Cómo pasar de una tarifa libre a la regulada para pagar menos por la luz con el tope al gas
Los clientes que quieran cambiar o volver al PVPC solo tienen que solicitarlo a las comercializadoras de referencia que designa el Gobierno
El límite al precio del gas que se usa para la generación eléctrica promete bajar la factura de la luz de los clientes acogidos al mercado regulado desde julio. Ahora muchos clientes que se han pasado del Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC) al mercado libre en los últimos meses como consecuencia de la crisis energética se preguntan si les habrá merecido la pena, aunque siempre pueden volver.
Al mercado regulado están acogidos unos diez millones de hogares. Este se caracteriza por ofrecer un precio del kilovatio por hora (kWh) para cada momento exacto de cada día, brindando un total de 24 precios diarios. Asimismo, la tarifa regulada conlleva discriminación horaria en tres periodos para el consumo de luz (punta, llano y valle) y dos periodos para la potencia (punta y valle).
De este modo el PVPC fija su precio en función de la oferta y demanda existente en el mercado eléctrico. A dichos importes se les sumarán los costes regulados por el Gobierno y un pequeño margen económico destinado a la comercializadora contratada.
Este tipo de tarifa solo puede contratarse con una de las ocho comercializadoras de referencia (COR) que hay en España: seis actúan en la península ibérica, Canarias y Baleares -y hay dos específicas para Ceuta y Melilla-. En concreto, son Energía XXI (Endesa), Curenergía (Iberdrola), Gas & Power (Naturgy), Baser COR (EDP), Régsiti (Repsol), CHC COR (CHC), Teramelcor (Gaselec Diversificación) y Energía Ceuta XXI (Endesa).
El bono social depende de la regulada
También es la única tarifa con la que un consumidor puede solicitar las ayudas del bono social, y está disponible solo para suministros con una potencia contratada inferior o igual a 10 kilovatios (kW). Tampoco puede aplicar descuentos ni promociones en sus precios.
Por otro lado, en el mercado libre -casi 17 millones de hogares-, un cliente puede contratar su tarifa con cualquier compañía de luz. En este caso, cada comercializadora ofrece sus propias ofertas y precios. El usuario podrá elegir entre distintas tarifas, como las de precio estable, con discriminación horaria (en dos o tres periodos), cuotas fijas, tarifas planas y otro tipo de ofertas personalizadas.
Las tarifas del mercado libre pueden incluir descuentos y promociones, y existen ofertas para suministros con cualquier potencia contratada. Ofrecen también la posibilidad de contratarse con servicio de mantenimiento. Ahora la pregunta está en qué tipo de tarifa conviene más.
Ahora la disyuntiva está en cuál de las dos merecerá más la pena una vez se aplique el tope al gas. Según el Ministerio para la Transición Ecológica, el mecanismo hará que el recibo de la luz de un usuario con tarifa regulada baje en torno a un 15% desde julio. De esta manera, según los cálculos del Gobierno, para una factura de unos 100 euros mensuales, el recibo eléctrico se vería reducido hasta los 85-83 euros. Los clientes pagarán a la larga la compensación que recibirán las centrales de ciclo combinado -las que queman gas para generar electricidad, pero desde el departamento de Teresa Ribera aseguran que el efecto neto continuará siendo positivo.
Sin embargo, no todos los clientes notarán la rebaja de la misma manera. Afectará de manera inmediata a los acogidos a tarifa regulada y a la industria que compra la electricidad directamente en el mercado mayorista, mientras que los del mercado libre no verán reducida su factura hasta que les toque renovación de contrato durante el año que estará en vigor el mecanismo, que tiene como fecha tope el 31 de mayo de 2023.
Desde que comenzara esta ‘pesadilla eléctrica’ hace ya un año, la volatilidad del mercado ha provocado que 1,25 millones de consumidores se pasaran de la tarifa regulada al mercado libre en 2021, frente a los 575.000 de 2020 y los 660.000 de 2019.
