El expresidente de El Corte Inglés, Dimas Gimeno, contrató a tres empresas de seguridad para espiar a consejeros de la compañía durante el tiempo que ocupó el cargo, según la querella interpuesta contra él en los juzgados de Madrid por tres delitos, informa Vozpópuli.
Los denunciantes, que atribuyen a Gimeno los delitos de revelación de secretos, extorsión y pertenencia a organización criminal, mantienen que, durante la guerra interna que se desató en la empresa, se contrató los servicios de NSO Group -la empresa israelí desarrolladora del software Pegasus- a Kroll y a Intelligence Bureau.
Los tres demandantes, según apunta la información, son cercanos al fallecido Isidoro Álvarez, explican en el escrito que fueron víctimas del clonado de sus teléfonos móviles y de seguimientos que atribuyen al propio Gimeno, además de a su hermano Miguel Ángel y a su madre María Antonia Álvarez. Alegan que en aquel momento no solo se había recurrido a estas agencias de seguridad para controlar a sus enemigos o movimientos que pudieran poner en peligro la continuidad de la compañía, sino para espiar también a su grupo de trabajo.
En el escrito los demandantes se hacen eco de las informaciones que aparecieron en la prensa a lo largo de 2018 cuando esta parte de la familia se encontraba enfrentada con las hijas adoptivas de Isidoro Álvarez. Debido a las sospechas de que el jefe de seguridad de la empresa, Juan Carlos Fernández Cernuda, estuviese adjudicando contratos de su área a familiares y cercanos, el expresidente de El Corte Inglés decidió recurrir a estas agencias para tratar de aclarar lo que estaba ocurriendo. El empresario ha negado a Vozpópuli que contratase u ordenase contratar el sistema Pegasus.
Los querellantes narran que no solamente el exjefe de seguridad sino que otros consejeros de la empresa, jueces y fiscales estuvieron en el radar del expresidente. Para el espionaje Gimeno contrató los servicios de la empresa Kroll, una empresa de inteligencia a la que ya han recurrido otras grandes empresas del Ibex 35 como Iberdrola o el BBVA.
La segunda agencia a la que aluden es NSO Group, la cual describen como una empresa «cuyo software espía llamado ‘Pegasus‘ permite la vigilancia remota de móviles», según señala Vozpópuli. Empresa y software que se encuentran en el foco mediático después de que se descubriese que este mismo software fue usado para espiar tanto a líderes independentistas como al propio Gobierno de España. Al hilo de esto, cabe destacar, que la querella se interpuso antes de que saliesen a la luz las informaciones sobre espionaje a políticos.
La tercera empresa la que señalan los demandantes es Intelligence Bureau, la cual se encuentra en el mismo edificio en el cual se encontraba el despacho de Dimas Gimeno hasta principios del año pasado. Esta empresa está especializada en asuntos empresariales y afirman que están especializados en «cuestiones sensibles» que interesan a sus clientes.
«Ha quedado acreditado con la documental aportada, siendo incluso ‘vox populi’, que Dimas Gimeno contrató empresas de inteligencia informática expertas en software diseñados para interceptar comunicaciones, como es el caso de NSO Group con su programa espía ‘Pegasus’. Todos los querellantes utilizan Iphone de Apple, habiéndose querellado hace un mes la propia multinacional Apple contra NSO Group por haber interceptado con su programa Pegasus los dispositivos Iphone. Los móviles de los querellantes eran modelos de Iphone», afirma el escrito presentado en el juzgado.
Así, afirman que Gimeno no tendría el propósito único de detectar malas praxis, sino que querría controlar los movimientos de altos directivos y personas de su confianza. Por ello alegan que se intentó condicionar y extorsionar a algunos miembros del consejo con información privada que obtuvieron de sus teléfonos móviles, entre las que habría fotos de relaciones extramatrimoniales de alguno de ellos, así como conversaciones comprometidas.
Correos anónimos amenazantes contra el Consejo de Administración
El fin por el que Gimeno habría realizado estas contrataciones sería intentar permanecer en el cargo de presidente, hecho que finalmente no ocurrió. Al respecto, en el documento se señala también la existencia de unos correos anónimos que les habrían llegado a miembros del Consejo para amedrentarles y para desacreditar al exjefe de seguridad, al que se referían como «el enemigo a batir». Estos hechos, según los demandantes, los habrían realizado el propio Dimas y su hermano.