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Real Madrid-Barcelona: tan cerca y tan lejos

Los dos clubes españoles están en las antípodas de la gestión de un club, pero próximos en la Superliga

Real Madrid-Barcelona: tan cerca y tan lejos

Eduardo Camavinga (Real Madrid) disputa el balón con Ferrán Torres (FC Barcelona). | Zuma Press

Después de la disputa del clásico del pasado domingo entre el Real Madrid y Barcelona, es momento de analizar la relación actual y la gestión de los dos grandes del fútbol español, en las antípodas en muchas variables y tan próximas en otras. Son polos opuestos en la política de exposición de ambos presidentes. El máximo responsable del club blanco, Florentino Pérez, siempre se mantiene en un segundo plano y solo se expone en los momentos obligatorios del club y en los grandes éxitos. Deriva en Emilio Butragueño como responsable de relaciones institucionales o en el propio Carlo Ancelotti.

Joan Laporta es justo lo contrario y es la figura que acapara toda la atención sin miedo alguno a una sobreexposición ante los medios. Utiliza sus habilidades comunicativas en todas sus comparecencia. La última ocurrió el pasado lunes, cuando anunció que podría llegar a pedir la repetición del encuentro por los supuestos errores cometidos por el VAR en el Santiago Bernabéu. 

Un escenario económico dispar 

Esta postura dispar es especialmente llamativa en el apartado económico. Según los datos aportados por LaLiga el pasado mes de febrero, los clubes tienen una capacidad de inversión de 2539 millones de euros y aquí el Real Madrid es el líder auténtico con 722 millones. El fichaje de Mbappé, con todas sus variables, no supone problema alguno a las finanzas blancas. Incluso podría acometer otro fichaje este próximo verano. 

La realidad del club azulgrana es bien distinta. Según estos últimos datos, el límite salarial es de 204 millones, lo que supone una reducción de 66 millones respecto a los 270 del pasado mes de septiembre del 2023, y más de 400 millones respecto a febrero del 2023. 

El escenario al que se enfrenta el club azulgrana en el próximo mercado de verano es preocupante. Salvo que reduzca estos 200 millones de exceso, ya sea por venta de jugadores u otros ingresos, deberá seguir acogiéndose a la norma del 50% y nunca al 1/1 en el venta y compra de jugadores. Es decir, solo podrá reutilizar el 50% de cada venta de jugador en una nueva inscripción, pudiendo ser del 60% si el jugador vendido tiene un sueldo cuyo coste es al menos del 5% del coste total de la plantilla.

Hay dos jugadores de la actual plantilla cuyo futuro es una incógnita. Se trata de Iñigo Martínez y Vitor Roque, que tienen contrato hasta el próximo 30 de junio. En el caso del brasileño, por el margen salarial que tiene el Barcelona por la lesión de larga duración de Gabi. 

Pero además el club azulgrana debe aún a LaLiga 40 millones por la venta del 49% de Barça Studios a Orpheus Media y Socios.com en el famoso verano de palancas del 2022. Los azulgranas sí realizaron el primer pago de 20 millones ese mismo verano. Pero no sucedió lo mismo en el período estival del 2023, cuando debía abonar 60 millones. Sólo abonó 20 millones, con lo que el Barcelona debe abonar aún estos 40 millones para ponerse al día con la Liga. Pero a esta cantidad hay que sumar otros 60 millones en este próximo verano y la misma cantidad en el 2025. Es decir, aún debe abonar 160 millones del importe global de 200. Y este verano LaLiga le restará en su capacidad de fichaje los 100 millones que deberá abonar en apenas unos meses. 

Estas antípodas contrastan con la proximidad que ambos clubes tuvieron en ese verano del 2022, cuando el club blanco asesoró y ayudó a la entidad azulgrana en la búsqueda de las famosas ‘palancas’ que permitieron entonces paliar la complicada situación económica del Fútbol Club Barcelona y que pudiera acometer fichajes. Una postura que puede sorprendernos, pero que se explica en que el Real Madrid es el primer interesado en un rival fuerte en favor de la competición. 

El ‘caso Negreira’, punto de conflicto

Pero donde sin duda ha llegado el gran punto de conflicto es en el denominado caso Negreira, una causa en la que se investigan los 7,6 millones que el Fútbol Club Barcelona habría abonado al expresidente de los árbitros, José María Enríquez Negreira, desde 1994 hasta 2018 en concepto de asesoramiento arbitral. Un asesoramiento para informes arbitrales que levanta sospechas sobre supuestas ayudas arbitrales que habría recibido el club azulgrana durante todos los años que tuvo al directivo arbitral catalán bajo nómina. 

Y aquí el Real Madrid ha adoptado una postura claramente activa personándose en la causa contra el Fútbol Club Barcelona. El escrito del club blanco fue muy duro con su eterno rival considerándose como «entidad ofendida o perjudicada». Textualmente dice: «El Real Madrid C.F., como es notorio, participa en el Campeonato Nacional de Liga, de modo que las actuaciones que son objeto de la presente causa, tendentes a favorecer al FC Barcelona, uno de los principales competidores de nuestra representada, en la toma de decisiones de los árbitros y, de esa forma, en los resultados de la competición, indudablemente le perjudicaron».

Aún desconocemos las consecuencias del caso, si finalmente se prueba o no que la relación laboral de Negreira favoreció al Fútbol Club Barcelona. Lo que sí es seguro es que el caso ha erosionado las relaciones entre ambos. La respuesta del Barcelona no se ha hecho esperar, con las críticas veladas por los vídeos que desde el canal del Real Madrid se realiza de manera habitual a los árbitros designados cada jornada liguera.

Compañeros de viaje en la Superliga 

Rivales en Negreira y compañeros de viaje inseparables en el proyecto de la Superliga. Porque desde que nació este proyecto en el año 2021, si hay alguien que no se ha bajado del barco es el Real Madrid. Y ello a pesar de todas las presiones externas, la retirada de buena parte de los clubes fundadores, la ley británica aplicando duras sanciones a los clubes ingleses que participen en este modelo de competición, etcétera. En todo este tiempo el Barcelona ha sido el único compañero fiel. Es consciente de la cantidad de dinero que está en juego si este formato de competición sale adelante. Una decisión que ahora mismo está en manos de un juzgado de Madrid, después de la resolución de principios de años del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea. 

Llegados a este punto, parece claro que los dos grandes del fútbol español muchas veces están en las antípodas, pero muchas otras son muy cercanos. Hasta el punto de echarse la mano como lo harían los mejores hermanos. Es una partida de ajedrez, un juego de roles donde no debe sorprendernos nada. Cada uno defiende sus intereses, si hay que hacerlo de la mano del eterno rival no hay ningún problema. Si hay que hacerlo atacando sin piedad, tampoco.

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