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Mbappé, el nuevo presidente de Francia

Le esperan años muy intensos a Kilian, con agendas saturadas por su pluriactividad dentro y fuera del campo

Mbappé, el nuevo presidente de Francia

Mbappé.

La noticia de Kilian Mbappé de continuar ligado al Paris Saint Germain, renunciando al ofrecimiento del Real Madrid, trasciende lo deportivo. Se eleva a cuotas desconocidas hasta ahora en el mundo del deporte y del mundo del fútbol. Porque renunciando al Real Madrid, aunque sea solo hasta junio del 2025, está dando un portazo al equipo más laureado de la historia del fútbol, el cual podría estar festejando su decimocuarta Liga de Campeones dentro de una semana. Justo lo que Kilian anhelaba y que era su acicate para viajar a la capital de España.

La única duda que me queda a esta hora es quién se sentará el próximo sábado como representante del Gobierno galo en el estadio de Saint Dennis cuando pite el árbitro el inicio del partido. Porque no me extrañaría que en lugar de Emmanuel Macron, el dueño del Palacio del Elíseo, sea Kilian Mbappé quien ocupe ese lugar en el estadio parisino. Porque la operación le eleva a la altura del presidente de la república francesa.

Él será el encargado de nombrar al nuevo director deportivo, entrenador, además de decidir la salida y la entrada de jugadores

El futuro PSG se le va a quedar pequeño en sus pretensiones. Él será el encargado de nombrar al nuevo director deportivo, entrenador, además de decidir la salida y la entrada de jugadores. No descarto que estas negociaciones las realice directamente con el Emir de Qatar, Tamin Bin Hamad Al Thais. Subirá o bajará el dedo como Pilatos para elegir a sus compañeros de travesía.
Visto así, también el ayuntamiento de la ciudad se le queda corto. Aunque su alcaldesa Anne Hidalgo no dudó en felicitar al jugador por su decisión. Ya veo a Mbappé organizando la logística de la ciudad para acoger los Juegos Olímpicos del 2024. Un año antes de finalizar este nuevo contrato.

Y en ese poderío del francés no debe extrañarnos que pase consulta a las cuestiones de estado cada semana con el presidente de la República. El mismo que ha presionado para que Kilian no abandonase el Parque de los Príncipes. A todo este poder deben sumar un astronómico contrato que rompe los límites imaginables en el deporte del balón.

Le esperan años muy intensos a Kilian, con agendas saturadas por su pluriactividad dentro y fuera del campo. Veremos si cuando llegue el 2025 y pare en esta frenética actividad como presidente, alcalde, director deportivo o entrenador;  le haya compensado. Y no me refiero al económico. Sino a ese anhelo de triunfos, trofeos, etc… que hace apenas unos meses no le hacían dudar: quería triunfar en el Real Madrid.

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