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La carrera por Mbappé llega a su fin

Hay una cascada de señales positivas derivadas de mis investigaciones que me invitan a pensar en un Mbappé de blanco

La carrera por Mbappé llega a su fin

El jugador francés Kylian Mbappé. | Matthieu Mirville (EP)

Los cimientos del fútbol tiemblan desde que Kylian Mbappé comunicara la semana pasada al PSG su decisión definitiva de no renovar con el conjunto parisino y, por tanto, comenzar una nueva aventura fuera de su Francia natal. Una vez dado el paso por el talento del de Bondy, nos encontramos ante un nuevo escenario que contempla una doble carrera: la de ser el próximo club que se haga con sus servicios y la de convertirse en el primer periodista en dar la exclusiva de su fichaje. 

El contrato de Kylian expira el 30 de junio, así que nos quedan cuatro meses de ‘culebrón Mbappé’ en todas las portadas hasta que el galo estampe la firma definitiva con luz y taquígrafos. Los merengues, ahora sí, deberían estar tranquilos. Todos los caminos, aunque a paso de tortuga, conducen a un punto de encuentro entre Kylian Mbappé y el Real Madrid. 

Todos los caminos conducen a Madrid 

No les voy a engañar. Por más que insisto, aún no he conseguido que desde el Real Madrid me confirmen categóricamente que el 7 del Paris Saint Germain haya cerrado su llegada a la capital de España. Lo que sí les puedo transmitir es una cascada de señales positivas derivadas de mis investigaciones que me invitan a pensar en un Mbappé vestido de blanco más pronto que tarde. 

Comencemos por la zona noble. Tal y como relaté desde esta misma tribuna, en el cóctel de Navidad del pasado 14 de diciembre preguntamos largo y tendido, y cara a cara, sobre el astro francés. La respuesta que recibimos por parte de los jerarcas blancos fue un tanto enigmática: «Las oportunidades en la vida hay que aprovecharlas». ¿Se referían a que el galo había perdido definitivamente el tren merengue con sus mediáticas espantadas o que este último chance de traerlo no se podía dejar pasar? Transcurridos dos meses de aquella invernal quedada me inclino claramente por lo segundo. Y más aún cuando, la semana pasada, charlando del omnipresente asunto con alguien bien situado en el organigrama me espetó: «Todos los plazos encajan. 2024 nuevo estadio, 2024 nueva estrella en el nuevo estadio». 

Deduzco que estas insinuaciones alejadas de la contundencia responden a un doble motivo: guardarse las espaldas por si algo pudiera torcerse a última hora y evitar una distracción mayúscula en el tramo más importante de la temporada. Es más, el deseo del Real Madrid desde el 1 de enero ha sido que se hablara lo menos posible del asunto. De hecho, las filtraciones del adiós de Kylian Mbappé con destino a la Castellana han surgido desde Francia. 

Me cuentan compañeros galos bien conectados en el PSG que al absolutamente resignado Nasser Al-Khelaifi (con la llegada de Kylian al Madrid) sólo le queda agarrarse al consuelo de lo terriblemente complicado que es negociar los acuerdos económicos con el clan Mbappé. Quien no se consuela es porque no quiere. 

La clave son los derechos de imagen 

Aunque dentro de ese exiguo consuelo Nasser lleva parte de razón. El tema del pecunio se antoja laberíntico en los contratos de Kylian así que toca devanarse los sesos para darle el estatus de máxima estrella mundial que merece. El Madrid tiene claro que va a fichar al mejor jugador del mundo así que es lógico que se convierta en el futbolista mejor pagado de la plantilla. Ahora se impone lograrlo sin caer en una diferencia descomunal con el resto de integrantes de la misma donde Kroos es el que más percibe. Unos 14 millones de euros netos.

En Castellana ven dos puntos claves para satisfacer los intereses de ambas partes. El primero son los derechos de imagen. Normalmente el Real Madrid los reparte al 50% entre el club y el jugador. En este caso se podría realizar una excepción donde el reparto se balanceara en un 60%-40% a favor del internacional francés. En teoría, no sería la primera vez que vaya a suceder esto, ya que con jugadores como Cristiano Ronaldo o Bellingham ya se hicieron ligeras concesiones.

El segundo consiste en prorratear la prima de fichaje de 120 millones de euros entre cinco temporadas. O lo que es lo mismo, realizarle cinco ‘cómodos’ pagos de 24 millones de euros por campaña a Mbappé más su salario (bonus por objetivos aparte). De esta forma, Kylian se convertiría, no sólo en el mejor pagado del equipo sino en el futbolista mejor recompensado de la historia del Madrid.

Ya da igual si viene a paso de tortuga. La carrera por Mbappé llega a su fin y la meta está situada en pleno Paseo de la Castellana. 

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