El grupo de expertos de la UE rechaza incluir el gas y la energía nuclear como 'verdes'
La Plataforma sobre Finanzas Sostenibles envía su propuesta sobre la taxonomía a la Comisión Europea, aunque sus recomendaciones no son vinculantes
La Plataforma de Finanzas Sostenibles, el grupo de expertos que asesora a la Comisión Europea en la taxonomía, rechaza incluir el gas y la energía nuclear en la clasificación, lo que supone facilitar la captación de inversiones privadas. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, los especialistas enviaron sus conclusiones al Ejecutivo comunitario el viernes y las harán públicas este lunes, aunque no son vinculantes. La Comisión Europea ya anunció su posición el 31 de diciembre sin esperar al veredicto de los técnicos.
El documento, de 40 páginas, indica que el gas natural y la energía nuclear no cumplen los requisitos para ser consideradas como renovables, por lo que no deberían formar parte de la clasificación. El informe atiende a criterios técnicos y, aunque es poco probable que la Comisión Europea cambie sus planes, tiene la capacidad de socavar la credibilidad de las autoridades, que se vanagloriaron de estar desarrollando el reglamento más avanzado del planeta.
Desconfianza con la energía nuclear
El texto elaborado por los expertos muestra preocupación porque la Comisión Europea otorgue al gas un límite de emisiones más alto que otras energías, hasta un 15%, cuando se use para reemplazar fuentes de electricidad más contaminantes, como el carbón. El estudio también revela la desconfianza que existe con las nuevas plantas nucleares porque, en opinión de los expertos, no se aborda de manera adecuada el impacto ambiental de los desechos.
El grupo de expertos comenzó su trabajo en julio de 2018 y está formado por 35 miembros de la sociedad civil, el mundo académico, la empresa y el sector financiero, que desarrollan su labor de forma altruista. También hay un elenco de observadores de la UE y otros organismos públicos. La Comisión les otorgó el mandato para definir las fuentes de energía que contribuyen a la transición energética, pero acabó haciendo una propuesta sin escucharles, pese a haberles dado un plazo para enviar sus conclusiones.
La Comisión Europea no se limitó a lanzar la propuesta. La envió a los expertos y a los Estados miembros para conocer su opinión. «Se han invertido los tiempos. Ha saltado por los aires el método de trabajo», se lamenta uno de los miembros de la plataforma consultado por este periódico. «Se ha roto la dinámica. Nos usan para legitimar sus decisiones. Pero nuestro dictamen se va a publicar. Somos científicos y necesitamos que sea transparente», afirma otro especialista.
El Ejecutivo comunitario anunció su decisión, tomada de forma unilateral, al filo de la medianoche del 31 de diciembre. La propuesta trataba de enmendar el reglamento que clasifica las actividades del sector energético con el objetivo de conseguir la neutralidad climática a mediados de este siglo. Incluía como verdes las plantas que generan electricidad con gas y las centrales nucleares que se construyan hasta 2045. La decisión dividió a los Estados miembros.
«Un paso atrás»
España, Austria, Dinamarca y Luxemburgo son algunos de los países que han alzado la voz para rechazar una propuesta que consideran «un paso atrás». En la misma línea se encuentran los expertos seleccionados por las autoridades comunitarias para asesorarles en la creación de la taxonomía. Esta clasificación se enmarca en el Plan de Finanzas Sostenibles de la UE.
«Teniendo en cuenta el asesoramiento científico y actual progreso tecnológico, la Comisión considera que existe un papel para el gas natural y la nuclear como medio para facilitar la transición ecológica hacia un futuro predominantemente en las renovables», defendió en diciembre el Ejecutivo comunitario. Sin embargo, los expertos sostienen que en este segundo acto delegado no hubo ningún asesoramiento previo.
Sí lo hubo en el primero, cuando un grupo de expertos elaboró una serie de recomendaciones para poner en marcha dos de los seis objetivos ambientales de la UE, los de mitigación y adaptación del cambio climático. El primero de los actos delegados fue aprobado por la Comisión en abril y ratificado por el Consejo el 9 de diciembre.
El texto dejó fuera a la energía nuclear y al gas, pero dio lugar a un agrio debate entre países partidarios y detractores de incluir estas fuentes en la taxonomía, como ocurrió finalmente. Europa las considera vitales para descarbonizar la producción energética y cumplir el objetivo de reducir a cero las emisiones de carbono en 2050, tal y como fija el Pacto Verde de la UE.
«Energías en transición»
La Comisión Europea solicita en el segundo acto delegado que reciban la etiqueta verde las inversiones en las centrales nucleares que se construyan hasta 2045 y que se considere sostenible el gas natural que provenga de energías renovables o tenga bajas emisiones, aunque solo hasta 2035. Una puerta que ya dejó abierta en octubre la presidenta de la Comisión, Ursula Von Der Leyen, cuando se refirió a ellas como «energías en transición».
«La decisión de incluir el gas y la energía nuclear como actividades sostenibles es tremenda. Nuestro informe está basado en criterios técnicos, como un perito en un juicio. No es una posición política», reconoce uno de los expertos que asesora a la Comisión Europea. Los ecologistas critican la propuesta porque estas fuentes generan «alrededor del 80%» de todas las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen en el continente.
Los componentes de la Plataforma de Finanzas Sostenibles han mostrado sus dudas sobre la legalidad de que el gas y la energía nuclear sean catalogadas como sostenibles. Algunos solicitan que el Ejecutivo comunitario realice una evaluación de impacto y hay quien, incluso, aconseja que retire la propuesta, que ahora se encuentra en periodo de consultas por parte de los especialistas y de los Estados miembros.
La Comisión Europea tiene la intención de aprobar este mismo mes la taxonomía. Para ello se requiere la mayoría simple en el Parlamento Europeo y una mayoría cualificada del Consejo (20 países que representen el 65% de la población). No será fácil conseguirlo debido a la división.
La propuesta del Ejecutivo comunitario llegó la misma noche en que Alemania cerraba tres de sus seis centrales nucleares. El país centroeuropeo lidera un bloque, en el que se encuentra España, contrario a incluir la energía nuclear en la clasificación. Francia, la mayor potencia nuclear del continente, comanda el bloque contrario, que apuesta por suprimir el gas del reglamento. Los ecologistas creen que el segundo acto delegado responde a un «ejercicio de equilibrismo».