Dos tercios de los españoles usan aún efectivo a diario pese al auge del pago por el móvil
El 64% de las compras se abonan con dinero en metálico y se espera que el porcentaje suba para controlar los gastos debido a la crisis de la inflación
Dos tercios de los españoles todavía paga sus compras diarias en dinero en efectivo a pesar del auge de los pagos con tarjeta, especialmente a través del móvil, desde que estalló la pandemia. Según los datos del Banco de España, recopilados por THE OBJECTIVE, el 64% de los ciudadanos utiliza el metálico para sus operaciones habituales, siendo así el canal principal para abonar cualquier tipo de adquisición en los comercios.
En los últimos meses, como consecuencia de la afluencia de turistas, el pago en dinero contante y sonante ha aumentado, de acuerdo con los datos del supervisor expuestos por su directora de Conducta y Billetes, Helena Tejero, en un acto celebrado esta semana sobre el futuro del efectivo. Las cifras señalan que recientemente el 70% de las transacciones se hicieron en nuestro país en metálico.
La tendencia alcista tiene visos de continuar e, e incluso, acelerarse como consecuencia de la crisis de la inflación. Y así lo advertía la propia Tejero en su comparecencia. Fuentes financieras consultadas por este periódico sostienen que en época de dificultades los ciudadanos tienen a controlar sus gastos dejando a un lado las tarjetas. «Es una buena manera para mantener a raya el dinero que sale de cartera».
El efectivo, a punto de desaparecer en Suecia o Noruega
Este uso de los pagos en metálico se produce en un contexto de una mayor complejidad para la retirada de efectivo debido al cierre masivo de sucursales y disminución de la red de cajeros automáticos. Y contrasta con la práctica mayoritaria en otros países en la utilización de la tarjeta.
Los últimos datos disponibles apuntan a que en Suecia, uno de los estados que más ha combatido la existencia del dinero físico desde hace tiempo, los pagos a través de los plásticos o el móvil supera el 90%. Por tanto, el efectivo es ya prácticamente residual. En su vecina Noruega, los números son todavía más relevantes, ya que apenas el 3% de las operaciones se realizan con monedas o billetes, por lo que está a un paso de que el metálico desaparezca del todo.
En otros mercados, como el canadiense o el holandés, la utilización de las tarjetas como medio de pago es muy superior al español y ha acelerado su avance desde la pandemia hasta más de un 70% de las transacciones. En Australia, China o Corea del Sur los plásticos son también un vía mayoritaria, frente al dinero físico.
Las cifras del Banco de España, relativas al primer trimestre, confirman que las retiradas de efectivo en los cajeros han aumentado su ritmo con respecto al conjunto de 2021. En los tres primeros meses el importe sacado de estas máquinas se elevó un 10,6% en tasa interanual. El ejercicio pasado este porcentaje se situó por debajo del 9% y comparaba con un periodo en el que hubo confinamientos por el Estado de Alarma decretado por el Gobierno debido a la pandemia.
Por su parte, las transacciones con tarjeta en los comercios han subido en el inicio de este ejercicio y lo han hecho a más del doble de velocidad que el metálico, pero no están sirviendo para que la población en su mayoría deje de utilizar monedas y billetes en sus pagos. Las compras abonadas con plásticos crecieron un 28%. En 2021, el ascenso fue del 21%.
Las entidades están potenciando que los ciudadanos abonen sus adquisiciones con ‘visas’ con el fin de ahorrar costes. Un objetivo que ha llevado a que en solo dos años hayan cerrado más de 4.000 oficinas. Unas clausuras que han conllevado la desaparición de al menos 3.500 cajeros. El parque de estas máquinas se sitúa en 46.473, a cierre de marzo, con lo que el número es el más bajo desde principios de la primera década del presente siglo. En 2001 esta red estaba compuesta por 47.000 dispositivos de efectivo.
El menor volumen de cajeros reduce las posibilidades de los ciudadanos para poder sacar dinero y hacer uso del mismo. E incentiva, por contra, la mayor utilización de los pagos con tarjeta. Sin embargo, en el mundo rural la falta de esta máquinas o de una sucursal para disponer de metálico está suponiendo un problema para sus habitantes.
Los bancos han puesto en marcha un plan para mejorar este servicio en la denominada España vaciada. El 6% de los pueblos se ha quedado sin banco desde 2008. La estrategia implicará acuerdos con Correos para garantizar el efectivo o cursos de formación digital para el impulso de los abonos con los plásticos insertados en los móviles.