UGT da un ultimatum a la CEOE: o cambian su postura salarial o habrá paros antes de octubre
El secretario general del sindicato ha exigido a los empresarios que cedan a sus demandas en lo relativo al Salario Mínimo Interprofesional
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha anunciado la convocatoria de movilizaciones «de manera inminente», antes de que acabe el mes de septiembre, si la CEOE no cambia de postura ante la negociación de los convenios colectivos, que actualmente se encuentran en una «situación de atasco».
Palabras de Álvarez en una entrevista en Cadena Ser, en la que ha detallado que esos convenios «no se acuerdan, no se firman», y por ello «si la CEOE no cambia nos va a llevar a un proceso de movilizaciones como está ocurriendo en otros países europeos».
Algunas de esas movilizaciones se desarrollarán en los ámbitos territoriales y otras a nivel estatal, depende de los sectores, ha explicado el secretario general de UGT, quien ha dejado claro que su sindicato y CCOO ya llevan tiempo trabajando en ellas y se van a poner en marcha antes de que acabe septiembre.
UGT presiona a los empresarios
Preguntado por la última vez que habló con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha dicho que fue a finales de junio, pero ha querido insistir en que ese no es el problema, sino que «la patronal debe ser consciente de que hace falta ese acuerdo en estos momentos».
La única manera de desatascar esta situación, a su juicio, es con un pacto de salarios, ya que el pacto de rentas del que tanto se ha hablado «se ha ido construyendo con las medidas que ha ido tomando el Gobierno», aunque hay algunas que se deben retomar.
Una de ellas es la creación de un fondo de rescate de las hipotecas, ya que el euríbor está creciendo y es razonable que el estado pueda ayudar con créditos o subvenciones a las familias que no pueden hacer frente al pago de las hipotecas, con el objetivo de que no comience «otra crisis hipotecaria».
Por otra parte, ha reiterado que subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 1.049 euros es «quedarse muy corto» y ha apostado por redondearlo a 1.100, ya que el IPC está «desbocado» y las personas que menos tienen no pueden seguir perdiendo poder adquisitivo.
Respecto a las palabras de ayer de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, sobre el SMI ha dicho que muestra una «sensibilidad especial».