El pluriempleo se dispara un 22% y medio millón de españoles tiene ya al menos dos trabajos
Los gestores administrativos detectan un alza en las jornadas a tiempo parcial a raíz del aumento de las horas trabajadas que coexiste con la mayor contratación indefinida
El pluriempleo se disparó un 22% en 2021, según los datos desglosados de la última Encuesta de Población Activa (EPA) que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE). Ello supone que a cierre del pasado ejercicio más de medio millón de trabajadores, concretamente 546.700, ya tenía al menos dos empleos.
Ello, a juicio de los expertos, supone un reflejo de la precariedad del mercado laboral, el uso de la contratación a tiempo parcial, y de la disminución de la renta disponible de las familias que obliga en muchos casos a asumir otro trabajo para poder llegar a fin de mes.
Un umbral que no se superaba desde finales de 2008
Durante 2021 se rebasó el umbral del medio millón de empleados en pluriactividad en dos ocasiones: en el segundo y en el cuarto trimestre. Y el ejercicio cerró con esos 546.700 trabajadores con un empleo secundario frente a los 447.700 del mismo trimestre del año anterior.
Esa frontera del medio millón de empleados en pluriactividad no se superaba, según los datos del INE, desde finales de 2008, año aciago para la economía por la crisis financiera que desde 2006 se filtraba a la economía estadounidense a través de la burbuja inmobiliaria y posterior crisis de las hipotecas subprime, que finalmente contagió a la economía mundial dando lugar a la conocida como Gran Recesión.
Algunos factores de aquel gran escollo financiero guardan paralelismos con la situación actual: altos precios de las materias primas, crisis alimentaria, e inflación global, entre otros vaivenes macroeconómicos.
Pandemia, guerra e inflación
Ahora el mercado laboral español afronta un duro embate por distintos frentes: una pandemia que aún no se ha superado -que mantenía hace un mes aún a 115.000 empleados en ERTE y a 230.000 autónomos sin recuperar la actividad-, la guerra en Ucrania, la inflación y su efecto sobre los salarios, la inminente retirada de estímulos monetarios que elevará los costes de financiación.
Los casi tres meses de vigencia de la reforma laboral de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, suponen un replanteamiento de los planes de contratación por parte de muchas empresas y, en este contexto de empeoramiento de la coyuntura, los expertos detectan una precarización otros indicadores del INE, como la caída de las horas trabajadas.
Más contratos a tiempo parcial
Las horas trabajadas muestran una tendencia a la baja desde el inicio de la pandemia. En enero de este año, las horas trabajadas se anotaban una merma del 6% pese al alza del empleo. Así lo explica a THE OBJECTIVE el presidente del Consejo General de Colegios de Gestores Administrativos de España, Fernando Santiago: el aumento de contratos indefinidos y fijos discontinuos promovido por la reforma de Díaz, unido a la caída constatada de las horas trabajadas, refleja que se están haciendo contratos duraderos, pero a tiempo parcial. Ya en el último trimestre de 2021 subía un 1,5% esta modalidad.
Ese peaje que conlleva, según los cálculos de los gestores administrativos, la determinación del Gobierno por atajar la contratación temporal, como demanda la Unión Europea, se traduce, entre otras consecuencias, en el mayor recurso al pluriempleo, ya que empresas y trabajadores comenzaron a precaverse el año pasado frente a la reforma laboral que entró en vigor el pasado enero.
En este contexto, trabajadores y empresas se enfrentan ahora a una nueva zozobra ya que el próximo martes 29 de marzo el Gobierno, en Consejo de Ministros, lanzará las actuaciones que conformarán su Plan Nacional de Respuesta al impacto económico de la guerra.
Encarecimiento del despido
Está previsto que ese plan incluya una batería de medidas laborales que podrían incluir la denominada prohibición del despido objetivo: el Gobierno lo está estudiando. Esa modalidad de despido es la que se produce por causas no imputables al trabajador, devenga 20 días de indemnización y se justifica por parte del empresario en causas técnicas, organizativas, económicas o de producción.
Si bien como eslogan la prohibición de despedir, ya utilizada durante la pandemia, podría parecer una salvaguarda del puesto de trabajo, lo cierto es que no es tal prohibición, sino un encarecimiento de la indemnización, ya que el despido se puede producir, pero no en esa modalidad, sino en la que devenga una indemnización de 33 días por año trabajado y 45 para la vida laboral en la misma compañía anterior a la reforma laboral de 2012.