas tiene el segundo porcentaje más bajo de la liga de intentos de 2 puntos, con solo el 52.5 % de sus tiros dentro de la zona. Una forma de jugar que, si no incluye un acierto aceptable por parte de tus supuestos tiradores, simplemente no funciona.

La temporada de la NBA es una maratón, no una carrera de velocidad, por lo que aún queda mucho tiempo. Pero aunque Doncic finalmente ha salido de la parrilla de salida sin tropezar y, por primera vez en su joven carrera, podría llevarse a casa el MVP que muchos han pronosticado, si el equipo no corrige el rumbo, sus guarismos podrían quedarse en meras bonitas estadísticas. 

¿Qué hacer?

Durante años, los Dallas Mavericks han intentado construir un sistema sostenible de lanzadores y defensores en torno a Luka Doncic, siendo la visita de la temporada pasada a las Finales de la Conferencia Oeste la cúspide de estos años del esloveno en Texas. Pero si la actual situación no mejora, y teniendo en cuenta que el éxito en la NBA solo se mide en campeonatos, la franquicia tejana no tiene tampoco demasiadas opciones.

Deshacerse de los contratos actuales de sus jugadores más mayores no va a ser fácil, ya que a Hardaway Jr todavía le quedan dos años por valor de 17,9 millones de dólares y 16,2 millones, respectivamente. Además, a Kleber le quedan tres años, todos a 11 millones por año, y a Davis Bertans le queda un año por valor de 17 millones, y luego otro que está parcialmente garantizado a 5 millones. Además, desafortunadamente para Dallas, uno de los pocos jugadores que sí está aportando, Christian Wood, es un agente libre sin restricciones el próximo verano, lo que significa que puede dejarlos directamente al igual que hizo Brunson. 

Es decir, los Mavericks tienen varias piezas que resultan difíciles de mover, jugadores productivos que pueden irse en un futuro cercano y lo que es peor, le deben a los Knicks su selección de primera ronda de 2023. Sin embargo, este pick del draft está protegido Top 10, es decir, que si el equipo tejano acabara lo suficientemente mal la temporada y pudiera elegir entre los diez primeros, no tendría que entregarle su ronda a los neoyorquinos. Y esa podría ser, de hecho, la clave para resolver todo este rompecabezas.

Con los Mavericks ya bastante abajo en la clasificación, puede tener todo el sentido del mundo cavar más profundo, con el objetivo de terminar con un récord tan pobre que no tengas que entregar tu pick. Una ‘carrera por ser el último’ que, de hacerse, les daría una importante inyección de talento en la forma de un jugador joven de calidad y bajo contrato durante años. Para ello, deberían primero deshacerse de sus jugadores más decentes -sin contar por supuesto a Doncic- y pasar de ser mediocres a ser simplemente malos. 

Luka Doncic, durante las semifinales de la Conferencia Oeste del año pasado. | Europa Press

Por supuesto, debe mencionarse que dicho plan va directamente en contra de la reciente firma de Kemba Walker, y en contra de cómo operan tanto Kidd como los Mavericks. En todas sus declaraciones públicas, el dueño del equipo, Mark Cuban, siempre afirma que Doncic es uno de los mejores jugadores de la liga y que por tanto él está comprometido con la creación de un entorno competitivo a su alrededor, lo que hace que el conocido como tanking -confeccionar una plantilla pobre para tener opción de elegir uno de los mejores jugadores jóvenes el año que viene- sea una opción poco atractiva para ellos.

Sin embargo, no debería serlo. Claramente han agotado el uso de sus actuales jugadores de rol veteranos, y no está funcionando. Probar algo nuevo y posiblemente encontrar en el draft a un compañero a largo plazo para Doncic podría ser la salida que los Mavs buscan. Sobre todo si consiguen hacerse con el codiciado número 1 del draft, donde podría esperarles el francés Victor Wembanyama, un monstruo con físico de pivot y tiro de escolta que tiene a media NBA babeando como se no recordaba desde Lebron James.

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