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Duro Felguera repesca para su nueva cúpula a dos miembros del equipo directivo que hundió la compañía

Duro Felguera repesca para su nueva cúpula a dos miembros del equipo directivo que hundió la compañía

El nuevo CEO de Duro Felguera, Jaime Argüelles, prepara cambios en la cúpula de la compañía en los que cobrarán especial protagonismo Juan José Herrero y Roberto Pérez, según ha podido confirmar THE OBJECTIVE con fuentes conocedoras del proceso.

Los dos ya estuvieron en puestos clave de la compañía en la época del presidente Ángel del Valle y fueron parte de la gestión que desembocó en la dura crisis de 2018 que todavía amenaza con el concurso de acreedores a la firma asturiana. Herrero fue director de Producción Corporativa y responsable de Servicios y Pérez fue director de Mining & Handling y Oil & Gas.

Estas mismas fuentes indican que el nuevo organigrama se está ultimando y que el objetivo es que se haga público cuando la SEPI libere finalmente los 80 millones que quedan del rescate aprobado hace más de ocho meses por el fondo público.

Juan José Herrero pasará a ser el número dos y Roberto Pérez será su hombre de confianza. Los dos solo reportarán a Argüelles y tomarán las riendas del día a día de la empresa volviendo a la primera línea después de que en noviembre de 2017 pasaran a un segundo plano, tras la abrupta salida de Del Valle de la presidencia.

Unos nombramientos que han causado extrañeza en el mercado. Juan José Herrero y Roberto Pérez ya pilotaron la compañía en la peor época de su historia. De hecho, la actual crisis de Duro Felguera -que estalló en 2018- se atribuye en gran parte a la gestión del equipo del que formaron parte estos dos directivos.

Abultadas pérdidas

Malas decisiones, contratos que no se cumplieron y una deficiente gestión del perímetro de la compañía dejaron a Duro Felguera con cuantiosas pérdidas y una situación de desequilibrio patrimonial de la que todavía no se puede recuperar.

Los datos son demoledores: en 2015 Duro Felguera perdió 68,8 millones de euros, en 2016 se dejó 18,2 millones, en 2017 perdió la friolera de 254,5 millones de euros y en 2018 se dejaron 54,9 millones.

La crisis estalló en 2018 cuando la situación se hizo insostenible y los nuevos gestores realizaron una revisión de las cuentas. En ese momento, el grupo reconoció que podía solicitar nuevas inyecciones de liquidez en 2019, la cotización de Duro se despeñó hasta el mínimo legal (0,01 euros) y comenzó un lento proceso de renegociación de la deuda con la banca y la búsqueda de un inversor industrial que, tres años después, sigue sin llegar.

Por esas mismas fechas Ángel del Valle, el presidente y CEO que lideró el equipo del que formaron parte Herrero y Pérez, fue acusado por Duro Felguera de administración desleal y apropiación indebida. La empresa mantuvo además abierta una investigación interna por su actuación. Finalmente, la denuncia fue desestimada por los tribunales de Gijón.

Del mismo modo, el Gobierno, a través de representantes de alto nivel del Ministerio de Industria, trasladó a los gestores que negociaron el rescate con la SEPI que no se iba a otorgar ninguna ayuda mientras estuvieran en la compañía los miembros más destacados de la administración de Ángel del Valle.

Gestión del rescate

En este sentido, Herrero fue despedido en octubre de 2020 acusado de filtrar datos de la empresa en foros de Internet. Además de Herrero, por esas fechas salieron de la empresa Roberto Pérez, director de Riesgos; Ignacio Rodríguez, director de Compras; Javier García Laza, director general, y Alfonso Gordon, director de Recursos Humanos.

No obstante, recurrieron el despido ante los tribunales y en abril de este año se decretó la readmisión de Herrero, director de Organización y Métodos hasta que fue despedido por el sucesor de Del Valle en el cargo, José María Orihuela. Volvió a su puesto en mayo y desde la llegada de Argüelles como nuevo CEO en junio ha pasado a ser uno de sus principales colaboradores. En julio se reincorporó a Pérez en similares circunstancias.

Si todo resulta según lo planteado por Argüelles, estos dos directivos gestionarán directamente los 80 millones de euros públicos que se inyectarán a la compañía en los próximos meses. Una situación paradójica, según apuntan algunas fuentes, ya que precisamente el Ejecutivo pidió la salida de estos para desbloquear el rescate y los fondos que ahora les tocará administrar.

La llegada del segundo tramo del rescate de la SEPI es el gran hito que espera la empresa. Pese a que está a punto de expirar el nuevo plazo otorgado por la sociedad pública a finales de noviembre, sigue sin cerrarse la firma del acuerdo con la banca y todavía no hay certeza de que en las próximas dos semanas llegue un nuevo inversor industrial.

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