Sánchez dispara el gasto en 122.000 millones desde que llegó a La Moncloa en 2018
La partida de pensiones crecerá en 15.000 millones en euros con la revalorización al 8,5% que proyectan los Presupuestos Generales del Estado para 2023
Los Presupuestos Generales del Estado para 2023 incorporan un fuerte aumento del gasto, que en el conjunto de las partidas sociales supone un alza del 11% interanual. Ese engrosamiento del gasto social al máximo de la historia supone -unido al relativo a otros epígrafes- que, en total, el gasto consolidado se sitúe en 450.722 millones de euros.
Si se compara esta cifra con el gasto consolidado en los últimos Presupuestos Generales del Estado del Gobierno anterior, los primeros que hizo un Gobierno y heredó otro -el de Pedro Sánchez– en junio de 2018, que se concretó en 327.955 millones de euros, la realidad es que desde que gobierna Sánchez, se ha elevado el gasto en 122.767 millones de euros.
Ello coexiste con una subida inferior en los ingresos no financieros, pasando de los 293.200 millones de 2018 a los 383.171 del presupuesto para 2023, con un alza de 89.971 millones.
En términos porcentuales queda patente el desequilibrio del avance de los ingresos y los gastos. Los primeros crecerán un 30% en 2023 desde el Presupuesto de 2018, según el plan del Gobierno, mientras que los desembolsos subirán un 37,4%. El ritmo no resulta favorable para cumplir a medio plazo la senda de reducción del déficit público, cuando las reglas fiscales se rehabiliten, explican los expertos.
Más déficit estructural
Como explica el economista Javier Santacruz a THE OBJECTIVE, esto supone una diferencia entre el alza de gastos y de ingresos de 32.796 millones de euros. Es decir, «el déficit estructural se engrosa en tres puntos del PIB desde que gobierna Sánchez».
La situación preocupa a los expertos consultados, ya que España se sitúa en niveles de deuda pública récord -de 1,47 billones de euros a cierre de junio, el 116,1% del PIB- que acabarán pagando las siguientes generaciones vía impuestos y exacciones.
Por otra parte, la preocupación se agrava al haber revisado el Banco de España este miércoles las previsiones macroeconómicas a la baja. Justo el día anterior a la presentación de los Presupuestos Generales del Estado para 2023 en el Congreso, este jueves, el supervisor deja claro que las Cuentas Públicas para el año que viene giran sobre una hipótesis sobrestimada de crecimiento en siete décimas.
El Presupuesto que presentó este jueves la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en el Congreso prevé un crecimiento del 2,1% para el año próximo y el Banco de España advierte de serios riesgos a la baja, que dejarían el avance en un 1,4%. Algo que es incluso una hipótesis optimista, según el Servicio de Estudios de BBVA, que prevé un crecimiento del 1% para el año próximo.
Menor recaudación
Dado que la recaudación depende del dinamismo del PIB, todo apunta a que los ingresos serán inferiores a lo previsto -en torno a 6.200 millones inferiores- de modo que la brecha del déficit público estructural añadida por Sánchez sobrepasaría los tres puntos de PIB.
Y todo apunta a que es más posible que se cumplan las previsiones de crecimiento más contenidas que la del Gobierno. En solo 48 horas, dos entidades -el Banco de España y BBVA- han defendido un cuadro macro menos triunfalista que el que defiende el Ejecutivo de Pedro Sánchez y el Gabinete económico encabezado por Nadia Calviño.
De hecho, explica un economista a este periódico, las previsiones de crecimiento para 2023 de organismos e instituciones se mueven al menos un 33% por debajo de las del Gobierno, lo que hace más plausible que, pese a la subida tributaria, la recaudación sea insuficiente para cumplir la previsión oficial de lograr un alza de 18.710 millones de euros en los ingresos fiscales.
El economista de Oxford Economics Ángel Talavera también cree, en conversación con este periódico, que la previsión de crecimiento oficial es optimista. Por lo tanto, «de la misma manera, la proyección de ingresos también es mayor». Y hace referencia Talavera a la subida de una de las partidas de gasto que no es puntual, sino que se consolida, y será la base de subidas venideras: la de las pensiones.
Al revalorizarse las pensiones, «en el entorno del 8,5%», como calcula Montero, «inevitablemente la magnitud de la subida significará tener que asumir un mayor déficit de manera permanente o en su defecto, cortar en otras partidas de gasto», avisa Talavera.
Las pensiones costarán 15.000 millones más
La revalorización al 8,5% supone que el gasto en pensiones se elevará en 15.000 millones el año próximo entre las subidas de las pagas contributivas, las no contributivas y las del régimen de clases pasivas, según el modelo de cálculo del grupo de investigación de Pensiones y Protección social, formado por expertos de la Universidad de Valencia y la Universidad de Extremadura, como Inmaculada Domínguez Fabián y Enrique Devesa.
Sobre este aumento desmesurado del gasto, en 122.000 millones de euros, más de diez puntos de PIB, el profesor del Centro de Estudios Financieros (CEF) Juan Fernando Robles, considera que se hace recaer todo el esfuerzo para sufragarlo sobre el sector privado, lo que se pagará en aumento del desempleo y pérdida de bienestar.