Una Liga sostenible gracias a Tebas
«LaLiga lleva un mejor camino que la Premier, que lleva años hinchando una burbuja que podría no tardar en explotar»
LaLiga ha hecho oficial los nuevos límites salariales de los equipos de Primera y Segunda División. Es decir, la cantidad máxima que cada club puede destinar a pagar los fichajes, los salarios y las amortizaciones de sus jugadores en función de los ingresos que genera. Muchos clubes y aficiones se quejan de esta normativa de la liga que, a veces, parece excesivamente restrictiva, pero en el fondo deberían agradecer a la patronal que exista este férreo control que, además de que fue aprobado por los propios clubes, impide que una hipotética gestión irresponsable de sus dirigentes ponga en peligro la viabilidad futura de la entidad por un endeudamiento excesivo. En realidad, el fair play financiero de LaLiga hace más justa y más sostenible la competición, ya que cada club solo se le permite gastar lo que es capaz de generar. Se busca proteger el patrimonio de los clubes y evitar que sea dilapidado por una mala gestión. Eso no significa que las entidades no puedan endeudarse porque deben estarlo para aprovechar todas sus posibilidades financieras, pero debe estar dentro de sus capacidades para poder retornarla.
El Real Madrid, con un techo de 745 millones, se mantiene como el equipo con más capacidad económica. El Atlético, que ha hecho grandes fichajes (Julián Alvarez, Sorloth, Le Normand, Gallagher…), experimenta una subida, alcanzando los 310 millones de euros, gracias al crecimiento de sus ingresos y al dinero inyectado por la ampliación de capital de 70 millones aprobada en junio pasado.
El Barça, que el año pasado sufrió un tijeretazo de LaLiga de casi 380 millones de euros, ahora se lo deja en 426 millones de euros. Sin embargo, el club azulgrana sigue estando excedido en unos 60 millones, lo que significa que todavía gasta más de lo que genera, motivo por el que se le restringe la inscripción de jugadores. Sigue obligado a tener que vender o conseguir ingresos extra para poder fichar a nuevos jugadores. Es cierto que Laporta heredó una masa salarial disparada, y tiene mérito haberla reducido en unos 180 millones, pero también heredó el club que más facturaba en el mundo del fútbol antes de la pandemia, y ha sido incapaz de recuperar esa velocidad de crucero por su deficiente gestión. Lo más grave es que, tres años después, el Barça de Laporta sigue teniendo su capacidad de inscripción de fichajes restringida, incluso, habiendo ingresado y contabilizado casi 800 millones de ingresos extraordinarios en sus dos últimos ejercicios con las famosas palancas. Aunque la de Barça Studios ha salido rana por los impagos y amenaza con tener un efecto boomerang en el ejercicio de la temporada 23/24, cuyos resultados no ha dado a conocer. LaLiga ya le ha restado 60 millones por el incumplimiento de cobros.
Situación más compleja es la del Sevilla. Sufre un gran revés al límite salarial. Mientras que la temporada pasada tenía 152 millones de euros, ahora solo cuentan con 2,5 millones de euros. Es decir, gastan en salarios muy por encima de lo que se pueden permitir. Lo que demuestra que está en una situación económica muy delicada, debido, en gran parte, a la pronta eliminación de la temporada pasada en la Champions y que en la presente no vaya a disputar ninguna competición europea. El Espanyol tiene una situación muy similar, con solo 8,8 millones de euros. Entre Primera y Segunda División hay nueve clubes excedidos. Significa que si LaLiga no les cerrase un poco el grifo entrarían en una espiral de pérdidas recurrentes, generándose un endeudamiento excesivo muy peligroso.
En este caso, LaLiga está llevando un mejor camino que la Premier League, que lleva unos años hinchando una burbuja que podría no tardar en explotar debido al extenso gasto que han estado realizando los clubes, especialmente, los que son propiedad de multimillonarios que reciben dinero del exterior, principalmente llegados de estados como Arabia Saudí o Abu Dabi, que hacen que el rendimiento económico de las inversiones en el fútbol no sea una prioridad, y eso provoca que crezca la brecha con los clubes más humildes, lo que hace más injusta la competición. Estos excesos caen en cascada sobre el fútbol modesto, que no tiene un respaldo económico para responder a tantas pérdidas.
Según datos de Deloitte, la Premier gasta en fichajes unas 20 veces más que las otras principales ligas europeas, alcanzando los casi 2.200 millones de libras en el año 22/23, respecto a los apenas 100 millones de libras de LaLiga. También ingresa más que LaLiga, pero en una proporción distinta, solo 1,8 veces mayor, por lo que indica una tendencia preocupante en la liga inglesa, que siempre había sido puesta como ejemplar.