Cómo volver al mercado regulado
Los clientes que quieran volver al mercado regulado solo tendrán que solicitarlo a una de las ocho comercializadoras de referencia mencionadas anteriormente. Antes deberían comprobar que no mantienen permanencia con su compañía. La tarifa regulada fue introducida por la Ley del Sector Eléctrico de 2013 y se regula por Real Decreto 216/2014, y los consumidores tienen contratos con comercializadoras de referencia (COR), designadas por el Transición Ecológica, y una potencia contratada no superior a los diez kW.
Tomando como referencia 2019, último año antes de la pandemia de la covid-19, y de acuerdo con la información remitida por los comercializadores a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), los precios medios finales en el mercado libre (incluidos peaje de acceso e impuestos) se incrementaron dicho año para todos los tipos de consumidores frente a 2018, con la excepción de los industriales, con variaciones del 2% para consumidores domésticos y del 4% para pymes. Como comparativa, para los consumidores acogidos al PVPC, el precio se redujo un 7%.
¿Qué tarifa conviene más?
Se puede resumir que antes de que estallara la crisis energética en verano del año pasado, al calor del incremento del precio del gas y los derechos de emisión de CO2, un cliente acogido a la tarifa regulada ha venido pagando menos por la factura de la luz. De hecho, se ha acusado a muchas eléctricas de inflar el precio a los clientes del mercado libre bajo las premisas de que, por un lado, estas tarifas ofrecen una mayor estabilidad y, por otro, que el usuario queda totalmente despreocupado.
Ahora bien, desde que estalló la actual de crisis de precios energéticos, con la electricidad en el mercado mayorista rondando los 200 euros/MWh día tras día, la realidad es que el cliente en el mercado libre ha podido salir ganando durante este periodo porque ha pactado un precio menor con su comercializadora, y, además, se aprovecha de la rebaja fiscal del Gobierno.
La cuestión ahora está en qué sucederá con la puesta en marcha del tope al gas. Como publica THE OBJECTIVE, debido al «cambio sustancial» que se prevé en las condiciones económicas del mercado regulado debido al tope al gas, todas las comercializadoras del mercado libre se verán obligadas a «adaptar sus tarifas para que sean más competitivas» y, por tanto, seguir atrayendo clientes. Esto se traduce en una nueva ‘guerra’ comercial de las compañías eléctricas.
Es cierto que el tope al gas se ha estrenado con fracaso, pero desde el sector recalcan que habrá que esperar a notar su efecto en el medio plazo. Paradójicamente la electricidad para este miércoles será un 5% más cara respecto al día de hoy por la alta generación que se prevé mediante las centrales de ciclos combinados -las que queman gas- ante la falta de renovables.
Desde 58 euros el MWh
Iberdrola ya inició a principios de mayo una campaña a favor del mercado libre después de que su presidente, Ignacio Sánchez Galán, calificara de «tontos» a los consumidores que están en PVPC. Las eléctricas defienden que el tope al gas se ha diseñado para beneficiar solo a una parte de los consumidores: los clientes que tienen la tarifa regulada y a las grandes industrias que se han mantenido indexadas al pool.
Endesa lanzó en septiembre de 2021 una tarifa que se calcula sobre un precio base de 58 euros/MWh y que se mantendrá sin variaciones durante dos años para los consumidores que se encuentran bajo la tarifa regulada. Por su parte, Naturgy se comprometió a ofrecer a sus clientes residenciales, comerciales e industriales una tarifa fija durante tres años con un precio de 65 euros/MWh. No obstante, al igual que la compañía que dirige José Bogas, en septiembre, ya lanzó una tarifa liberalizada que aseguraba un precio de pool de 60 euros/MWh durante dos años, que podían contratar tantos sus clientes actuales como nuevos, y que estén acogidos a la tarifa regulada o al mercado libre.
Más medidas para bajar la factura. La medida estrella del Gobierno para abaratar la factura de la luz retoma la tramitación parlamentaria. Se espera que en los próximos días el Congreso de los Diputados envíe al Senado el Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE), con el que el Ejecutivo aspira a rebajar hasta un 13% la factura de la luz en cinco años tras sacar del recibo el coste de las primas a las energías renovables.