La crisis de precios energéticos amenaza con ser la nueva pandemia económica

La pauta en el sector energético en 2021 la marcaron los altos precios de la electricidad en los mercados mayoristas, siempre con el permiso de los precios del gas y de los derechos de emisión de CO₂, y no parece que vaya a haber mucha novedad en el curso que acabamos de comenzar —al menos hasta primavera—.

Tras una caída de la demanda en 2020 y unos precios extraordinariamente bajos a causa de las restricciones por la covid-19, el mercado mayorista de electricidad (pool en la jerga) se disparó el curso pasado hasta niveles que nunca se habían registrado. De hecho, en todos los mercados europeos se triplicó el precio en comparación con el ejercicio precedente.

En lo que afecta a España, el mes de diciembre cerró con un precio medio de 239,1 euros el megavatio hora (MWh), el más alto de la historia tras superar en más de 39 euros el dato registrado en octubre. El 23 de diciembre rompió todos los récords alcanzado los 383,67 €/MWh y los mercados de futuros apuntan a que seguirá en el arranque de 2022 por encima de los 300 €/MWh.

Para explicar esta coyuntura, que los expertos prevén que se alargue ya durante casi un año y que ha obligado al Gobierno a acometer rebajas fiscales sobre la electricidad para paliar su impacto en la factura del consumidor final, hay que mirar al gas natural y al mercado de derechos de emisión de CO2. Durante el invierno de 2020, el gas ya marcó precios muy elevados debido a la ola histórica de frío en el sudeste asiático, pero el curso que hemos dejado atrás rompió todas las barreras superando los 100 €/MWh.

Rusia ejerce control sobre Europa

Detrás se encuentran las tensiones geopolíticas entre Rusia, EEUU y otros países occidentales. Otra de las claves en la subida de precios del gas está en el Nord Stream 2, el polémico gasoducto controlado por Gazprom que conecta las reservas rusas con la Unión Europea a través del mar Báltico. Alemania paró temporalmente su certificación en noviembre al alegar que no estaba constituido bajo la legislación del país y, desde entonces, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha apremiado a su puesta en marcha. Ha dicho claramente, consciente de que ejerce el control sobre Europa en esta materia, que el Nord Stream 2 «contribuirá a solucionar el problema de la estabilización de precios en el mercado europeo».

Además, el precio medio de los derechos de emisión de CO2, que pagan los grandes consumidores energéticos por emitir dióxido de carbono a la atmósfera, superó en diciembre los 80 euros por tonelada, cuando un año antes rondaba los 30 euros, mientras que el cómputo anual fue de 53,55 euros/tonelada —24,75 euros en 2020—.

Bank of America cifra el impacto que representará para los principales países de Europa la actual crisis de precios energéticos en unos 107.000 millones de euros. Tan solo para los consumidores domésticos españoles tendrá un efecto negativo de unos 9.000 millones de euros. No obstante, España no es el país donde mayor será el golpe.

El banco de inversión destaca que la factura de Reino Unido ascenderá hasta los 27.700 millones de euros, mientras que en Italia será de 24.500 millones, en Alemania de 23.000 millones y en Francia de 22.100 millones. Tan solo habrá un impacto menor al de España en Portugal —pese a que comparten mercado—, con unos 700 millones de euros.

Así, Bank of America estima que el consumidor medio español pagará unos 475 euros extra por la luz en el periodo comprendido entre 2021 y 2022. Si el Ejecutivo prorrogase indefinidamente el paquete de medidas fiscales que actualmente está en vigor para abaratar el recibo eléctrico, la entidad calcula un ahorro de entre 3.000 y 4.000 millones de euros anuales, lo que equivale a unos 170 euros por hogar.

En concreto, el Gobierno ha alargado hasta el 30 de abril las rebajas del IVA de la electricidad del 21% al 10% y del Impuesto Especial sobre la Electricidad del 5,11% al 0,5% —el mínimo legal que permite Europa—, mientras que la suspensión del impuesto de generación del 7% que pagan las empresas solo se mantendrá, de momento, hasta el 31 de marzo. La cobertura a los colectivos vulnerables que se benefician del bono social eléctrico, que comprende descuentos de hasta el 60% y el 70% en su consumo de electricidad, también se mantendrá hasta abril.

Las empresas suben precios

Bajo esta problemática, el Banco de España señala que las empresas españolas tienen la intención de continuar trasladando parcialmente los aumentos de costes a los precios de venta en los próximos trimestres. En concreto, el 30% de compañías que ha encuestado ya lo hizo en el cuarto trimestre de 2021, lo que supone diez puntos más que en trimestre anterior, mientras que casi el 44% de los productores prevén aumentar sus precios en el primer cuarto de 2022 y cerca del 60% lo harán a lo largo de todo el ejercicio.

El precio de los carburantes también ha arrancado el año poniendo fin a la tendencia bajista con la que despidió 2021. Han subido un 0,2% en la primera semana del año, con el litro de gasolina y diésel en 1,479 y 1,34 euros, respectivamente, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea. Llenar un depósito medio de gasolina de 55 litros cuesta ahora en torno a 81,3 euros, unos 15,5 euros más que hace un año, mientras que en el caso de repostar con gasóleo asciende a casi 74 euros, unos 14,4 euros más.

Asimismo, el Índice de Precios de Consumo (IPC) subió un 1,3% en diciembre en relación al mes anterior y disparó su tasa interanual hasta el 6,7%, más de un punto por encima de la tasa de noviembre (5,5%) y su nivel más alto en 29 años, debido el encarecimiento de la luz y, en menor medida, de los alimentos. Los analistas de Caixabank Research indican que la inflación se mantendrá en niveles por encima del 4% hasta el segundo trimestre. 

También han revisado a la baja el crecimiento del PIB para 2021, hasta el 4,4%, debido a la inflación por el componente energético y las disrupciones en las cadenas de suministros. De cara a 2022, esperan que en el primer trimestre la economía todavía se vea algo lastrada por la «tormenta energética y los cuellos de botella», pero que a partir del segundo la situación mejore de la mano de la recuperación del turismo y el impulso del NGEU. «Esperamos un crecimiento del 5,9%, de forma que el PIB recuperará su nivel previo a la pandemia a finales de 2022», aseguran.

En la misma línea, los precios industriales registraron en octubre de 2020 —último dato disponible— el mayor alza mensual de toda la serie histórica, del 6,1% y disparándose hasta un 31,9% en tasa interanual, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).  El repunte estuvo directamente influido por la energía, que elevó su variación anual 27,1 puntos, hasta el 87,3%, la tasa más alta desde 1976 debido a la subida de precios de la producción, transporte y distribución de la electricidad.

Golpe a la gran industria

La Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (Aege) ha denunciado en varias ocasiones que dicha situación ha obligado a numerosas compañías a retrasar las inversiones que tenían previstas para la descarbonización de sus plantas como consecuencia de un «brutal incremento del coste de la factura eléctrica».

En concreto, la asociación, que integra a 26 empresas que facturan más de 20.000 millones al año, denuncia que el sobrecoste del suministro eléctrico para estas compañías será de 1.500 millones de euros frente a sus principales competidores europeos. También ha advertido de que las eléctricas no les están ofreciendo contratos de suministro competitivos y pide que en España se replique el modelo francés, con una tarifa asociada al precio de la nuclear, de 42 euros /Mwh.