Familias y empresas disparan sus peticiones de crédito un 27% en un año por la falta de liquidez
La subida de precios de los activos y el encarecimiento de la financiación rebajan el dinamismo de los préstamos inmobiliarios al 9,9% interanual en mayo
El crédito nuevo creció un 27% interanual en mayo, según el último boletín semanal de coyuntura de la Dirección General de Análisis Macroeconómico del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital a partir de datos del Banco de España. La inflación mina la renta de las familias y los márgenes de las empresas, diezmando su liquidez y forzando el endeudamiento, explican los expertos consultados por THE OBJECTIVE.
El dato de mayo, último disponible en el informe semanal del Ministerio, amplifica la ya abultada subida del crédito nuevo anotada en abril (del 22% interanual) y se produce antes del máximo de IPC del 10,2%, mayor cota desde 1985. Además, esa subida agregada del 27% se genera a través de dos componentes: el alza del 35,5% del recurso a endeudamiento de las empresas y el aumento del 7,9% del recurso a préstamos por parte de los hogares.
Como explica el economista jefe de Tressis, Daniel Lacalle, el registro de evolución del crédito nuevo de mayo refleja que las familias están tirando de deuda para sufragar sus vacaciones y para atender el consumo de bienes básicos, una vez que el aumento del ahorro se ha ido consumiendo.
Por otra parte, Lacalle explica que la inflación «se está comiendo los márgenes y los ahorros de las familias». En el mismo sentido, el economista José Carlos Díez explica a este diario que la cifra revela problemas de márgenes y liquidez.
Menor renta disponible
La economista y secretaria general de la Asociación por la Excelencia de los Servicios Públicos, Almudena Semur, añade que los datos reflejan las necesidades de financiación ante el estado inflacionario en el que nos encontramos. A precios constantes, los reajustes vía inflación hacen disponer de menos renta disponible para el consumo interno.
«La evolución del crédito refleja una mezcla de mayor inversión y créditos a largo plazo con mayor circulante a corto por problemas de márgenes y liquidez»
José Carlos Díez, economista
«El descenso en los compromisos de financiación a largo plazo en vivienda y activos inmobiliarios evidencia la menor capacidad de compra por efecto de la inflación»
Almudena Semur, secretaria general de la Asociación por la Excelencia de los Servicios Públicos
El estudio de los técnicos del Ministerio que encabeza la vicepresidenta Nadia Calviño también evidencia un menor dinamismo del crédito a la vivienda. Subió un 9,9% en mayo, tras un aumento del 18,1% en abril. A juicio de Semur, esta evolución refleja la menor capacidad de compra por el efecto negativo de la inflación, cuyo efecto represor del consumo se une a la subida de precios de los activos y al encarecimiento de la financiación.
No obstante, el profesor del Programa Experto en Dirección Financiera de Deusto Business School, Mario Cantalapiedra, destaca para TO el lado bueno del dato, desde el punto de vista de las entidades prestamistas. «La concesión de créditos está aguantando el efecto de la inflación».
Con la vista en el otoño
Cantalapiedra destaca que tras dos veranos de pandemia, en esta etapa estival ha crecido la propensión de las familias a financiar sus vacaciones pese al crecimiento tan abultado de los precios. Se trata de un verano atípico, justifica, debido a la situación que hemos vivido y a la demanda embalsada que generaron las restricciones de contacto y movilidad social.
Eso sí, el profesor de Deusto señala que habrá que esperar al otoño para depurar el impacto real de la coyuntura en la evolución del crédito. Por otra parte, llama la atención sobre el aumento del uso de las tarjetas revolving, que pueden abocar a algunos consumidores a incurrir en mora a causa de los altos intereses que devengan.
«La concesión de créditos está aguantando el efecto de la inflación, pero habrá que esperar a ver su evolución en otoño: este verano es atípico por la demanda embalsada»
Mario Cantalapiedra, profesor del Programa Experto en Dirección Financiera de Deusto Business School
«Las familias están tirando de deuda para sufragar las vacaciones y consumir productos básicos porque la inflación se está comiendo sus ahorros, así como los márgenes empresariales»
Daniel Lacalle, economista jefe de Tressis
En cualquier caso, y mientras el otoño no contradiga la actual evolución del crédito, la buena lectura sería que el aumento del recurso al crédito nuevo por parte de las empresas retarda el riesgo de recesión, añade Cantalapiedra.
Clima hostil para la inversión
Por su parte, el profesor de Finanzas del Centro de Estudios Financieros (CEF) Juan Fernando Robles argumenta que el aumento del crédito para las empresas puede responder a la cobertura de necesidades de tesorería más que a créditos para la inversión puesto que no hay en estos momentos un clima propicio ya que no se esperan incrementos de la demanda, sino todo lo contrario.
Por tanto, Robles estima que este aumento del crédito es una vía a través de la cual los empresarios soportan los aumentos de costes en una primera fase. Aunque, aclara, es obvio que para continuar las empresas deberán aumentar los precios, como ya reflejó la encuesta trimestral a expertos y directivos elaborada por PwC y publicada por este diario.
El experto en Finanzas añade que en el componente de mayor recurso al crédito por parte de las empresas se observan mayores saldos en crédito comercial, lo que implica que las pymes necesitan anticipos sobre ventas para mejorar su tesorería.
«En el escenario de estancamiento al que nos encaminamos, los criterios de riesgo de las entidades serán cada vez más rigurosos y selectivos según el sector del solicitante»
Juan Fernando Robles, profesor del CEF
En cuanto a los particulares, Robles identifica dos factores de los que deriva la mayor demanda de crédito al consumo: quienes cuentan con ahorros, prefieren no disponer de ellos para precaverse ante el futuro; quienes carecen de ahorros, tiran de endeudamiento para cubrir sus necesidades. Ambas conductas reflejan, a juicio del experto, que los consumidores no tienen una buena percepción de la situación económica que aguarda en el futuro inmediato.
Además, abunda Robles en que el descenso en operaciones hipotecarias es un síntoma de la menor propensión de los consumidores a la inversión, ya que las necesidades vitales consumen cada vez más cuota de la renta disponible.
Y advierte que el aumento del crédito no seguirá los ritmos recientes (22% en abril y 27% en mayo) porque la menor renta disponible acabará por limitar las posibilidades de su concesión y porque en el escenario de estancamiento económico al que nos encaminamos los criterios de riesgo de las entidades serán cada vez más rigurosos, de modo que los sectores a los que se dirija el crédito serán seleccionados muy cuidadosamente en función de la coyuntura concreta del ramo de actividad del solicitante.