Las cuentas de la lechera de Laporta: lo que debe hacer el Barça si quiere fichar a Williams
El club azulgrana deberá sanear sus cuentas si quiere competir en el mercado de fichajes la próxima temporada
El presidente de La Liga, Javier Tebas, asegura que el club azulgrana está haciendo los deberes en la reducción de la masa salarial del primer equipo. Ha pasado de 600 millones a 400 (492 millones si se incluyen las secciones profesionales), aunque se le olvidó mencionar que el Barça es el único club de entre los grandes de Europa que no ha recuperado el nivel de ingresos de antes de la pandemia, cuando rozó los 1.000 millones y ahora apenas pasa de los 800.
El presidente de la patronal añadió que el Barça todavía excede el límite del coste de plantilla deportiva (LCDPD), por lo que está obligado a vender algún jugador importante. Sin embargo, el presidente del club azulgrana, Joan Laporta, aseguró temerariamente el pasado martes en Catalunya Ràdio que le encanta el delantero del Athletic Club, Nico Williams, y que el Barça puede ya permitirse económicamente su fichaje —con una cláusula de 58 millones a pagar de golpe en un solo plazo— además de asumir su sueldo, que rondaría los 15 millones dado que ahora está cobrando unos 9-10 millones en el Athletic Club y beneficiándose de una tributación más favorable en Vizcaya.
No es cierto. El Barça no puede acometer esta operación todavía. Podrá hacerla, pero tiene muchos deberes económicos por ejecutar. El equipo filtra a los medios que ya ha encontrado un nuevo comprador que cubrirá los 40 millones impagados en la palanca de Barça Studios, pero no lo anuncia. Gracias a ello, los blaugranas cerrarán el ejercicio económico 23-24 con beneficios, lo que facilitará que puedan fichar bajo las condiciones del 1:1. Es decir, con normalidad. En realidad, esto no supondría fichar con normalidad, sino que es seguir fichando bajo restricciones, ya que solo puedes gastar la misma cantidad que ingreses por los jugadores que vendas o ahorres en salarios y no lo que quieras gastarte (como puede hacer el Real Madrid). Mezclan churras con merinas.
En primer lugar, el ejercicio económico 23-24 es la cuenta de resultados anual que finalizó el pasado 30 de junio. Laporta aseguró ante el Senado azulgrana que estaban pendientes de un ingreso extraordinario de última hora —en referencia a un signing bonus por renovar el contrato con Nike— para cerrar con números verdes, pero eso no se produjo antes del 30 de junio. Y los 40 millones que supuestamente pondrá un sustituto de líbero en la compra de Barça Studios no impactan en la cuenta de resultados 23/24, porque es un ingreso anotado ya la temporada pasada 22/23, pero que al haber sido impagado, se arrastra y supone un bloqueo adicional en la inscripción de jugadores por incumplimiento del plan de viabilidad presentado hace un año.
Por otro lado, está el LCDPD (límite de coste de plantilla deportiva), que La Liga redujo al Barça hasta los 204 millones en la última actualización. Por tanto, el Barça sigue en la UVI económica. Todavía está en la regla del 1:4, solo puede gastar, aproximadamente, el 25% de lo que ingrese en ventas de jugadores y, de hecho, tiene futbolistas de la actual plantilla con contrato en vigor que ahora no puede inscribir, como Vitor Roque o Íñigo Martínez.
No olvidemos que, para cubrir esos incumplimientos del plan de viabilidad presentado a La Liga, Laporta y sus directivos consiguieron espacio adicional para inscribir a los «Joaos» el verano pasado, gracias a un aval personal de 19 millones, que actúa como garantía y solo se liberará cuando llegan la totalidad de los ingresos que proyectaron. Para decirlo claro, el Barça solo cogerá aire si ingresa los 100 millones pendientes de la venta de Barça Studios (40 del impago de líbero del año pasado y los 60 millones del nuevo plazo que venció el pasado 15 de junio), si consigue un ingreso extraordinario para cerrar el ejercicio 23-24 con unos beneficios considerables y si hace una o dos ventas de futbolistas importantes. Esos son los deberes pendientes.
En el caso del Barça, las limitaciones para inscribir jugadores es doble. Por un lado, está excedido porque su Coste de Plantilla deportiva es mayor que su límite fijado por la liga, y además tiene una serie de bloqueos en la capacidad de inscripción debido a las desviaciones presupuestarias que se arrastran de la temporada pasada.
Esto significa que, para los clubes como el Barça, en lugar de poder gastar un euro por cada euro ahorrado (de ahí el nombre de la Regla 1:1), se le aplica una tabla de potencial gasto, dependiendo de si genera ahorros (en salarios y amortizaciones) o plusvalías (jugador amortizado que se vende). Además, dicha tabla diferencia entre un jugador franquicia y uno normal. El jugador franquicia es aquel que se considera una de las estrellas porque su coste (sueldo más amortización) representa más del 5% del coste total de la plantilla. Entonces, si se vende un jugador franquicia, puede destinar el 60% de lo ahorrado o el 35% de la plusvalía generada para invertir en un nuevo fichaje. En el caso de venta de un jugador normal, puede invertir el 50% ahorrado del coste del futbolista o el 20% de la plusvalía generada.
Ejemplo: si el Barça vende a Araújo por 60 millones, solo podría destinar 12 millones a un nuevo fichaje (20% de la plusvalía generada), ya que Araújo no es considerado un jugador franquicia. Su coste no representa el 5% del total de la plantilla, no tiene un gran sueldo y no necesita ser amortizado porque proviene de la cantera. Esa cantidad es muy poca. Por eso, el Barça está intentando vender también a Frenkie de Jong, quien sí es un jugador franquicia.
Hay una segunda afectación: la palanca impagada de Barça Studios implica un nuevo bloqueo de La Liga sobre la «capacidad de inscripción», puesto que ya concedieron esta capacidad al FC Barcelona en la temporada 22/23 por el importe íntegro (+200 millones de euros). Por lo tanto, si ahora no cumple con el calendario de pagos, se revierte el espacio que se concedió.
Los ingresos que pueda conseguir el Barça para cubrir esos impagos no sirven para ampliar el límite de capacidad salarial de plantilla, sino que servirán para restar el bloqueo que ahora tiene en la capacidad de inscripción. Es decir, que los ahorros o plusvalías generadas en la plantilla no servirán para invertir en nuevos fichajes, sino que primero servirán para restar el importe impagado y conseguir el desbloqueo.
La clave estará en si Nico Williams tendrá o no la suficiente paciencia como para que el Barça haga todos estos deberes económicos o querrá dejar aclarado su futuro antes de que deba incorporarse a la pretemporada del Athletic Club.