El Banco de España pide más impuestos medioambientales para la transición ecológica
La medida permitiría una mayor recaudación de impuestos y evitaría, según la entidad, la dependencia de los subsidios
El Banco de España considera la fiscalidad medioambiental como un factor «clave» en el camino de la transición ecológica, pero reconoce que no es el momento de implementarla porque el país aún no se ha recuperado de la pandemia y se ha tenido que enfrentar a los efectos de la guerra en Ucrania.
Para el director general de Economía y Estadística de la entidad, Ángel Gavilán, «es imprescindible potenciar y mejorar el diseño» de los impuestos verdes para «avanzar en la lucha contra el calentamiento global», según ha afirmado durante la presentación del capítulo sobre cambio climático que se incluirá en el informe anual del Banco de España.
España está «muy por detrás» de otros países de la Unión Europea (UE) en recaudación medioambiental, una brecha que «se ha mantenido estable y cercana a un punto porcentual durante las dos últimas décadas» y que se debe «a los menores impuestos sobre la energía y, en particular, sobre los hidrocarburos», indica el documento.
Una mayor recaudación por estos conceptos, según Gavilán, permitiría aliviar la carga impositiva en otros impuestos, como los del trabajo, e incluso compensar a aquellos hogares más vulnerables y a los que les cuesta más llevar a cabo la transición ecológica.
Medidas temporales y diseñadas
Esas medidas, ha insistido, deberían ser «temporales» y estar «muy bien diseñadas» para que fomenten un cambio de hábitos, porque «si se dan subsidios para hacer lo mismo, entonces no se consigue nada«.
Preguntado por el impacto de la guerra en Ucrania en la transición ecológica, Gavilán ha reconocido que a medio plazo puede ser «beneficioso» porque se están adoptando medidas a nivel europeo para aumentar la autonomía estratégica y reducir la dependencia energética, aunque ha dejado claro que se debe hacer «sin perturbaciones abruptas».
Gavilán ha remarcado que el cambio climático supondrá «un impacto económico extraordinariamente incierto«, pero que han preferido no dar cifras concretas porque, aunque los números pueden ser «llamativos», también son «imprecisos«.
El impacto en España va a ser «muy heterogéneo» en función de las regiones y de los sectores, con la agricultura, la industria manufacturera, los transportes y la energía a la cabeza de los sectores más contaminantes, ya que son responsables del 70 % de las emisiones mientras que representan el 25 % del PIB.
El sector secundario, el más afectado
Las actividades más afectadas por un eventual incremento del precio de las emisiones de CO2 serían las relacionadas con el petróleo y carbón, el transporte marítimo y aéreo, la agricultura, la ganadería y la pesca.
Teniendo en cuenta las conclusiones de una encuesta elaborada por el propio Banco de España a finales de 2021, las empresas de menor tamaño son las «peor preparadas ante los desafíos climáticos» y todas ellas señalan como «principales riesgos» el aumento de los precios, las mayores obligaciones de provisión de información y los cambios en la regulación medioambiental.
El informe también subraya la necesidad de impulsar la inversión pública o privada, y destaca la importancia de maximizar el papel de los fondos europeos «Next Generation», así como de tomar medidas coordinadas de forma global.
Otro de los actores importantes ante el reto climático es el sistema financiero, ya que sin su participación activa no será posible canalizar el volumen de recursos que se requiere para alcanzar los objetivos y que Gavilán ha cifrado en 500.000 millones de euros adicionales.
La banca, además, debe estar preparada para riesgos financieros como una caída de los préstamos en los sectores más contaminantes, peligros que los bancos centrales están tratando de «identificar, medir, gestionar e informar sobre ellos«.
Gavilán ha dicho que por el momento «no se ve riesgo intenso» en la exposición del sector bancario español, mientras que sobre la evolución de los tipos de interés ha explicado que todavía se estudia cómo la transición climática les puede afectar.
«Primero tendremos que entender bien el impacto del reto climático en la inflación«, ha añadido Gavilán, quien ha señalado que parece que sí tiene efectos en el corto plazo.