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Economía

Por qué nos empeñamos en que todo va fatal

El covid provocó un repunte de la pobreza extrema, pero el número de personas que vive con menos de 1,9 dólares diarios está cayendo de nuevo

Por qué nos empeñamos en que todo va fatal

Albert Gea | Reuters

Piense en el mundo. Pandemias, inundaciones, erupciones volcánicas, maniobras en el mar de la China oriental, tropas rusas amontonándose en la frontera con Ucrania… Las cosas no dejan de empeorar. Lo repiten todos los días en el telediario. Los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. El Reloj del Apocalipsis, que lleva poniendo en hora el Boletín de Científicos Atómicos desde 1947, está a dos minutos de la medianoche definitiva.

Esta negra imagen es la que la mayoría de los occidentales tiene en su cabeza, pero es «estresante y falsa», como demuestra Hans Rosling en Factfulness. Muerto en 2016, este profesor de salud pública no era precisamente un neoliberal irredento. Se sumó a las protestas contra el apartheid y Vietnam, realizó el obligado viaje iniciático a la India y, tras licenciarse en medicina, se fue a ejercer en una remota región de Mozambique. Atendía él solo a 300.000 almas, a menudo en condiciones heroicas. Por eso, cuando regresó de África y empezó a dar clases en la Universidad de Upsala, le sorprendió la actitud de sus alumnos. Hablaban del planeta con un fatalismo ofensivo, como si nadie hiciera nada por combatir la penuria y la enfermedad. Él se había matado para aliviar la privación de miles de mozambiqueños, incluso había perdido un hijo, pero para aquellos jovenzuelos todo había sido en vano. «Ellos [los pobres] nunca vivirán como nosotros», le espetó uno de sus estudiantes. «Otros compañeros», recuerda Rosling, «asintieron».

Estadísticas

Lo paradójico es que acababa de pasarles unas tablas de la Unicef. «¿Cuál es el índice de mortalidad infantil en Arabia Saudí?», les había preguntado. «No alcéis la mano. Leedlo en voz alta». «35», gritó la clase al unísono. «Ahora», siguió Rosling, «¿cuántos niños morían en 1960? Mirad la segunda columna». A los alumnos les costó articular la respuesta. «242», dijeron en un susurro. «Sí. Correcto», dijo Rosling. «La sociedad saudí ha experimentado un avance increíble. […] Y mucho más rápido que la sueca. Nosotros necesitamos 77 años para lograr esa mejora». Y añadió: «Para vuestra información, no hallaréis ningún país en el que la mortalidad infantil haya aumentado. Porque el mundo, en general, va a mejor».

Los números son igualmente concluyentes en otras áreas, como analfabetismo, educación o libertad. En pobreza extrema, el coronavirus provocó un repunte, pero el número de personas que vive con menos de 1,9 dólares diarios está cayendo de nuevo. No es cierto que los pobres sean cada vez más pobres, como tampoco lo es que la Tierra sea un lugar más desigual: la diferencia de rentas tocó techo en los 80, pero desde entonces se ha reducido. En cuanto a la violencia, disfrutamos de lo que el psicólogo Steve Pinker llama en Los ángeles que llevamos dentro «la era más pacífica de la historia». Hay menos guerras, menos atentados, menos torturas.

¿Por qué es la gente tan pesimista? El primer obstáculo que Rosling detectó fue que la información no era tan asequible. Lo denunciaba en The Economist en 2010. «Naciones Unidas, el Banco Mundial y el FMI obtienen los datos de los países miembros, usan el dinero del contribuyente para compilarlos y los revenden luego». Era un negocio estúpido y miope, pero muy serio, porque cuando comenzó a elaborar a partir de aquellos indicadores los espectaculares gráficos de su web Gapminder, el Banco Mundial amenazó con demandarlo. Por suerte, prevaleció el sentido común y cualquiera puede acceder ya al tesoro estadístico de los organismos internacionales.

Peor que los chimpancés

El mero conocimiento no basta, sin embargo, para remover los prejuicios. Sus alumnos tenían las tablas de la Unicef delante de sus narices y se negaban a admitir el progreso. Y no eran ellos únicamente. En 2017 Rosling preparó un test sobre cómo evolucionaban los conflictos, los desastres naturales, la pobreza, etc. Eran preguntas cerradas. Había que elegir una de tres opciones. Si la gente no hubiera tenido ni idea, las respuestas se habrían repartido aleatoriamente. El 33% hubiera acertado, como sucedía con los chimpancés. Pero la nota media fue de dos sobre 12. «Nadie hizo pleno y una sola persona (en Suecia) respondió correctamente a 11». Y por si alguien aún sospechaba que el problema era la falta de preparación, «algunos de los resultados más deplorables correspondieron a un grupo de galardonados con el Nobel». ¿Qué nos impele a rechazar la evidencia?

En Factfulness, Rosling señala varios sesgos. Nuestro sistema nervioso se diseñó para alertar de los peligros, no para evaluarlos. En la sabana, el homínido que sobrevive es el que sale corriendo cuando oye un ruido detrás de un arbusto, no el que se queda a contrastar empíricamente que se trata de un tigre de dientes de sable. «Nuestros cerebros sacan a menudo conclusiones rápidas sin reflexionar, lo cual nos ayuda a evitar riesgos inminentes». Esta propensión al drama nos fue muy útil mientras masticábamos raíces en el valle del Rift, pero exagera las sombras y «nos impide ver la realidad tal como es».

El otro enemigo de la verdad es el pensamiento binario. «Nos encanta dicotomizar. Bueno y malo. Héroes y villanos. Mi país y el resto». O como decía el alumno de Rosling, «ellos y nosotros». Hemos trazado una línea mental y hemos puesto a un lado a los ricos y al otro, a los pobres. No hay matices ni categorías intermedias. Solo delante y detrás. Y como a los pobres los vemos siempre detrás, damos por sentado que no avanzan, cuando no es así. La esperanza de vida en Malasia era en 2017 la misma que tenía Suecia en 1975. Si entonces los suecos nos parecían ricos, ¿por qué no nos lo parecen ya los malasios? Movemos constantemente la meta y eso crea una falsa sensación de estancamiento, de que ellos nunca vivirán como nosotros, de que estamos al borde del Apocalipsis.

Pero no se deje engañar, porque el mundo, en general, va a mejor.

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