Quedan cinco carreras y Fernando Alonso está solo contra su exequipo, McLaren
En Aston Martin afirman que no van a bajar los brazos, pero la cabalgada de los de naranja parece difícil de combatir
Es su sino. De manera tradicional, y sobre todo en la segunda mitad de las temporadas, Fernando Alonso se echa el equipo a la espalda y tiene que pelear casi en solitario contra lo que le echen. Suele crecerse ante la adversidad, su espalda se ensancha si hay victorias y títulos en su punto de mira, aunque parece que esta no es la situación. Sin embargo, sí que tiene algo por lo que pelear: la honrilla de no dejarse coger por su dos veces antiguo equipo, McLaren.
Casi parece que fue en otra temporada cuando el bicampeón parecía ser el llamado a arrebatar alguna victoria a los implacables Red Bull. Durante el primer tercio de la temporada, el Aston Martin número 14, brillaba como pocos. Su equipo llenó de ilusión a sus seguidores, sorprendió a observadores, y agitó un mundial que parecía destinado de manera inevitable a acabar en manos de Red Bull. Pero ese tiempo pasó, y ha mutado a una situación que pocos esperaban. En la Fórmula 1 las cosas suelen cambiar muy deprisa, y los de verde parecen estancados, mientras que los contrincantes a los que miraba por el retrovisor los dejan ahora atrás con facilidad.
La aportación de Alonso a su equipo es indiscutible, y aunque él vaya relativamente bien, en un cómodo cuarto puesto, lo de su equipo es otra cosa. Tras vivir un tiempo en la segunda plaza, Mercedes con los mismos motores, y Ferrari con un coche muy mejorado, ya dieron buena cuenta de los Aston. El peligro llega ahora en forma de misil naranja, y Alonso está solo, muy solo.
Compañero renqueón
A la Fórmula 1 no suelen llegar malos corredores, pero sí que hay diferencias entre ellos, tengan el coche que tengan. A los habitantes de la cúspide de este deporte se les puede clasificar en tres categorías, de acuerdo con su grado de eficiencia. Los realmente buenos pilotos, los llamados a ganar carreras y pelear por títulos, suelen ser constantes. El desenvolvimiento de los pertenecientes a la clase media está un escalón por debajo, son más irregulares, y suelen pasar por altibajos. Los menos dotados son los que vuelven locos a los ingenieros. Sus prestaciones no son una referencia 100% fiable, tienden a ocupar plaza en los equipos más humildes, su pelea es por llegar a la zona de puntos, y es frecuente que cuenten con el apoyo de marcas y patrocinadores de corte personal.
Lance Stroll no es para nada un mal piloto, pero sin pertenecer al último grupo, tampoco es de los primeros. De manera habitual suele cumplir, se sabe de él que es muy trabajador, serio en su comportamiento profesional, y en alguna ocasión hasta han sorprendido sus resultados. De manera nada imprevista, este año está siendo arrasado por su compañero asturiano, un menú de seis platos que se le atraganta cada fin de semana. Esto es normal; con la excepción de Lewis Hamilton, con el que empató a puntos en 2007, Alonso ha vencido, cuando no humillado, a prácticamente todos sus compañeros.
Tarso Marques, Alex Yoong, Giancarlo Fisichella, Jarno Trulli, Nelson Piquet Jr, Romain Grosjean, Felipe Massa, Kimi Raikkonen, Jacques Villeneuve y Stoffel Vandoorne han sucumbido ante sus volantazos. Jenson Button sumó más puntos que Fernando en el aciago 2015 de motor Honda. Aquel año fue tan malo a nivel mecánico que entre los dos conductores de aquel desastre rodante sumaron 27 puntos, 354 menos que el campeón —Lewis Hamilton—; catorce veces menos, veintiocho si no hacemos la media.
