El Banco de España desmonta las previsiones del Gobierno: el PIB crecerá un 1,4% en 2023
El PIB crecerá un 1,4% el año próximo según el supervisor, cuando el Gobierno soporta sus Presupuestos en un dinamismo del 2,1% en 2023
El Banco de España, en su último informe trimestral, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, prevé un crecimiento económico del 1,4% para 2023, frente al 2,1% del cuadro macroeconómico presentado este martes por la vicepresidenta económica, Nadia Calviño y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, sobre el que giran los Presupuestos del año próximo.
Cierto es que el supervisor calcula que en este ejercicio, la economía española puede avanzar un 4,5% y no una 4,4%, como defiende el Gobierno, pero la institución que gobierna Pablo Hernández de Cos calcula que el año próximo el dinamismo se cortará y el PIB español solo avanzará un 1,4%, siete décimas menos del escenario del 2,1% sobre el que el Gobierno ha calculado sus Presupuestos para el año próximo.
El Banco de España, en su informe trimestral, deja clara la pérdida de dinamismo de la actividad económica global acaecida durante el verano. También se hace cargo de que a partir de agosto se ha observado «un tensionamiento de las condiciones financieras globales», y del encarecimiento de las materias primas.
Aduce el supervisor que Europa está particularmente expuesta a los embates económicos más recientes. La UE sufre una mayor vulnerabilidad a la guerra de Ucrania, por razones geográficas y comerciales: «La guerra ha supuesto alteraciones cada vez mayores», reza el informe.
Preocupación por la crisis energética
El Banco de España muestra reiteradamente su preocupación por la crisis energética. «La vulnerabilidad del continente europeo a la guerra de Ucrania se deriva de la proximidad al escenario bélico y, especialmente, de su dependencia de las materias primas importadas desde Rusia y, en concreto, del gas».
Es más, el Banco de España advierte de que las actuaciones de los países de la UE para contener la crisis energética «no garantizan plenamente la ausencia de interrupciones en el suministro durante el próximo invierno». Un duro mensaje del supervisor.
El Banco de España es neutral en sus proyecciones, y anticipa una revisión a la baja generalizada en todas las áreas geográficas, no sólo en España. Pero matiza en su informe que en nuestro país se han «multiplicado en los últimos meses las señales de pérdida de dinamismo de la actividad económica».
Es más, desmienten el triunfalismo del Gobierno sobre el récord de afiliación a la Seguridad Social, en el que basa el Ejecutivo de Pedro Sánchez parte del eventual aumento de ingresos públicos. Ya detecta el supervisor una tendencia a la baja. «El ritmo de crecimiento de la afiliación a la Seguridad Social, cuyo vigor había sorprendido al alza durante la primera mitad del año, se desaceleró en el tercer trimestre», según las fuentes estadísticas del banco central.
El escenario que dibuja el supervisor es de un cóctel de factores que presionan a la baja las perspectivas de avance de la actividad económica: la inflación disparada, la reducción de confianza de los agentes económicos, la incertidumbre. Estos elementos golpearán al turismo, indica el estudio.
No obstante, arroja algo de luz para el segundo semestre de 2023 porque «se contempla una moderación progresiva de los precios de los bienes energéticos y alimenticios de acuerdo con las sendas de los mercados de futuros». En este punto, el supervisor reivindica el papel dinamizador de los proyectos de inversión alentados por los fondos europeos Next Generation, cuya ejecución está siendo decepcionante según datos de la Intervención General del Estado.