La aplicación para dispositivos móviles de la startup de ahorro energético Hobeen ya está en el mercado. Eso sí, su lanzamiento ha sido, de momento, discreto, para hacer ahora «una fase de preguntas, de feedback» por parte de los usuarios, según su CEO, Mario Fernández, y, con esta información, optimizarla para tener una versión definitiva en las próximas semanas.
Por qué es importante: el próximo 1 de junio entra en vigor la nueva tarifa eléctrica, que introduce una nueva facturación en función de tres tramos horarios distintos (punta, llano y valle). El CEO de Hobeen explicaba recientemente en una entrevista con The Objective que la startup permite reducir «hasta un 30%» del consumo energético, «es decir, entre 100 y 900 euros al año».
«El lanzamiento estaba previsto que fuera el 20 de marzo», cuenta ahora Fernández, «pero la tecnología sigue su ritmo y dar con la tecla y las funcionalidades y aportar el valor que deseas no es tan sencillo, así que estás sometido siempre a cambios. Además, también hay una parte de testeo, de prueba y error, de mejoras. Finalmente, hemos salido al mercado el 17 de mayo y nuestro arranque ha sido muy en pequeño».
Fernández ha participado en las jornadas Regen, celebradas en Madrid entre el 19 y el 22 de mayo para repensar el modelo de vivienda de cara a un mundo más sostenible y eficiente energéticamente. «Lo que quieren hacer es que en grandes edificios de uso compartido pueda estar un poco controlado el gasto energético», explica Fernández a este diario, «y ahí es justamente donde Hobeen entra porque nosotros tenemos dispositivos que te ayudan a controlar la electricidad, el aire acondicionado, evitar el derroche energético».
Para reducir la huella ecológica y luchar contra el gasto excesivo de energía, «el principal obstáculo que tenemos por el momento es la falta de convicción por parte de los ciudadanos de que esto es una necesidad», explica el CEO de Hobeen. «A mí me gustaría mucho que en España entrase ya el nivel de concienciación que hay en otros países europeos», cuenta Fernández. «Francia, Alemania, los países nórdicos… tienen una forma de pensar completamente diferente».