BBVA se anotará unas pérdidas de 300 millones por la hiperinflación de Turquía
La entidad se apuntará un agujero de 200 millones este año y de 100 millones el próximo por la escalada de precios en el país otomano, según Morgan Stanley
BBVA se anotará unas pérdidas de 300 millones de euros en su cuenta de resultados por la hiperinflación de Turquía. Una situación que está a punto de ocurrir debido a la escalada imparable de los precios en el país otomano. El grupo español ya ha admitido que en mayo o junio tendrá que considerar este mercado como hiperinflacionio desde el punto de vista contable. Algo que conllevará un impacto negativo en sus beneficios.
Los analistas de Morgan Stanley han realizado un cálculo sobre estas consecuencias, según ha podido saber THE OBJECTIVE. Estos determinan que el agujero será de 200 millones en el presente ejercicio y de 100 millones el próximo. Los expertos del banco de inversión estadounidense vaticinan este efecto para BBVA sobre la base de que la inflación culmine en un 60% en Turquía en 2022. Hay que tener en cuenta que este umbral ya lo ha superado por el repunte de la energía y la situación de incertidumbre previa a la guerra de Ucrania.
El consejero delegado de la entidad española, Onur Genç, reconoció hace unos días que las ganancias futuras del negocio turco podrían llegar a ser mínimas por la hiperinflación. Un coyuntura que BBVA ya vivió hace unos ejercicios en Venezuela o en Argentina. Si bien, el cambio contable supondrá un aumento del valor tangible en capital.
La franquicia podrá esquivar los números rojos
En 2018, el grupo se apuntó un impacto negativo en la cuenta de 266 millones por la inflación desbocaba en Argentina, lo que llevó a pérdidas netas a su filial suramericana. En el caso de Turquía, de acuerdo con las estimaciones de Morgan Stanley, la franquicia presentará aún números positivos. Sus ganancias se reducirán algo más de una cuarta parte, atendiendo a los pronósticos del consenso del mercado para 2022.
La hiperinflación en el país otomano llega en un momento en que BBVA está aumentando su presencia con la oferta de compra por la totalidad de su filial Garanti, de la que poseía ya casi la mitad del capital . Una OPA que ha tenido que mejorar ante el escaso éxito inicial para poder atraer a los inversores. Aun así, los analistas esperan que su participación pase del 76% en un primer momento. Después tendrá que adquirir títulos en el mercado para elevar su peso.
De esta manera, si finalmente se cumplen estas expectativas, BBVA invertirá en la OPA en torno a 1.000 millones de euros. Un dinero que es menor a lo estimado inicialmente como consecuencia del desplome de la lira frente al euro. En otoño, cuando anunció la propuesta de adquisición, cifró en 2.250 millones el desembolso máximo para reforzarse en Garanti.
La OPA tiene como objetivo retener el máximo de dividendos de la franquicia y una optimización de sus recursos propios. Algunas fuentes sostienen que el plan venía de lejos y que por ello rompió las negociaciones a finales de 2020 para absorber el Sabadell. El consejero delegado, de origen turco, defendía la opción de colocar el dinero en su país en vez de hacerse con el banco catalán.
Con la oferta de compra, BBVA esperaba que la franquicia otomana aportara un 25% de los beneficios totales. Una contribución similar a la española. Pero una menor aceptación por parte de los inversores y el golpe por la hiperinflación reducirán considerablemente este objetivo. Incluso, podría llevar a ser inferior a la actual, que es del 13%.
Pese a todos los temores, tanto Genç como el presidente Carlos Torres han mostrado siempre su confianza en Turquía. Cada vez que hacen declaraciones, indican que las perspectivas a largo plazo de la economía y del sector financiero son muy halagüeñas. Entre los fundamentales que explican destaca la elevada población joven con la que cuenta el país, que representa el 75% del total.
Este año la hiperinflación de Turquía no será el único impacto negativo que tendrá BBVA en sus cuentas. Tendrá que anotarse una cifra similar por la recompra de una cartera de oficinas a Merlin, que han sido valoradas en 2.000 millones. Esta adquisición tiene como fin ser más autónomo sobre la red de sucursales, ya muy mermada tras los últimos cierres enmarcados en el ERE de casi 3.000 trabajadores llevado a cabo el año pasado. Además, pretende un ahorro de los alquileres por los inmuebles.