Alierta deja la primera línea en Telefónica: Pallete lo sustituye como presidente de la Fundación
El expresidente de la operadora de telecomunicaciones continuará como patrono y como presidente de la Fundación ProFuturo
Cambio de ciclo. César Alierta abandona definitivamente la primera línea en Telefónica. El expresidente de la compañía durante 16 años rompe el último lazo que le unía a la operadora de telecomunicaciones: la presidencia de la Fundación Telefónica. Alierta deja su cargo después de casi seis años para ser sustituido precisamente por José María Álvarez-Pallete, que asume el control total de la representación de la compañía además de su gestión.
César Alierta, quien según la compañía, deja la Presidencia de la Fundación Telefónica a petición propia, continuará como patrono y como presidente de la Fundación ProFuturo, cargos meramente testimoniales. Por su parte, Pallete -que ya sustituyó en 2016 a Alierta en la presidencia ejecutiva- pondrá en marcha un plan para acelerar el impacto de la Fundación «en el nuevo contexto económico y social».
El expresidente tuvo problemas de salud en los últimos años. De hecho, en el verano de 2020, llegó a estar en coma inducido por una grave enfermedad cardiovascular de la que se ha recuperado en los últimos meses y que le ha llevado incluso a reaparecer en actos públicos de la propia Fundación Telefónica.
En esta nueva etapa, la Fundación Telefónica impulsará las capacidades digitales «para crear un mundo mejor, con foco en la empleabilidad para los colectivos que más lo necesiten, fomentando proyectos emblemáticos potentes e innovadores, que construyan sobre las iniciativas existentes y asegurando su escalabilidad y sostenibilidad en el tiempo».
Nueva etapa de la Fundación
«César Alierta es una figura capital para Telefónica. Es imposible entender lo que representa Telefónica y su Fundación sin entender quién es César Alierta, su irrepetible forma de ser y su inquebrantable compromiso con la sociedad. Su contribución pasada, presente y futura es vital para seguir construyendo este gran sueño colectivo que llamamos Fundación Telefónica. Nuestro agradecimiento es sólo comparable a nuestra admiración por su obra. Ha hecho grande a una empresa grande».
El Patronato de la Fundación ha aceptado la dimisión de César Alierta y se ha sumado unánimemente al reconocimiento de quien ha destacado como «una figura única, con una capacidad de trabajo infatigable y clave para haber alcanzado las más altas cotas de excelencia, y quien seguirá contribuyendo a mantener la Fundación Telefónica a la vanguardia y a transformar la vida de las personas con su inigualable aportación profesional y personal a la institución».
La sorprendente salida de Alierta de Telefónica cierra un ciclo en la operadora ya que el expresidente era el último testigo del viejo régimen de la compañía española. Desde su salida en 2016 Alierta se apartó de la primera línea después de ser uno de los empresarios con más peso político en la historia reciente de España, aunque mantuvo estrecho contacto con directivos que siguen activos en la primera línea de gestión de la operadora.
Cambios en la gestión
Una etapa en la que siempre Pallete se mostró incómodo. Alierta nunca se inmiscuyó públicamente en la gestión del primero, aunque las fuentes consultadas indican que siempre estuvo vigilante e intentando trasladar mensajes al nuevo presidente respecto de su opinión sobre el rumbo de la compañía.
Lo cierto es que la gestión de Alierta y de Pallete han sido radicalmente opuestas. Mientras el primero se encargó de expandir la influencia de Telefónica por todo el continente americano y parte de Europa, el segundo se ha centrado en intentar reducir deuda y redimensionar el perímetro de la compañía. Alierta convirtió a Telefónica en la mayor teleco de Latinoamérica y Pallete se ha encargado de buscar socios para deshacerse de estos activos.
Alierta dejó la deuda de Telefónica en más de 50.000 millones y Pallete la ha reducido a menos de 26.000 millones. Alierta quiso ser el empresario más influyente en la política española de la mano del Consejo de la Competitividad, mientras que Pallete ha optado por un perfil más discreto apoyando al Presidente de Gobierno, pero no intentando controlarle.
Tres presidentes
César Alierta llegó a la presidencia de Telefónica en el verano de 2000, sustituyendo a Juan Villalonga, coincidiendo con tres presidentes del Gobierno, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Con todos tuvo una buena relación aunque siempre intentó imponer sus criterios desde el Consejo de la Competitividad, donde compartió mesa y mantel con Florentino Pérez, Ignacio Sánchez Galán o Emilio Botín.
Bajo su mandato, Telefónica registró un fuerte crecimiento con grandes adquisiciones, entre las que destacaron las filiales de BellSouth en Latinoamérica, Cesky Telecom y O2. En 2010, Telefónica compró el 50% que tenía Portugal Telecom en la brasileña Vivo.
También amortizó las costosas licencias UMTS o puso en marcha Telefónica Digital. La operadora también se reforzó en la televisión de pago en España y Latinoamérica, con operaciones como la compra de DTS (matriz de Canal+) que dio nacimiento a la actual Movistar+.