Bruselas contempla extender la excepción ibérica a la Unión Europea
Durante los últimos días, París ha reclamado en varias ocasiones una solución de emergencia y temporal inspirado en el mecanismo ibérico
La Comisión Europea contempla extender a toda la UE la llamada «excepción ibérica» adoptada por España y Portugal para cortar el contagio del gas en el precio de la electricidad, entre otras posibles iniciativas como limitar el precio de las importaciones gasísticas, según consta en un documento al que tuvo acceso Efe.
En el texto, transmitido a las capitales a lo largo de la tarde de este miércoles según fuentes diplomáticas, el Ejecutivo comunitario dice estar «preparado para discutir el desarrollo de un marco europeo temporal para limitar la influencia de los precios del gas en la generación de electricidad».
«Una opción podría ser limitar el precio del gas en la generación de electricidad en un nivel que ayude a reducir los precios eléctricos sin derivar en un mayor consumo de gas. El coste entre el límite y el precio de mercado será asumido por el sistema eléctrico en los Estados miembros», plantean las autoridades comunitarias.
De esta forma, Bruselas incluye un mecanismo basado en la excepción ibérica de España y Portugal en un documento de reflexión para alimentar el debate energético entre los Veintisiete, en el que aborda las distintas opciones para limitar de alguna forma el precio de gas, disparado desde incluso antes de la invasión rusa en Ucrania y aún más desde el pasado febrero.
«Los precios más altos en los mercados mundiales del gas como consecuencia de la guerra están proporcionando rentas significativas y excepcionales para los proveedores de gas que venden a precios muy por encima de sus coste marginal de producción, mientras impacta fuertemente nuestra economía», razona el Ejecutivo comunitario.
Durante los últimos días, París ha reclamado en varias ocasiones una solución de emergencia y temporal inspirado en el mecanismo ibérico e incluso el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se ha mostrado públicamente a favor de una medida en esa línea.
Además de ampliar la excepción ibérica, el documento de la Comisión valora otras alternativas, como fijar «un precio máximo al por mayor en todos los intercambios dentro de la UE», que requeriría también «reemplazar el mercado por un sistema administrado centralmente para la asignación y el racionamiento del gas, así como para financiar la diferencia entre el precio tope y el precio de mercado global».
Bruselas también se inclina por reducir el peso del índice gasístico neerlandés TTF Dutch de referencia en Europa, por no reflejar adecuadamente los precios del gas natural licuado (GLN) que llega a la UE por barco, así como reforzar la vigilancia sobre el comportamiento de los mercados.
«Dada la falta de índices alternativos más representativos, el uso persistente del TTF como punto de referencia» termina «empujando los precios de las transacciones de GNL para el conjunto de la UE», señala el documento comunitario, que considera que «un nuevo punto de referencia de GNL basado en transacciones, con datos objetivamente verificables (…), proporcionaría un valioso punto de referencia para participantes del mercado para ser utilizados de forma voluntaria».
Bruselas también plantea la posibilidad de «fijar un precio máximo a las importaciones» de gas de Rusia y considerar «ilegal» cualquier «importación de gas ruso cuyo precio supere este umbral».
Por último, también recoge la idea de establecer un precio máximo a todas las importaciones de gas en la UE, no solo las rusas, como han reclamado por escrito 15 países, entre ellos España, pero avisa de ciertos obstáculos.
«Significaría que el límite de precio no solo interviene en las relaciones contractuales con los importadores de terceros países, sino también limitaría el precio de las transacciones dentro de la UE», por lo que sería necesario crear «una entidad para reemplazar el mercado y asumir muchas tareas de gestores de redes de transporte para distribuir gas entre los Estados miembros».
En caso de avanzar por ese camino, agrega Bruselas, convendría «introducir un marco de reducción de la demanda significativamente más drástico, que incluya reducción, para hacer frente al aumento de la demanda debido a un precio más bajo».
«Además, el riesgo de provocar interrupciones en el suministro de terceros países es más alto para un tope generalizado de precios mayorista que para un tope de precios en las importaciones de gasoducto», añade la Comisión.