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La Eurocámara, en contra de una Superliga «que atenta» contra los valores comunes

La Eurocámara, en contra de una Superliga «que atenta» contra los valores comunes

ALBERT GEA | Reuters

El Parlamento Europeo se ha posicionado en contra del proyecto de la Superliga planteado por varios clubes, entre los que se encuentran el Real Madrid y el Barcelona. Los diputados han rechazado en un informe lo que han calificado como una «competición disidente» que ataca la justicia que debe imperar en los valores europeos.

El ponente del informe, Tomasz Frankowski, ha defendido en la Comisión de Cultura, «la importancia de luchar contra las fuerzas que amenazan el modelo europeo y persiguen una visión puramente de negocio en el deporte». «Necesitamos una política de la UE implicada con el fomento del deporte. Nuestra tarea como eurodiputados es promover y proteger un modelo basado en valores para las próximas generaciones», ha señalado. Frankowski también ha llamado a luchar por defender algo que «es de todos». El Parlamento ya anunció que buscaría la forma de evitar que esta competición se realziara, sanciones de por medio si fueran necesarias.

En el texto, los eurodiputados proponen que la unión diseñe una cultura deportiva basada en valores como la solidaridad, sostenibilidad, inclusividad, competencia y justicia. Todos ellos, señalan los parlamentarios, valores de la UE. Por ello, el informe expresa su oposición a «competiciones disidentes que socavan estos estándares y ponen en peligro la estabilidad del ecosistema deportivo en general», en clara referencia a la iniciativa de una serie de clubes de fútbol europeos de crear una competición cerrada y reducida a una veintena de equipos poderosos. El texto ha contado con el voto a favor de 29 de los 31 miembros de la comisión parlamentaria.

La Superliga, un proyecto de futuro incierto

El anuncio de la creación de la Superliga desató en abril una serie de reacciones en contra de esta competición. Los organismos que regulan el fútbol europeo e internacional, así como las ligas nacionales, calificaron la competición de «disidente» y la UEFA advirtió que se podrán tomar medidas de castigo para enfrentar cualquier fuga de clubes de otras competiciones. 12 de los clubes más importantes de Europa, entre los que se encontraban el Real Madrid, el F.C. Barcelona y el Atlético de Madrid, habían anunciado un acuerdo para la creación de una nueva competición en la que participarían hasta 20 equipos y que acababa con las ligas como las conocemos.

La creación de la nueva Liga era una respuesta a «la inestabilidad del actual modelo económico del fútbol europeo» a causa de la pandemia. «Durante años, los Clubes Fundadores han tenido como objetivo mejorar la calidad y la intensidad de las competiciones europeas existentes y, en particular, crear un torneo en el que los mejores clubes y jugadores puedan competir entre ellos de manera más frecuente», defendían sus creadores. Esta renovación duró 48 horas, el tiempo que tardaron los clubes ingleses en abandonar el proyecto. A ellos se unió el Atlético de Madrid y la competición moría antes de nacer, aunque uno de sus impulsores, el presidente del Real Madrid, aún conserve la esperanza de que, en un futuro no muy lejano, pueda hacerse.

 

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