El Santander traslada los recortes a EEUU al cerrar un centenar de sucursales
La clausura afecta al 16% de la red en el país norteamericano, que se ha convertido en el mayor contribuidor de beneficios para el grupo cántabro
El Santander ha trasladado a América los ajustes de estructura con el objetivo de ahorrar costes operativos y adaptarse a la era digital. El grupo que preside Ana Botín ha cerrado en el último año un centenar de sucursales en el mercado norteamericano. Según los datos recabados por THE OBJECTIVE, la entidad cuenta en la actualidad con 488 oficinas en el país, frente a las 580 de finales de 2020. Esto supone un recorte de la red física del 16%.
El Santander ha llevado de forma sigilosa este ajuste, a diferencia de los llevados a cabo tanto en España como en Reino Unido, Polonia o Portugal. En nuestro territorio, por ejemplo, pactó con los sindicatos la clausura de un millar de oficinas, un tercio del total, en el marco del ERE para despedir a 3.500 trabajadores. En Reino Unido, el recorte ha sido del 20%; en Portugal, del 17%; y en Polonia, del 12%.
Pero, a diferencia de estos mercados, en EEUU la disminución de agencias físicas no ha conllevado una merma sustancial de la plantilla. Su franquicia norteamericana ha rebajado el personal en un 2,8%, hasta los 15.674 trabajadores, frente al 15% de la filial española y la inglesa.
El objetivo del Santander al otro lado del Atlántico, como en otras regiones donde opera, es incrementar la rentabilidad lo máximo posible y potenciar la banca digital. Para ello, entre otras medidas, va a dejar de ofrecer distintos productos por su bajo retorno ante su escasa penetración.
Entre estos, según adelantó Botín en la presentación de resultados del grupo hace unos días, se encuentran las hipotecas. Además, acaba de culminar el proceso para hacerse con el control total de su financiera de consumo, para lo que ha destinado 2.200 millones de euros, con el objetivo de retener todos los dividendos.
EEUU, principal mercado para el banco
EEUU se ha convertido en 2021 en el mayor contribuidor a los beneficios del banco cántabro, superando por la mínima a Brasil. La franquicia estadounidense aportó 2.326 millones de euros, tras triplicar su beneficio en 2021, frente a los 2.325 millones de la división carioca.
El empuje en Norteamérica se debe, entre otros motivos, al auge que está teniendo el negocio de renting de automóviles de segunda mano, segmento en el que el Santander es uno de los principales actores financieros.
«Estamos reorientando nuestras operaciones en EEUU en torno a nuestra franquicia de consumo y a los negocios basados en comisiones que se benefician de la conectividad del grupo o que tienen una clara ventaja competitiva», explica el Santander en su último informe trimestral.
La estrategia de la entidad es afianzar su actividad de consumo, financiado con depósitos de los clientes, estar entre los diez primeros bancos en el segmento inmobiliario de carácter comercial para empresas y configurar un centro global de mercados de capitales y banca de inversión, además de aprovechar las sinergias de ingresos en grandes patrimonios por los lazos con Latinoamérica.
En Brasil amplía la red
En el resto de país del continente americano, el Santander de momento no ha puesto en marcha ningún plan de recorte de oficinas. Por lo general, la red se mantiene prácticamente invariable o, en algunos, ligeramente al alza. Solo en Chile se ha ajustado las sucursales, con una clausura de una veintena, hasta las 326.
En Brasil, por su parte, las agencias con las que cuenta para ofrecer sus productos y servicios se ampliaron en poco más de 50, hasta las 3,614, mientras que en Argentina sumaron tres, a 411. Por último, en México, las oficinas del Santander totalizan las 1.371, dos menos a finales de 2020.
Con todas estas variaciones y otra de menor tenor en otros país menos significativos, los centros físicos de venta del banco cántabro han bajado en los últimos doce meses un 12,1%. Es decir, han pasado de 11.236 a 9.879. Por su parte, el volumen de trabajadores del grupo han subido un 3,1%, hasta 197.070, en parte por el aumento de la plantilla en México como consecuencia de la aplicación de la reforma laboral del país.
Fruto de esta normativa, el Santander ha tenido que incorporar a su fuerza laboral a casi 6.000 trabajadores por la incorporación de profesionales que habían externalizados a compañías que trabajan para la entidad.