Esteban Ocon, aguantó el tipo durante las primeras pruebas de su reingreso en la categoría en 2021, para acabar siendo dejado atrás. El galo de nombre español 2022 quedó por delante en la clasificación final de 2022, tal y como reflejan los datos numéricos. Lo que no refleja es que los resultados del ovetense fueron devorados por el triple de averías y abandonos, porque siempre estuvo por delante sábados y domingos. El resultado es tan real y cierto como engañoso desde el punto de vista del rendimiento.
Buen compañero, poco rival
Lance Stroll, hijo del Lawrence Stroll que es propietario de la escudería, lleva cinco carreras consecutivas sin recaudar un solo punto. Stroll ha protagonizado un año malo, más que una mala temporada. Estrenó el calendario con un accidente de bicicleta en Mijas, Málaga, durante sus entrenamientos físicos invernales. Con una operación de muñeca de por medio se perdió los test de pretemporada en Bahrein, pero no faltó a la primera cita. Antes pasó por el simulador y muchos pensaron que tenía que haber prolongado su periodo de recuperación. Bien por su afán y capacidad de sacrificio, pero hay quien cree que debería haberse quedado en casa un poco más de tiempo. Su fortísimo accidentes en la clasificatoria de Singapur y el estado en que se bajó de su coche en la prueba de Qatar indican que esta temporada no será de las que recuerde con cariño, por poner un par de ejemplos. Que su compañero acumule 183 puntos por 47 del canadiense, casi cuatro veces más, es otra pista.
Esto está lastrando en sobremanera el avance del equipo verde en la clasificación de constructores, y deja a Alonso como la única fuente de puntos. A cinco carreras de acabar el calendario, Aston Martin se sitúa en cuarto puesto en la tabla de constructores, y acumula 230 puntos. Dar caza a Ferrari, terceros con 298 se antoja complicado, y sus desvelos se van a concentrar justo en sus más cercanos perseguidores: McLaren.
La naranja mecánica
El equipo en el que Fernando ha militado durante cinco temporadas ha acelerado como un cohete desde la prueba de Austria, la novena programada. Sus dos pilotos, Lando Norris y Oscar Piastri se encuentran en estado de gracia, y desde esa prueba para acá han logrado sus siete podios, ninguno con anterioridad. En ese mismo periodo han recabado 178 de los 219 que suman, en una progresión que no ha reflejado ninguna otra formación. El 81% de sus puntos han llegado en ese ciclo ascendente, y muchos presuponen que las mejoras que los monoplazas reciban de aquí a fin de año van a cambiar poco lo establecido.
En Aston Martin afirman que no van a bajar los brazos, pero la cabalgada de los de naranja, y la aportación equilibrada y sobresaliente de sus dos pilotos, puede hacer el resto. Para Aston Martin terminar quintos el campeonato puede considerarse de moderado éxito. No se puede olvidar que en 2022 acabaron séptimos, empatados con el sexto, Alfa Romeo. Su problema es que tras haber estado segundos durante el primer tercio de la temporada, puede saberles a poco. De ser así, ni siquiera acabarían liderando el grupo de la zona media, y no escapa a nadie que esperaban mucho más. Avanzar 1-2 puestos es un resultado lógico, que si brillante no es, tampoco es malo. En el cálculo entra que se trata de una formación en pleno proceso de expansión, con mucho fichaje reciente, instalaciones a medio terminar, y que el 80% de la temporada anterior estuvieron anclados a la novena y penúltima plaza.
Es por todo ello que a Fernando Alonso no le queda otra que apretar la mandíbula, y pedir a sus técnicos algún avance si es que no han derretido ya todo su presupuesto en la materia. En sus manos está que McLaren no les den caza, que acaben cuartos y no quintos, y que puedan salir de este 2023 con la satisfacción de ser «los mejores del resto». Ganas le han echado; el problema es que no existe el mundial de animosidad, sino el de sumar puntos. La clave va a ser la fiabilidad, y no mirar hacia atrás, sino hacia delante, para agarrarse al alerón de Ferrari.