El Real Madrid se harta de Vinicius y le abrirá la puerta
El ‘crack’ brasileño destaca cada vez más por su volátil comportamiento sobre el terreno de juego

Vinicius protestando ante el árbitro durante el partido de vuelta contra el Atlético de Madrid en Champions. | Oscar Manuel Sánchez (Zuma Press)
El mal comportamiento de Vinicius Jr. es ya un problema institucional admitido internamente por los dirigentes del Real Madrid después de comprobar que el brasileño no solo no está dispuesto a corregirlo, sino que lo acentúa cada vez más. Es positivo que un futbolista tenga mucho carácter, siempre y cuando lo sepa canalizar para ser más competitivo y le sirva para centrarse y responder en el campo con una mejora de rendimiento. Pero no es el caso de Vinicius Jr.
Aunque siempre lo defienda públicamente, y lo seguirá haciendo, Ancelotti está harto de que el brasileño se perjudique a sí mismo y al equipo, minando su propio juego, descentrándose continuamente por culpa de la guerra de guerrillas en las que se inmiscuye un día sí y otro también, encarándose y protestando incesantemente a los árbitros y cayendo en las ya habituales provocaciones de los rivales y de las aficiones contrarias. Su incorregible conducta está afectando negativamente a la imagen institucional del club y sus dirigentes, con Florentino Pérez a la cabeza, están dispuestos a ponerle fin.
Y no solo eso. La llegada de Mbappé, que aterrizó este verano con mucha humildad y dispuesto a justificar con su juego su condición de estrella, ha tenido un efecto negativo en el delantero brasileño, cuyo comportamiento está denotando un claro complejo de inferioridad y poniendo en duda su compatibilidad. Su afán de protagonismo con el balón y su manifiesta falta de autoestima están llevando a Vinicius a abusar en exceso de un pernicioso individualismo que ha acabado por desesperar no solo a Mbappé, sino también a muchos otros compañeros. El entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, ha detectado que la relación entre ambos delanteros se ha ido deteriorando y lo más preocupante es que su acoplamiento futbolístico se está resintiendo sobre el césped. Cada vez se buscan menos entre ambos y su conexión es menos fluida de lo deseable.
Eso no significa que no se acaben encontrando en los goles que todavía se acabarán fabricando mutuamente. Pero difícilmente conseguirán juntos que se vea la mejor versión de ambos. Según fuentes cercanas al vestuario blanco, hay otros compañeros, como Modric, que no soportan el comportamiento del brasileño, quien acostumbra a reprochar públicamente a algún compañero por no pasársela. Tuvo, también, un rifirrafe importante con Lucas Vázquez, y su relación es muy fría. El pasado miércoles, Mbappé iba a lanzar el penalti que él mismo provocó ante al Atlético de Madrid, pero Vinicius Jr., siempre necesitado de acaparar los focos y de compensar su mal partido, pidió ejecutarlo. Lo lanzó a las nubes y únicamente un compañero, Bellingham, se acercó a consolarle. El resto no tuvo ningún gesto de ánimos o empatía con el brasileño.
Al finalizar el partido, y tras consumarse la enésima clasificación épica del Madrid en la Champions, Vinicius volvió a demostrar que ni sabe perder ni ganar. Se encaró con la afición atlética, desconsolada y rota de dolor, y en modo provocación, se puso a bailar sobre el césped, a sacarle brillo al escudo mirando a la grada del Metropolitano, a señalarse el anagrama de las quince Champions y a repetirles a los abatidos colchoneros que ellos tienen cero. Y extendió la chaqueta sobre el césped, como el que planta una bandera para declarar la tierra conquistada. Luego, ya dentro del túnel de vestuarios, volvió a encararse con los futbolistas atléticos, que intentaban contener la rabia y el odio que iba sembrando el brasileño.
Ancelotti le ha hecho de padre y, con una paciencia infinita, se ha dejado la piel para reconducirlo. No ha cesado de rogarle encarecidamente que corrija su comportamiento. Pero ya lo da por imposible. Hace una semana, el propio Vinicius Jr. admitió la evidencia en su comparecencia en rueda de prensa. «Hago muchas cosas que no debo hacer, a cada partido mejoro y estoy más tranquilo. La gente se olvida que solo tengo 24 años y tengo mucho que aprender». Pues es muy probable que deba hacerlo fuera del Real Madrid a partir del próximo verano, a pesar de que le quedarían 2 años más de contrato, hasta junio de 2027.
Por mucho que el brasileño haya declarado que las negociaciones para su renovación están muy bien encauzadas, lo cierto es que las conversaciones no están ni mucho menos avanzadas. Y en la zona noble del Bernabéu están convencidos de que el entorno del brasileño está aireando el interés de Arabia Saudí para exigir una importante mejora de contrato, después de saber que el francés ha llegado percibiendo una millonaria prima de fichaje, que pondría en peligro el equilibrio salarial de la plantilla. Todavía tiene que nacer el futbolista que le gane un pulso a Florentino, quien no se plegó a las presiones de símbolos madridistas más importantes, como Hierro o Sergio Ramos.
Los dirigentes del club blanco, detectando el mal ambiente que se está generando en el vestuario, están valorando muy seriamente la posibilidad de aceptar esa propuesta de cerca de 350 millones de Oriente Medio para vender a Vinicius Jr. a final de temporada. Consideran que ese extraordinario ingreso sería muy positivo para las arcas del club y su marcha no sería devastadora, futbolísticamente hablando, ya que Mbappé le supliría ocupando su posición por la banda izquierda y el Real Madrid podría dedicar parte del dinero ingresado a fichar al delantero centro goleador que le falta. Mucho tendría que cambiar el guion para que ese no fuera el desenlace definitivo a final de temporada.