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Real Madrid y Sevilla FC: dos clubes condenados a no entenderse 

Con el regreso de Ramos a Chamartín, la situación ameritaba un reconocimiento alejado del compadreo institucional

Real Madrid y Sevilla FC: dos clubes condenados a no entenderse 

Sergio Ramos saluda a Vinicius Jr antes del partido entre el Sevilla y el Real Madrid. | Europa Press

Desde que tengo uso de razón futbolística las relaciones entre el Real Madrid y el Sevilla FC andan tocadas de muerte. Mi impresión es que todo comenzó a torcerse con los fichajes de Iván Luis Zamorano y Davor Suker por los merengues a principios de los 90, pero la puntilla definitiva fue la llegada de Sergio Ramos a Concha Espina en el verano de 2005. El camero, tal y como desveló en el documental La leyenda de Sergio Ramos, siempre defendió que su error fue «dejar que la historia la contaran otros por mí» y «que se mintió al sevillismo» ya que su fichaje por el Real Madrid «se trató de un traspaso entre clubes y jamás por el pago de la cláusula de rescisión».

Diecinueve años después de aquello, Sergio regresó este domingo al Bernabéu con el brazalete de capitán del conjunto andaluz en el bíceps y con el reconocimiento mayoritario de su antigua parroquia. De fondo acompañaba, eso sí, otra nueva trifulca entre los clubs de su vida, esta vez motivada por los videos sobre los árbitros de Real Madrid TV

Adecuado reconocimiento a Ramos

Ha sido el tema de la semana entre todos los que cubrimos la información del Real Madrid. ¿Habría homenaje a Sergio Ramos? Desde el club nos transmitieron que «claro que lo habría» por su condición de «leyenda», aunque también nos dejaron entrever que sería «algo más cercano a un reconocimiento» acorde a su nueva condición de jugador del Sevilla. Y así fue. A eso de las 20:25 Ramos saltó al césped del Bernabéu. No lo pisaba desde marzo de 2020. El público presente le dedicó una sonora y duradera ovación que fue correspondida por el defensa. Unos 30 segundos de aplausos que dibujaron una sonrisa en la cara de todos los presentes.

Poco después llegó el momento de las alineaciones y aquí es donde el Madrid varió su protocolo habitual para homenajear a Sergio. Normalmente se sigue el orden numérico del menor al mayor. En esta ocasión, el speaker merengue, David Labrador relató los nombres de todos los compañeros del defensa y se reservó para el final un enérgico: «Y con el número cuatro… ¡Sergio Ramos!» Con su correspondiente pausa para que Chamartín dedicase una nueva aclamación a su respetado mito.

Adecuado reconocimiento y a partir de ahí, a competir. Durante el encuentro se escuchó algún silbido y, cuando digo alguno, me refiero a cuatro chifladores desubicados que, por otro lado, estaban en su derecho de manifestarse. Me consta que a casi todas las partes les hubiera gustado hacer un fasto más rimbombante pero, según fueron dándose los acontecimientos en la previa, podríamos decir que el horno no estaba para bollos.

La guerra continua 

Todo el ambiente se enrareció el sábado cuando el Sevilla FC denunció al Real Madrid ante el Comité de Competición de la RFEF. El cuadro nervionense consideró que existía «una campaña de persecución y hostigamiento sobre los colegiados Díaz de Mera y González Fuertes» tras un video emitido en el canal madridista que analizaba los errores de ambos trencillas cuando les había tocado arbitrar al equipo entrenado por Carlo Ancelotti.

Desde la entidad de la Castellana no ocultan su sorpresa por la iniciativa del cuadro palangana. El Madrid considera que los compactos arbitrales reflejan imágenes reales que simplemente muestran y resaltan desde un prisma lógicamente madridista. Impacta también que desde la escuadra andaluza se muestren tan bélicos con Real Madrid TV, mientras en sus propios medios oficiales vierten graves acusaciones con nombres y apellidos: «Con Gil Manzano échense a temblar porque es una prevaricación absoluta. ¡Vaya robo le acaban de hacer al Sevilla! Es premeditado. ¡Que no piten más ni el árbitro ni el del VAR en primera división!». Así rezaba un extracto de la retransmisión sevillista durante un Mallorca-Sevilla en el que el exfutbolista andaluz Antoñito lleva la voz cantante y que rápidamente se viralizó por redes sociales. 

Con estos precedentes y con el regreso de Sergio Ramos a Chamartín, la situación ameritaba un reconocimiento futbolero alejado del compadreo institucional de dos clubes condenados a no entenderse.

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