El Sabadell cierra la mitad de sus centros de atención de venta 'online' y telefónica
El casi centenar de trabajadores que se verá afectado por estas clausuras será trasladado a las sucursales y a las unidades de servicio remoto que se mantienen
El Sabadell ha decidido cerrar prácticamente la mitad de los centros de atención de venta online y telefónica que tiene desplegados por todo el territorio nacional. La medida, que se implantará previsiblemente a principios del próximo ejercicio, afectará a casi un centenar de trabajadores del banco, según ha podido saber THE OBJECTIVE.
Una vez se haga efectiva la reestructuración de estos departamentos, el banco contará con 13 unidades para comercializar sus productos y servicios a través de los canales remotos. Los empleados afectados, según ha informado la dirección de la entidad a los sindicatos, serán reubicados, por lo que se descarta cualquier tipo de despido.
Aún no está claro del todo cuáles serán los centros que se liquidarán, pero el Sabadell ya ha avanzado que los especializados en altos patrimonios y clientes extranjeros no continuarán a partir de principios de 2023. Tampoco aquellos que tienen un menor tamaño, es decir, que estén operados por entre ocho y diez empleados.
La intención del banco que gestiona César González-Bueno es, por un lado, centralizar la actividad de atención remota con unidades de atención más grandes, a los que trasladará una parte del personal de los departamentos que se clausurarán. El resto de trabajadores serán traspasados a la red de sucursales, en las que tras los dos ERE pactados desde finales de 2020 para 3.400 empleados hay puestos vacantes.
El Sabadell pretende ganar eficiencia y productividad
Los centros de gestión a distancia del Sabadell están ubicados, principalmente, en Madrid, Barcelona, Alicante, Oviedo y Murcia. Los sindicatos UGT y Alta, reclaman al banco un estudio pormenorizado de los trabajadores que pueden reubicarse a 25 kilómetros de distancia, tal y como marca el convenio sectorial.
Las unidades de atención remota de la entidad se especializarán, una vez se ejecute la medida, en la venta de hipotecas, seguros, créditos al consumo y renting de vehículos. Con ello el banco pretende una mejora de la productividad y la eficiencia, de acuerdo a los comunicado a las organizaciones sindicales.
Los centros que bajarán la persiana y que dan servicio a los clientes de altos patrimonios y extranjeros se han visto afectados por esta reorganización debido a la implicaciones de la directiva europea Mifid II. Esta es especialmente estricta con la comercialización de determinados productos de inversión, que obliga a los usuarios a tener que acudir a las oficinas a tener que realizar determinadas operaciones. De ahí, que la gestión remota pierda su razón de ser.
El cierre de estas unidades de trabajo se producirán meses después de que el Sabadell diera marcha atrás en la externalización de 250 empleados a BSOS, compañía que comparte con NTT Data -antigua Everis- desde 2016. Esta firma, entre otros asuntos, se dedica a tareas auxiliares a la red y de atención telefónica.
El Sabadell se encuentra en la actualidad en plena recuperación para seguir en solitario. La entidad rompió las negociaciones con BBVA a finales de 2020 y puso en marcha un plan de ajuste para mejorar la eficiencia y la rentabilidad. Este proceso supuso el despido de 1.800 empleados en un primer momento. Tras este recorte de personal, el pasado otoño acordó un nuevo ERE para otras 1.600 personas y con ello poder cumplir con sus objetivos de su nueva hoja de ruta.
El propósito del banco es, tras la disminución de plantilla, no solo continuar su operativa sin tener que recurrir a una fusión, sino que pretende mantener todos los negocios y, por tanto, no hacer ventas de activos. De hecho, el foco del Sabadell es apuntalar el crecimiento de la actividad para cumplir con las promesas realizadas a los inversores.
El objetivo será ahora más factible por el cambio de tendencia tan abrupto en los tipos de interés por la escalada de la inflación y la política restrictiva del BCE. La subida del euríbor, más de la inicialmente prevista, permitirá al Sabadell mejorar los ingresos por los préstamos otorgados, aunque una parte tendrá que ir destinada a las arcas del Estado por el impuesto especial lanzado por el Gobierno a las entidades financieras.
El incremento de la facturación por el efecto del euríbor también se verá mermado por el alza esperada de la morosidad y las medidas que adopte el sector para ayudar a los clientes más vulnerables a pagar sus hipotecas variables. Unas ayudas que están siendo debatidas en el seno de la banca y con el Ejecutivo para su puesta en marcha próximamente.