Rato cede a su hijo y a su exmujer el control de la mitad de su patrimonio

El exvicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, ha empezado a ceder parte del control de su patrimonio a su único hijo varón y a su exmujer, María Ángeles Alarcó. Patrimonio que ha sido investigado por la Justicia y por el que se enfrenta a más de 60 años de prisión por 12 delitos, entre ellos fraude fiscal y blanqueo de capitales. Los movimientos se vienen produciendo desde mayo, solo tres meses después de que saliera de cárcel de Soto del Real en libertad condicional al tratarse de una persona septuagenaria, en la que se encontraba recluido por el caso de las ‘tarjetas black’ de Caja Madrid y Bankia, entidades de las que fue su máximo responsable entre 2009 y 2012. THE OBJECTIVE ha intentado ponerse en contacto con el exministro y no ha obtenido respuesta.

En concreto, según consta en el registro mercantil, el primogénito del también exvicepresidente del FMI, Rodrigo Rato Alarcó, ha pasado a ostentar el cargo de administración único de Donald Inversiones, Arada y Explotaciones Carabaña, tres de las compañías del exbanquero con las que habría cometido distintos delitos de los que la Fiscalía le acusa en estos momentos y por los que tendrá que sentarse, próximamente, en el banquillo. 

Desde 2018, cuando el exbanquero ingresó en prisión, estas firmas estaban siendo gestionadas por su supuesto testaferro, Miguel Ángel Quevedo, que también se enfrenta a una pena de seis años entre rejas. En Arada y Explotaciones Carabaña su hijo, al igual que sus otras dos descendientes, Ana y Ángeles, ya figuraban como apoderadas de las mismas desde finales 2017. Los cambios en sendas compañías no quedan ahí, ya que el propio Rato ha vuelto a tener poderes desde principios de este mismo mes de noviembre. 

Turismo y hoteles, para su exesposa

A su exmujer, que llegó a ser presidenta de Paradores, le ha transferido la administración mancomunada que él mismo ostentaba hasta la fecha en Vistarties, compañía inmobiliaria especializada en la gestión hotelera y de establecimientos turísticos. Esta sociedad está compartida con los socios José Riva Francos, asturiano amigo del exministro y consejero de NH Hoteles en representación de Caja Madrid durante la presidencia de Rato de la entidad, y Begoña González Targhetta, viuda de Alfredo Nicolás Ens -otro de los fundadores de la empresa-. Esta compañía estuvo vinculada al comisionista de la familia Pujol, Solá Castel, a través de Bagerpleta, otra de las firmas de la familia Rato. Bagerpleta fue la instrumental mediante la cual construyó un emblemático hotel en Berlín y a través de la que sacaba una parte del dinero al extranjero.

Estas cuatro sociedades en las que hasta la fecha ha traspasado su control recientemente son de las más relevantes del enjambre societario que tiene Rato. Entre ellas, suman prácticamente la mitad de los activos totales, estimados en 27 millones. Acumulan bienes por importe de 13,5 millones, según las últimas cifras disponibles en el registro mercantil. En otras tantas el exvicepresidente todavía no ha movido ficha y se mantiene él mismo o su supuesto testaferro como administradores únicos. Entre ellas destacan Kradonara o Rafi.

Fraude de 8,5 millones

La Fiscalía Anticorrupción acusó en marzo de once delitos a Rato y de haber defraudado más de 8,5 millones de euros a Hacienda en el marco de la causa sobre el presunto origen ilícito de su patrimonio. Según la tesis del ministerio fiscal, desde 1999 ha mantenido una parte oculta a través de diversas sociedades con las que habría realizado continuas actividades de inversión financiera mediante cuentas bancarias en Bahamas, Suiza, Mónaco, Luxemburgo y Reino Unido, entre otros lugares. La Audiencia Provincial de Madrid amplió hace unas semanas a doce los delitos.

A lo largo de la investigación judicial, que ya ha sido cerrada, se identificaron incrementos no justificados en la riqueza de Rato entre los años 2005 y 2015 por un importe total de 15,6 millones de euros, además de rendimientos de capital mobiliario en el exterior que tampoco fueron declarados.

La Fiscalía recordó en su escrito de acusación que durante la instrucción afloraron también indicios de que Rato cobró comisiones indebidas por los contratos de publicidad firmados por Bankia con las empresas Publicis y Zenith durante el proyecto de la salida a bolsa de la entidad bancaria cuando era su presidente. Las comisiones se habrían canalizado desde la sociedad interpuesta Albisa, propiedad de otro de los acusados en la causa, Alberto Portuondo, que además habría sido contratado como asesor de Bankia. Albisa habría cobrado el dinero y enviado parte del mismo a Kradonara con la cobertura de un supuesto contrato de asesoría a la otra mercantil. A Kradonara, de la que Rato sigue siendo administrador, llegaron 835.059,97 euros entre 2011 y 2012 procedentes de dichas comisiones y desde ahí fueron transferidos a cuentas de otras dos sociedades -Bagerpleta y Arada-, logrando así difuminar el origen del dinero.

Rato tiene embargados sus bienes y, por tanto, no puede traspasar la propiedad de los mismos y está previsto que próximamente se abra el juicio oral. En junio no presentó la fianza solicitada por la Justicia, de 65 millones, y ahora se espera que el magistrado fije la fecha para su procesamiento. Además, el exvicepresidente del Gobierno está en libertad condicional por el caso de las tarjetas opacas de Bankia desde febrero a petición de Instituciones Penitenciarias por su avanzada edad, aunque no puede cambiar de domicilio sin informar antes previamente y tiene que estar bajo custodia de un familiar en todo momento, después de que en octubre obtuviera el tercer grado. Ingresó en la cárcel a finales de 2018 para cumplir con los cuatro años y medio de condena.