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La Fórmula 1 está cerrada por vacaciones, pero no paran de ocurrir cosas

Las búsquedas en Google de merchansiding de Williams se han duplicado desde el fichaje de Carlos Sainz

La Fórmula 1 está cerrada por vacaciones, pero no paran de ocurrir cosas

Adrian Newey. | Zuma Press

No pueden mover ni un dedo, ni siquiera mandar un email. Los trabajadores de la Fórmula 1 tienen terminantemente prohibido realizar actividad alguna durante el obligatorio cierre de agosto, pero en la categoría más rápida del mundo no paran de ocurrir cosas.

Las regulaciones deportivas asociadas a las laborales crearon un periodo de total ausencia de actividad en la F1 durante dos semanas en agosto, y es algo que se cumple a rajatabla. Sin embargo, noticias, rumores y declaraciones se amontonan a las puertas de las redacciones en un año que prometía ser tranquilo; aunque nada se mueva, están ocurriendo muchas cosas.

La más sorprendente de todas, aún no oficial, pero que emana de una fuente que goza de mucha solvencia, es el muy posible fichaje de Adrian Newey por Aston Martin. El ingeniero más influyente de las últimas tres décadas en la categoría se despedirá en marzo de su actual equipo, Red Bull; esto es oficial. Todo hace pensar que su relación directa a día de hoy con los monoplazas de Max Verstappen y Checo Pérez es testimonial, y la sospecha es que se encuentra en una especie de purgatorio profesional que en la categoría se denomina «gardening leave», o periodo de exilio técnico. Cuando se les pregunta, suelen decir «que están cuidando su jardín».

A través de este pacto —reflejado en los contratos—, los ingenieros salientes de una formación tienen pagados sus emolumentos durante un tiempo estipulado, pero no se acercan a los diseños presentes y futuros de los coches de la que haya sido su escudería. Es una manera de alejarlos de los proyectos y que puedan llevarse ideas y soluciones de última hornada.

De acuerdo con una información publicada por la revista italiana Autosprint, una institución en automovilismo, Newey aterrizará en Aston Martin en 2025. Su fichaje se anunciará en septiembre, su contrato será válido por al menos cuatro temporadas, y a cambio percibirá 100 millones de dólares.

Todas las partes guardan silencio, ayudados por el periodo vacacional, y sin anuncio alguno habrá que esperar a que se haga oficial. Sin embargo, hay pistas que apuntan a que es bastante posible que acabe ocurriendo. En Ferrari, desde donde le llevan tocando desde hace años, parecen desdeñar la idea. Su director deja en el aire que este es un trabajo de mucha gente, y que una sola persona no cambiaría las cosas. Otras dos formaciones candidatas, como son McLaren y Williams, ya han confirmado que allí no recalará.

Ante esta tesitura las posibilidades que quedan son pocas, y una que siempre ha estado en las papeletas era la del equipo verde. Con una inyección multimillonaria reciente, y la llegada de lo más granado del personal de otros equipos, sus resultados están siendo decepcionantes este año.

Tras un inicio de temporada explosivo en 2023 y una segunda parte de temporada algo más floja, aquello queda como algo lejano con la escasa eficiencia de este año. El coche de este 2024 es más lento aún que el peor que se viera entonces, y esto disgusta a un Fernando Alonso cuya sonrisa apenas es visible. El asturiano tiene contrato para dos años más, y en principio lo previsto es que siga hasta acabar 2026. Hay más.

La publicación italiana abunda en la posibilidad de que Lawrence Stroll, propietario de la escudería, relegue a su hijo Lance al programa del Mundial de Resistencia —las 24 Horas de Le Mans— y está batallando para fichar a Max Verstappen. El neerlandés pasa por un periodo de cierta incomodidad en Red Bull, y aunque líder, su situación queda muy lejos de la arrolladora temporada 2023 en la que su equipo ganó todas las carreras menos una.

Posible cambio en el horizonte

El ciclo azul no parece acabado para el tricampeón, pero la espantada de técnicos de primer nivel del equipo austriaco, la bajada general de rendimiento y la llegada de un nuevo motor —Ford—en 2026, podrían dejarle ante un escenario poco deseable. La Aston Martin que presumiblemente reciba a Adrian Newey, y los motores Honda en exclusiva que le han hecho tres veces Campeón del Mundo, puede ser la zanahoria más grande que jamás se le haya presentado en su vida; sería del género torpe no planteárselo. En caso de cambiar de equipo, podría acompañar a Alonso en 2026, aunque raramente en 2025, con sus dos actuales pilotos ya renovados.

El otro español de la Fórmula 1, Carlos Sainz, se muestra ilusionado con su traspaso a Williams, pero a nadie escapa que no es un equipo de los llamados a estar ganando, ni en la actualidad, ni a corto plazo. El ex propietario de la escudería Jordan, Eddie Jordan, uno de los zorros con más tiros pegados del paddock, cree que a pesar de que el madrileño haya firmado por dos años, ha de tener alguna cláusula de escape si el mercado le ofrece una opción mejor.

Los implicados lo niegan, y afirman que apenas diez personas han visto el contenido, y entre ellos los abogados de Cuatrecasas que llevan los asuntos legales del piloto. Puede que sea cierto, pero es moneda común que los contratos plurianuales no sean más que seriaciones pactadas de acuerdos año a año que se renuevan si ambas partes están de acuerdo. Así que es muy posible que no haya cláusulas de salida, y al mismo tiempo, que se puedan generar situaciones alternativas a las previstas.

Caras largas

Donde no sentó bien el fichaje de Sainz fue en Alpine, y sobre todo, en Audi. Tanto en Alpine como el equipo suizo-germano viven momentos complicados y tardarán en salir de ellos. En donde los primeros, se habla de manera bastante contundente, de que abandonarán la fabricación de motores propios y probablemente acaben siendo clientes de otra firma, ya sea Mercedes, Ferrari u otra. Los planes de Luca de Meo saltaron por los aires, el chorreo de despidos y directivos salientes se ha convertido en catarata, y el marasmo interno no ayuda a que sea un destino deseable con miras a ganar a corto-medio plazo.

En Audi ocurre poco más o menos lo mismo. La última jugada fue echar de un plumazo a su director, Andreas Seidl, traído a rastras desde McLaren, y a un ejecutivo puesto por la marca. La peleas entre ellos hartaron a alguien que decidía estas cosas, y recuperó a Mattia Binotto, defenestrado por Ferrari hace ahora poco más de un año. Acto seguido, y días después del anuncio, Audi le ha sisado a su director operativo a Red Bull, Jonathan Wheatley, una figura histórica en la escudería en una jugada que no sentó nada bien. Wheatley fue uno de los hacedores de sus triunfos desde que ingresaron en la categoría en 2005.

La vuelta de las vacaciones

La temporada se reinicia el 25 de agosto en Zandvoort, con el Gran Premio de los Países Bajos. Quedarán diez carreras para conocer quién se llevará el título de pilotos, presumiblemente Max Verstappen, líder destacado, y el de constructores, con una inesperada lucha cercana entre Red Bull y McLaren.

El interés no decae en una temporada que acumula siete ganadores de carreras y que arroja un curioso dato: las búsquedas en Google de merchansiding del equipo Williams se han duplicado desde que se anunció el fichaje de Carlos Sainz. Esto nunca se detiene, solo baja de marcha. Pero que nadie pierda de vista que es, ante todo, un negocio.

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