Aitana Bonmatí, la «persona normal de pueblo» que terminó conquistando el mundo
La actual Balón de Oro y campeona del mundo con la Selección española es uno de los personajes del deporte del 2023
Aitana Bonmatí (Sant Pere de Ribes, Barcelona, 1998) lleva rompiendo moldes prácticamente desde que nació. Parecía destinada a ser distinta, a hacer algo diferente, a destacar. Y lo logró. Este 2023 es la cumbre de la carrera deportiva de la que ya es la mejor futbolista del mundo.
Tal y como contábamos hace unas semanas en THE OBJECTIVE, ningún jugador de fútbol, hombre o mujer, había conseguido ganar Champions y Mundial, convertirse en mejor futbolista de ambos torneos, y levantar el Balón de Oro. Todo en un mismo año. Hasta que llegó una centrocampista de poco más de un metro y 60 centímetros que rompió todos los récords. Sin embargo, aunque este año podría ser la cumbre, cualquiera que conozca a esta futbolista sabe que ella no es de conformarse. Querrá repetir la hazaña una y otra vez. Aitana Bonmatí es uno de los personajes clave del deporte de este 2023 que estamos a punto de dejar atrás.
Del apellido materno a la batuta del Barça
Bonmatí no es el apellido del padre de Aitana, sino el de su madre. Llevar primero el apellido materno es una cuestión por la que tuvieron que luchar sus progenitores, Rosa Bonmatí y Vicent Conca. Cuando nació Aitana, la ley no permitía intercambiar los apellidos de un recién nacido. Todo nuevo español debía portar en primera instancia el apellido de su padre, en caso de que lo tuviera. En una entrevista compartida en la cuenta oficial del Balón de Oro en redes sociales, Aitana explicó las consecuencias de la tenacidad de sus padres. «Yo nací en el año 1998 y en el año 2000 esa norma se cambió gracias a la lucha de mis padres. A partir de ese momento, todas las familias pueden elegir si ponen primero el apellido de la madre o del padre».
Esta anécdota familiar elevada a la categoría de modificación legislativa demuestra que, como decíamos, Aitana Bonmatí lleva destacando desde recién nacida. Su infancia la pasó entre libros –sus padres eran ambos profesores de Lengua y Literatura catalana– y balones. A nadie escapa que el independentismo reina en casa de los Bonmatí Conca, algo que ha generado alguna que otra polémica.
En lo meramente futbolístico, los primeros destellos del talento de Aitana se pudieron ver en el CD Ribes y el CF Cubelles. Ambos, equipos cercanos a su localidad y en los que se vio obligada a jugar con chicos. Este hecho, sin embargo, nunca pareció importarle demasiado. Con 13 años pasó a militar en las categorías inferiores del FC Barcelona, donde logró ser jugadora revelación del año. Con 15 dio el paso al equipo filial azulgrana. Al cumplir los 18, hizo su debut con el primer equipo. Desde entonces se convirtió en una pieza clave, tanto en la cantera azulgrana como en las categorías inferiores de la Selección. Comenzó a llevar la batuta de los equipos en los que competía desde muy temprana edad.
Un liderazgo creciente
Durante los años siguientes, su estrellato al alza no hizo más que confirmar su calidad y habilidades en el campo. A pesar de su juventud, Aitana ha exhibido siempre una gran personalidad, atrevimiento y calidad en el terreno de juego. Lidera el centro del campo con maestría –junto con otras grandes figuras, como Alexia Putellas, su predecesora como mejor jugadora del mundo–. Es, en palabras de su gran ídolo Xavi Hernández, «una perfeccionista».
El año 2019 marcó un punto de inflexión en la carrera de Aitana. Fue entonces cuando se hizo un hueco indiscutible en cualquier once inicial, llegando a ser titular en la final de la Champions. También en aquel año fue una pieza clave para España en el Mundial de Francia. Todo aquello la llevó a ser mejor jugadora catalana del año, y eso que había competencia. Su ascenso continuó imparable en la temporada 2020-2021, cuando fue nombrada MVP de la final de la Champions en Gotemburgo, contribuyendo al primer título europeo del Barça.
Con los años se ha convertido en una líder dentro del campo, en una jugadora fundamental para el conjunto azulgrana, especialmente en la Champions que el equipo conquistó en Eindhoven. Una temporada redonda con su club y con la Selección, pese a las muchas dificultades, un año de ensueño que la ha llevado a ser la primera jugadora en lograr tantísimos reconocimientos en una sola temporada.
El año de récords de Aitana Bonmatí
Son tres los españoles que han conseguido, hasta ahora, el Balón de Oro: Luis Suárez Miramontes (1960), Alexia Putellas (2021 y 2022) y Aitana Bonmatí (2023). En el terreno masculino, un solar. Es discutible –la mejor generación del Barça, aquella Selección que levantó la Copa del Mundo en Sudáfrica en 2010, habría merecido alguno–, pero es la realidad. Ahora, el fútbol femenino español consigue algo poco habitual –antes de la llegada de Lionel Messi, claro–: que un mismo país cope, durante tres años seguidos, esta distinción.
En la pasada temporada, la que le ha valido la pelotita dorada, Aitana Bonmatí anotó 21 goles y sumó 23 asistencias en 45 partidos. En Champions League consiguió cinco goles y 8 asistencias en 11 partidos –fue nombrada mejor jugadora del partido en cinco ocasiones–. Además, en el Mundial anotó tres goles y dio dos asistencias en siete partidos, consiguiendo el MVP en dos ocasiones. En cuanto a la Liga F, nueve fueron los tantos que anotó en toda la temporada y 10 las asistencias que dio. Nada mal para una centrocampista.
Un regreso necesario
Sin embargo, la temporada pasada no fue fácil para Aitana Bonmatí. Deportivamente, los números hablan por sí solos, y fue un año de dulce. Sin embargo, otras cuestiones extradeportivas tomaron protagonismo en su vida. Ella fue una de ‘las 15’ que enviaron un correo electrónico a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en septiembre de 2022 para pedir no ser seleccionadas tras la debacle de la Eurocopa de Inglaterra. Finalmente decidió volver. Hubo un «proceso interno», en palabras de la propia futbolista, que facilitó su vuelta. Por aquel entonces, Luis Rubiales seguía siendo presidente de la RFEF y Jorge Vilda seguía como seleccionador. Ahora, ambos están fuera de Las Rozas tras el beso presuntamente no consentido del primero a Jennifer Hermoso, compañera a la que Aitana siempre ha mostrado públicamente su apoyo.
Hay una realidad incontestable: no habría podido estar en la terna de candidatas al Balón de Oro si no hubiera jugado con España en el Mundial. Otras compañeras de equipo, como Patri Guijarro o Mapi León, mantuvieron su postura y no regresaron. El de Aitana fue un regreso necesario. Tanto Guijarro como Mapi están entre las 30 mejores del mundo para France Football, pero seguramente estarían más arriba de haber jugado con España. Aitana Bonmatí se tragó su orgullo, o algo parecido. Lo que es seguro es que, finalmente, cedió. Y tuvo recompensa: una Copa del Mundo, a nivel colectivo, y un Balón de Oro, a nivel individual. La guinda será el FIFA The Best, un premio que ya es suyo y que se entregará el próximo 15 de enero. A pesar de todo, ella siempre se ha definido como una «persona normal de pueblo».