La banca gasta el 64% de las provisiones covid antes de la ola de impagos
Reduce desde el pasado marzo en 8.400 millones el volumen de dotaciones para cubrir la morosidad que se avecina en primavera
La banca ha consumido el 64% de las provisiones realizadas en el primer año de la pandemia. Y lo ha hecho antes de que arranque la previsible ola de morosidad que se avecina. Las entidades, que llegaron a aumentar la hucha contra impagos y deterioros de activos en España en algo más de 13.000 millones, han rebajado el importe en 8.400 millones desde el pasado mes de marzo, según los últimos datos del Banco de España consultados por THE OBJECTIVE.
De esta manera, el volumen de dotaciones con las que cuenta en la actualidad el sector para afrontar la subida de las insolvencias a partir de la primavera se sitúa en 98.200 millones tras este ajuste. Un recorte que no esta pasando desapercibido ni por los expertos ni por el regulador.
Así, por ejemplo, en un informe reciente la agencia de calificación Axesor Rating ponía el acento e la rebaja de provisiones, que estaba siendo «más intensa de lo previsto inicialmente». Por su parte, el supervisor lleva meses reclamando a los bancos que mantengan la prudencia e incrementen aún más este colchón, ya que la incertidumbre todavía sigue siendo alta y la recuperación de la economía esta siendo más lenta de lo pronosticado.
Provisiones suficientes, según la banca
Las entidades sostienen que el nivel de dotaciones es el adecuado y, por este motivo, en 2021 apenas realizaron un esfuerzo extra por la pandemia, después de la gran cantidad embolsada en 2020. Los ejecutivos de los principales bancos han indicado que con el importe acumulado será más que suficiente para hacer frente a los impagos y deterioros que están por llegar. Un agujero que a día de hoy será muy inferior a lo inicialmente estimado.
En concreto, el conjunto del sector prevé que la tasa de morosidad, que está manteniendo por el momento su tendencia bajista, empiece a escalar posiciones a partir de abril, cuando decaigan los periodos de carencia y ampliación de moratorias de los préstamos ICO, y alcance un pico máximo del 6 ó 7%. En octubre el ratio se situaba ligeramente por encima del 4%. En los primeros compases del coronavirus algunos analistas calculaban que podría llegar al 12%, cerca del máximo de la pasada crisis financiera.
La disminución de las provisiones, precisamente se ha producido, en parte, por la reducción de las insolvencias, un mayor nivel de recuperaciones de cobros y una venta o amortización de créditos o inmuebles deteriorados. Tres motivos que permiten a las entidades poder dar de baja del balance las dotaciones realizadas parta cubrir pérdidas por dichos activos.
Hucha de 38.800 millones para créditos
Los datos del Banco de España reflejan que del total de la hucha, 38.800 millones tienen como destino cubrir impagos de préstamos. Los restantes 59.400 millones tiene como fin asumir pérdidas por adjudicados u otra serie de activos, como participaciones industriales o de otro tipo.
El optimismo de la banca es tal que algunas entidades no descartan, incluso, que a lo largo de 2022 liberen parte de las dotaciones extraordinarias de 2020. Este es el caso del Santander, que analiza pormenorizadamente su cartera en España para poder reducir la hucha y aumentar, de esta forma sus beneficios, tal y como ya ha hecho en otros mercados donde opera (Reino Unido y EEUU).
Préstamos al borde de la morosidad, al alza
Estas buenas perspectivas contrastan con las insistentes declaraciones del Banco de España, que ha llamado al sector a extremar la prudencia y a no revertir estas dotaciones debido a que la recuperación esta siendo heterogénea por sectores y aquellos que más dependientes del turismo y la hostelería están sufriendo más. Según sus datos, los préstamos de vigilancia especial han aumentado un 53% entre junio de 2020 y 2021 y de estos el 16% cuentan con aval del Estado.
La sexta ola de contagios ha añadido una mayor presión a estos segmentos de actividad en las últimas semanas, una presión que podría extenderse a otras industrias, que ya están afectadas por la falta de suministros por la crisis de los chips y el precio de la energía, que ha disparado la inflación hasta niveles no vistos en décadas. El BCE ha admitido que esta escalada del IPC podría no ser tan transitoria como preveía, por lo que podría endurecer su política monetaria antes de tiempo, con subida de los tipos de interés.