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Nace Maricoin, una criptomoneda que se podrá usar en locales LGTBI de varias ciudades españolas

Maricoin quiere ser «un medio de pago para materializar el valor y la lucha del colectivo» LGTBI

Nace Maricoin, una criptomoneda que se podrá usar en locales LGTBI de varias ciudades españolas

Maricoin

El colectivo LGTBI ya tiene su propia criptomoneda: Maricoin. Un empresario del madrileño barrio de Chueca, Juan Belmonte –más conocido como ‘Juan por Dios’ por el nombre de la peluquería que regenta–, decidió lanzar este proyecto a través de Startify, una plataforma de startups

Maricoin pretende ser un «sello de igualdad y calidad», «un medio de pago para materializar el valor y la lucha del colectivo», según la definición de su creador.

La tecnología de Algorand

Para sacar adelante el proyecto, Juan Belmonte ha elegido utilizar la tecnología de Algorand, una blockchain creada por el criptógrafo Silvio Micali. «Elegimos Algorand porque es una tecnología eficiente, eficaz y con la cual nos sentimos confiados para que todo salga bien a la primera», defiende Belmonte en un vídeo de YouTube. 

Desde Algorand se definen como una «blockchain totalmente descentralizada, segura y expansible que proporciona una plataforma común para crear productos y servicios para una economía sin fronteras». 

Por eso, Maricoin es uno de los proyectos que ha entrado a formar parte del programa de aceleración de Algorand Miami Accelerator. Esto permitirá a los creadores acceder a la financiación de Borderless Capital, un fondo de capital destinado a impulsar proyectos que utilicen Algorand. 

La parte operativa del proyecto la lidera Francisco Álvarez Cano, miembro de Startify, la plataforma para el lanzamiento de empresas emergentes a través de la cual se está impulsando Maricoin.

Disponible desde enero 

Maricoin se podrá usar desde el 1 de enero en numerosos establecimientos. Aunque la iniciativa ha nacido en Chueca, en Madrid, también se podrá usar en negocios de otras ciudades, como Gran Canaria, Ibiza y Barcelona desde la misma noche de fin de año. 

«Estamos colaborando con organizaciones y asociaciones que apoyan el colectivo LGTBI y tenemos más de 20 empresarios en Chueca que están detrás de todo esto apoyándolo», explica Belmonte en el vídeo. E insiste en que «todas las personas que usen Maricoin sepan que están apoyando la igualdad sexual y de género en todo el mundo». 

Las previsiones son que, a principios de 2022, después de haberse puesto en marcha ya en algunos negocios, Maricoin empiece a cotizar en los principales exchanges que admitan Algorand. El objetivo es llegar a cotizar en Binance, el mayor exchange del mundo, que no admite ninguna criptomoneda hasta que no alcance, al menos, 10.000 transacciones. 

De momento, quien quiera invertir en Maricoin puede sumarse a la lista de espera que han creado los impulsores del proyecto a través de este enlace. Solo hay que dar los datos de contacto y señalar la cantidad que se desea invertir en la nueva criptomoneda. «Inscríbete en este formulario y entra a formar parte de la primera emisión de una moneda que cambiará el mundo», reza el texto. 

Defender los derechos del colectivo LGTBI

Más allá de un proyecto empresarial, de un negocio, los creadores de Maricoin aseguran que el objetivo de esta criptomoneda, «nacida con orgullo», es «luchar por la igualdad y contra cualquier tipo de discriminación». 

Si el colectivo LGTBI fuera un país, sería la tercera o cuarta economía mundial, según un informe de Credit Suisse publicado en junio de este año. Según las estimaciones del banco, entre el 5% y el 10% de la población mundial pertenece al colectivo y sus patrones de gasto no difieren del resto de consumidores, por lo que su PIB estaría entre los 2,7 y los 5,2 billones de dólares. 

Es esto precisamente lo que argumenta Belmonte para afirmar que «por eso es hora de tener nuestra propia moneda», que considera que «nos va a unificar, nos va a dar poder en este mundo globalizado capitalista y podremos ayudar a otras personas que en estos momentos no tienen los mismos derechos que nosotros». Por eso, continúa Belmonte, «necesitamos estar más unidos que nunca y pagar y usar nuestra propia moneda, Maricoin», para que esta «sea de verdad el valor de nuestra fuerza».

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