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Fórmula 1

Pagar 51 millones de euros por un coche de carreras que no puede correr

El mercado internacional de coches de colección es uno de los negocios legales más lucrativos del mundo

Pagar 51 millones de euros por un coche de carreras que no puede correr

El Mercedes W196R.

Ha sido un récord absoluto. Si cuando corría era capaz de marcar registros únicos e imbatidos hasta la fecha, setenta años más tarde, un exótico monoplaza Mercedes acaba de superar el récord del mayor precio jamás pagado a cambio de un coche de carreras: 51.155.000 euros.

Ha sido adjudicado a un pujador anónimo durante una subasta pública celebrada por RM Sotheby’s en el museo Mercedes de Stuttgart, Alemania. En once años ha duplicado su valor, pasó de 23,4 millones de euros en 2013, que fue lo que pagó su anterior propietario. Su revalorización ha sido espectacular, y una cifra muy grande para un coche de carreras que en realidad no corre. Desde 1965, año en que fue donado por la marca, ha estado expuesto en el museo del Indianapolis Motor Speedway.

El segundo coche más costoso de la historia es tratado como una obra de arte y su valor es tan alto por diversos motivos. Uno es que del W196R de la temporada de 1955, en configuración «Streamliner» con rueda cubierta, solo se construyeron cuatro ejemplares. Otro es que fueron pilotados por corredores de la talla de Juan Manuel Fangio y Stirling Moss. El británico fue la última persona en dar vida a este monoplaza en el Gran Premio de Italia de 1955.

Tras la implicación de Mercedes en el pavoroso accidente de las 24 Horas de Le Mans de 1955, en el que murieron decenas de espectadores, la marca tardó más de medio siglo en volver a la Fórmula 1. Aterrizó de nuevo durante la temporada 2010, de la mano de Nico Rosberg y Michael Schumacher.

El mercado de coches clásicos de F1 se ha agitado bastante en los últimos años. En 2023, otro Mercedes, el AMG F1 W04 que en el que iba subido Lewis Hamilton cuando logró su primera victoria con una estrella cromada en su morro, se vendió en subasta a cambio de 18,1 millones de euros.

Fue, hasta la fecha, el Fórmula 1 más caro de la historia, y superó por muy poco al Ferrari F2003-GA de 2003 que pilotó Michael Schumacher. En 2022 se pagó por este 14,9 millones de euros en 2022.

A pesar de las estratosféricas cifras que alcanzaron los tres coches citados, si sumamos el precio de los tres no se llega al valor del coche más caro de la historia: el Mercedes 300 SLR «Uhlenhaut» coupé de calle. En 2022, un comprador no identificado desembolsó la cifra de 137 millones de euros al cambio de hoy.

Sin embargo, todas estas cifras pueden saltar por los aires cuando a finales de este año salga a subasta una de las colecciones más delirantes de la historia de la velocidad: la que hoy es propiedad de Bernie Ecclestone, el hombre que creó la Fórmula 1 moderna.

Este vendedor de coches de segunda mano era un piloto muy malo, pero un negociante extraordinario. Llegaba a los concesionarios de vehículos usados de la competencia, y les ofrecía a sus responsables quedarse con todo. Lo abultado de las cifras era mareante y solían aceptar. El truco residía en que el brillo de una cuantía espectacular y la posibilidad de venderlo todo, eclipsaba el fondo numérico de la operación, en la que obtenía precios unitarios muy favorables.

Mal piloto, negociante implacable

Ecclestone dejó de correr para que lo hicieran los mejor dotados, y compró la escudería Brabham. De ahí pasó a manejar todo el negocio, y situado en el epicentro de la actividad, poco a poco fue acumulando una pequeña colección de monoplazas, que acabaron siendo 69 bólidos. Entre ellos se encuentran algunos Ferrari conducidos por pilotos como Alberto Ascari, Stirling Moss, Niki Lauda y Michael Schumacher, así como Brabham pilotados por Nelson Piquet, Carlos Pace y Ayrton Senna.

Esta colección abarca siete décadas de historia del automovilismo y es considerada posiblemente la mejor que se ha reunido nunca en su género; no hay muchas más de semejante calado en todo el mundo. Existe un cálculo —algo optimista— que apunta a que su valor podría rondar los 600 millones de euros.

Ecclestone tiene 94 años, y es considerada una de las cien personas más ricas de Inglaterra, con un patrimonio superior a los 3.000 millones de euros. Cuenta la leyenda que cuando se divorció de la madre de sus hijas, la modelo serbia Slavica Ecclestone, se reunió con sus abogados y sin añadir muchas palabras más, les dijo: «tengo un bolígrafo, una chequera, y no tengo tiempo. ¿De qué cifra estamos hablando?». Mientras hablaba, y sin apenas mirarles a la cara, rubricaba su nombre sobre un cheque en blanco al que más tarde puso una cifra cercana a los 650 millones de dólares en uno de los divorcios más caros de la historia. No le tembló la mano.

Herencia sobre ruedas

La actual pareja de Ecclestone es la brasileña Fabiana Flosi, 45 años más joven que él. Ella trabajaba en el equipo de marketing del Gran Premio de Brasil, donde se conocieron. Hace cuatro años tuvieron un hijo, el cuarto para el empresario. Cuando ya no esté, el pequeño Ecclestone no verá la colección de coches de su progenitor, pero con lo que herede, con toda seguridad podrá comprarse un Mercedes sin despeinarse, incluso el más caro de la historia. Con toda seguridad le va a dar como para unos cuantos más.

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