Terremoto en la F1: Lewis Hamilton abandonará Mercedes para irse a Ferrari en 2025
El movimiento implica que Carlos Sainz dejará la escudería italiana y tendrá que buscar otro coche para seguir en la F1
Bombazo absoluto y rotundo en la Fórmula 1. Por inesperado, por revolucionario, y por la cascada de fichajes que va a desencadenar antes del final de la temporada que aún no ha comenzado. La Scuderia está muy cerca de anunciar que Lewis Hamilton vestirá de rojo a partir de 2025. Aún no es oficial, pero tanto medios italianos muy conectados con la formación, como otros implicados y cercanos a Carlos Sainz lo dan por hecho.
Apuesta al rojo
El siete veces campeón del Mundo lo dijo en una ocasión: «El que quiera un coche rojo, que pase por Stuttgart a por uno». La ciudad alemana es donde nacen los Mercedes que le otorgaron seis de sus entorchados, aunque parece haber cambiado de parecer. Ahora sí le gusta el Rosso Corsa, tonalidad que esmalta a los deportivos y coches de carreras más rutilantes del universo.
El corredor británico, nombrado Sir hace poco, buscará su octavo entorchado subido a un coche encarnado. La jugada, que no es fácil, tiene sentido visto por las dos partes. Ferrari, el equipo más laureado de la historia, no tenía en su seno a un campeón del Mundo desde 2020. De manera habitual, la Scuderia solo compra pilotos que ya han sido campeones, están a punto de serlo, o acostumbran a ser habitantes frecuentes del pódium.
En contra de su costumbre, tras la poco fructífera salida de Sebastian Vettel, sus titulares, Charles Leclerc y Carlos Sainz, llegaron a Maranello sin haber ganado una sola carrera. Los dos lo hicieron por vez primera vestidos ya de rojo. Hamilton cubre así una necesidad política y de demostrada valía en forma de títulos que poder colocar en el currículum mediático de la formación.
Por otra parte, Lewis Hamilton suele tener un ojo magnífico para elegir sus equipos. A día de hoy solo ha militado en dos, McLaren y Mercedes. Cuando vio las expectativas internas del primero, se fue al segundo sin dudar demasiado en un movimiento que muchos vieron como extremadamente arriesgado, pero acertó.
Ahora lleva tres años sin calzarse corona alguna, y las cero victorias que ha anotado en su casillero en las dos últimas temporadas deben haberle hecho reflexionar. El cambio de aires es lógico viendo su historial, y a día de hoy solo hay tres equipos verdaderamente deseables: Red Bull, donde no le necesitan con un arrollador Max Verstappen, Ferrari, con necesidades de avanzar, y la Mercedes que abandona y no gana carreras en los últimos cuarenta y cinco intentos. Es muy posible que su reciente cambio de manager guarde relación con un cambio general de postura.
Carlos Sainz, fuera de la ecuación
La Fórmula 1 se parece aquella escena de Mad Max en la ‘cúpula del trueno’: dos entran y uno sale. En la película de Mel Gibson y Tina Turner, el que salía, lo hacía con los pies por delante y en la F1 por fortuna esto no es así. Pero si es cierto que cuando llega uno, y es uno muy grande, hay otro que queda desplazado. El número de asientos es limitado, y el fichaje de un piloto supone siempre el despido de un acomodado titular. Este papel le ha tocado a Carlos Sainz.
Sainz disputará este 2024 su cuarta temporada vestido de rojo, y su eficiencia como piloto debería estar fuera de toda duda. Pero la reciente renovación de Charles Leclerc durante unos presumibles cinco años dejaba en un incómodo limbo al madrileño. Siempre contratados por periodos bianuales, llevaba demasiado tiempo negociando sin ofrecer una comunicación al respecto.
Con la llegada del británico, Sainz perdería su asiento en 2025 y a día de hoy no tiene destino conocido. Mucho se rumorea del interés de Audi por ficharle, e incluso podría recalar en la formación antes de que en 2026 adquiera esa denominación. Actualmente, se presenta como Stake Sauber F1, tras el abandono de Alfa Romeo como patrocinador titular.
Futuro indefinido
El problema para Sainz es que no es uno de los equipos llamados a ganar carreras a corto, poco probable a medio plazo, y menos aún para luchar por títulos. La llegada de la marca a la Fórmula 1 está siendo rocosa, y ya saben que el camino no es fácil. No se pueden poner fechas fijas, ni plazos concretos, pero sería lógico que los primeros pódiums y victorias, tardasen dos o tres años en llegar.
No es el escenario soñado por un piloto cuya carrera ha estado manejada con mano maestra, y ha dado siempre saltos hacia delante. No recalar en 2015 en Red Bull o Mercedes, le alejaría de su sueño de luchar por campeonatos. Su concurso quedaría lastrado con mecánicas menos dotadas.
Cláusula de escape de Hamilton
De vuelta a Sir Lewis, en 2023 firmó un contrato con Mercedes para correr con ellos en 2024 y 2025, pero todo hace pensar que en el documento debería haber algún tipo de cláusula de rendimiento. En pilotos de alto nivel, campeones del mundo, es habitual que las haya. Suelen ser del tipo «si no hemos ganado tantas carreras, si en el mes tal no estamos en esta posición, si no tenemos tantos puntos, etc».
Todo hace pensar que la falta de victorias por parte de las estrellas plateadas no han contentado al heptacampeón que se enfilará el final de su carrera —ya tiene 39 años—, subido en un cavallino rampante. En un Ferrari ya lo hace a día de hoy, porque en su plaza de garaje tiene aparcado un LaFerrari rojo. Parece que el color no le molestaba tant