El Mobile baja el telón buscando monetizar el metaverso y de espaldas a la guerra en Ucrania

Una decena de personas protestaron contra la invasión rusa de Ucrania frente a la entrada principal del Mobile World Congress (MWC) en la Fira de Barcelona. Entre el lunes y martes repartieron lazos con los colores de la bandera del país y pidieron que el sector tecnológico se significara ante el conflicto. Sin embargo, exceptuando algún periodista curioso que les hizo fotos y preguntas, nadie se paró a escucharles y los pocos que cogieron sus lazos no se atrevieron a portarlos dentro del recinto.

«Los negocios no se mezclan con la política», dice un directivo de una gran tecnológica a este medio. Y efectivamente, como ha constatado THE OBJECTIVE el Mobile de Barcelona no se ha solidarizado con Ucrania. Ni en la entrada del recinto con los manifestantes… ni dentro. 

Las empresas tecnológicas globales han sido cautas y se han dedicado a cumplir su planning, repleto de reuniones de trabajo y eventos de prensa y han criticado con la boca pequeña la invasión aunque sin hacer ninguna manifestación pública. No hubo espacio para condenas formales a Rusia.

Veto al pabellón ruso en el Mobile

Sorprende que ninguna de las grandes corporaciones presentes en la mayor feria de tecnología del mundo no realizase ninguna declaración de condena. Y todo en medio de la invasión a Ucrania, con todo el mundo pendiente de las sanciones comerciales a Rusia, de las que la mayoría de ellas tienen que ver con el sector tecnológico.

Un buen ejemplo de la tibia actitud que están tomando los gigantes tecnológicos frente al conflicto. La UE y Estados Unidos han anunciado una serie de vetos, en especial en la industria digital, pero muy pocos se han posicionado formalmente y solo Apple y Google han anunciado públicamente que suspenderán sus negocios con Rusia.

En el caso del MWC, la única manifestación pública se produjo antes de la feria y se quedó solo en eso, en una declaración de intenciones. El pasado jueves la GSMA -la patronal de las operadoras de telecomunicaciones y organizadora del evento- «condenó enérgicamente la invasión rusa de Ucrania» y anunció que el pabellón ruso desaparecía de la feria.

Empresas rusas en el MWC

«Considerando la trágica pérdida de vidas, el MWC parece irrelevante dadas las circunstancias. La GSMA sigue todas las sanciones y políticas gubernamentales que resultan de esta situación. No habrá pabellón ruso en el MWC 22», indicaron en una declaración que parecía el prolegómeno de una mayor significación.

Una sensación que fue a más el domingo por la noche cuando el Rey Felipe VI y el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, condenaron la agresión de Rusia en la cena institucional de inauguración del MWC. El monarca calificó la invasión como «una inaceptable agresión a la soberanía e independencia de una nación, miembro de la ONU y particularmente amigo de la Unión Europea y España». 

Pero ya el lunes todo volvió a la ‘normalidad’. Pese a que desde el 25 de febrero no aparece el pabellón de Rusia en la página web de la MWC, el espacio destinado a este país siguió en el mismo lugar. Aunque sin señalética oficial ni banderas los organizadores sí se ha permitido la presencia de las empresas rusas que tenían prevista su asistencia a la importante cita tecnológica, como la Russian Satellite Communications Company (RSCC) o Kaspersky. 

Gigantes chinos

En la práctica, éstas compañías han mantenido su agenda con toda normalidad e incluso han recibido visitantes. Y todo ello, pese a la indignación del propio presidente de la GSMA, John Hoffman. El directivo indicó en una entrevista concedida a El País que «las empresas rusas que han venido al Mobile se tenían que haber quedado en casa». Una bonita declaración de intenciones que podría haber tenido efecto si realmente se hubiese bloqueado la asistencia de éstas. Se vuelve a cumplir la máxima de que «los negocios no se mezclan con la política».

Lejos de bloquear a empresas rusas, este diario ha podido constatar que mantuvieron una frenética actividad empresarial y reuniones de negocios en la que probablemente se hayan cerrado importantes acuerdos a largo plazo. Y todo ello desoyendo los bloqueos internacionales a empresas y capitales rusos. Estas empresas pudieron trabajar con normalidad dentro de la Fira en momentos en que todo Occidente busca presionar a Moscú con sanciones comerciales para que se acabe la invasión a Ucrania.

Tampoco se ha producido ningún cuestionamiento a los gigantes chinos. Al comenzar el MWC este diario advirtió de que había cierta preocupación de empresas occidentales por el soporte tecnológico que podrían dar estas compañías a Rusia tras el bloqueo de Estados Unidos y Europa. Sin embargo, todo transcurrió con normalidad en los stand de estas empresas y pudieron realizar todos los negocios y acuerdos programados, sin ningún tipo de cuestionamiento.  

El metaverso

Una situación que contrasta con el desmedido interés de las empresas presentes por el metaverso. Ese mundo virtual en el que todo tendrá su gemelo digital, empresas, ciudades, eventos y también personas. 

No hay lugar a dudas a que este ha sido el Mobile del mundo virtual, una feria en la que grandes gigantes como Facebook, Google, Amazon, Telefónica, Huawei, Microsoft o Samsung intentaron dar con la piedra filosofal que diera esos esperados beneficios dentro de los negocios de este mundo virtual.  

Lo que está claro es que nuevamente las redes serán las protagonistas y para ello empresas como Ericsson o Nokia juegan con ventaja en un nuevo orden del que Huawei se queda descolgado tras los vetos de Estados Unidos y las últimas decisiones de los gobiernos europeos por sacarles de sus redes de 5G.

Prácticamente todas las conferencias y eventos de prensa hablaron del metaverso y buscaron maneras de poder monetizar estos nuevos mundos. De la mano de Meta (matriz de Facebook) se mostraron casos de uso de una realidad (virtual) en la que al menos por el momento no hay guerra. Está claro que este MWC 22 ha decidido buscar dinero en mundos virtuales y dar la espalda al mundo real donde la invasión a Ucrania y las guerras reales pueden minar sus beneficios.