El diésel, bajo mínimos: solo dos de cada diez coches nuevos que se venden son de gasoil
Se han matriculado 71.793 unidades en el semestre, un 25% menos interanual
Las ventas de coches diésel en España están bajo mínimos. Tal es así que solo dos de cada diez coches nuevos que se venden en España son de gasoil. «El diésel se ha demonizado», se vienen quejando las patronales españolas de la industria de la automoción desde que la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijera en verano de 2018 que tenía los días contados.
En concreto, en el primer semestre de este año se han matriculado 71.973 turismos y todoterrenos diésel, lo que supone una caída del 25% en comparación con el mismo periodo del ejercicio precedente y una cuota de mercado del 17,7%. En total se han comercializado 407.757 automóviles entre enero y junio, un 11% menos interanual, según datos de las patronales de fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y distribución (Ganvam).
«A pesar de que sus niveles de emisiones son muy inferiores a los modelos que había hace 15 años y han evolucionado de similar manera que los de gasolina, el usuario se ha inclinado más por los modelos gasolina y, por otra parte, por los 100% eléctricos y los híbridos enchufables», señalan fuentes del sector a THE OBJECTIVE.
Para ponerse en contexto, los coches con motor diésel comenzaron a perder interés en Europa en 2017. En dicho año ya se matricularon más coches de gasolina que de gasoil en el Viejo Continente. Esta tendencia llegó a España tan solo unos meses más tarde y, en el primer semestre de 2018, las ventas de coches de gasolina superaron a las de diésel por primera vez en 20 años.
Prohibición de venta en 2035
De su lado, las matriculaciones de modelos de gasolina en la primera mitad de 2022 se sitúan en 174.657 unidades, un 20,33% menos interanual. Estos representan un 43% sobre el total de entregas. Por el contrario, van ganando terreno los coches alternativos, entre los que se encuadran los eléctricos puros, híbridos enchufables e híbridos.
Los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea han acordado hace pocos días una posición común para prohibir las ventas de coches y furgonetas nuevos con motor de combustión en 2035 en la Unión Europea, en línea con lo planteado por la Comisión Europea y respaldado por el Parlamento Europeo en el marco de la reforma que van a negociar del paquete climático Fit for 55.
Además, han establecido un objetivo intermedio de reducción de emisiones de CO2 del 55% para los turismos en 2030, en línea con la propuesta de la Comisión Europea, y del 50% para las furgonetas para la misma fecha, rebajando las expectativas iniciales del Ejecutivo comunitario del 55%.
En España, el año pasado se aprobó la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que, entre sus objetivos, recogía que la fecha límite para dejar de vender automóviles y vehículos comerciales de combustión (también híbridos) era 2040.
Como es normal, a menor demanda de vehículos diésel, menor producción. Las fábricas de automoción españolas produjeron 2,1 millones de vehículos (entre turismos, todoterrenos, comerciales e industriales) en 2021, de los que 641.150 fueron diésel, una fuerte caída del 23% frente al curso previo y un 30,6% sobre el total. Antes de la pandemia y sin la crisis de suministro global de microchips, con las factorías a pleno rendimiento, la fabricación de modelos de gasoil representaba hasta un 42% del total.
Hay que recordar que el sector atraviesa uno de sus momentos más convulsos debido a la incertidumbre económica que ha generado la covid-19 y a la falta de suministro global de semiconductores o chips. En España, las fábricas terminaron el año pasado con volúmenes inferiores incluso a los de 2020, cuando estuvieron temporalmente cerradas para frenar la propagación del virus.
El escándalo del dieselgate, protagonizado por el grupo Volkswagen, también instauró cierta reticencia entre los consumidores a la hora de un comprar uno de estos modelos. Europa aceleraba las políticas medioambientales tras conocerse el caso y muchas grandes ciudades anunciaban prohibiciones de entrada en algunas zonas.
Otro año malo para el motor español
El sector augura que, si no se produce un cambio de tendencia, el mercado automovilístico español acabará en 2022 superando «a duras penas las 800.000 matriculaciones», muy por debajo de los 1,2 millones que suele rondar en condiciones normales. Así, la patronal de los concesionarios estima que entre 5.000 y 7.500 personas en el sector podrían perder su empleo si no se alcanzan las expectativas de ventas para este curso.
Tras la crisis de los chips, soluciones como el aprovisionamiento directo, la acumulación de inventario o la relocalización de la producción ocuparán un lugar destacado entre las estrategias de las empresas de automoción. Bajo este contexto, la el motor estima que no volverá a la senda del crecimiento en tamaño y rentabilidad hasta en un plazo de cinco años. En concreto, así lo ve uno de cada tres directivos del sector, según se desprende del estudio Global Automotive Executive Survey 2021, elaborado por KPMG.