La empresa española tributa un 13% más que en la UE y la productividad se desploma un 7,5%
Los empresarios piden un entorno de menor carga burocrática y costes más bajos que permitan acometer inversiones para que las pymes ganen tamaño
Las empresas españolas, más del 90% pymes, soportan una carga tributaria superior a sus homólogas en la Unión Europea (UE), lo que supone que tengan menos recursos para invertir y mejorar su plantilla y ganar tamaño, según conclusiones de una jornada presentada este miércoles en la sede madrileña de la patronal CEOE.
Según los estudios reflejados en el encuentro, el aumento de la presión fiscal padecido en esta legislatura por la pyme española -mayoritaria en el tejido productivo- «se traduce de forma inmediata en un recorte de la productividad».
Explica el informe sobre el que se basan las conclusiones que las empresas españolas aportan el 31,9% del total de la recaudación del país, frente al 24,6% del promedio de la UE, según datos recabados por el Instituto de Estudios Económicos (IEE). Ello supone una sobrecarga de presión fiscal del 12,8% para el empresario español, casi un 13%, según el estudio. Y las empresas no sólo abordan estos costes, sino también los de las cotizaciones sociales «que han sufrido un fuerte incremento», reza el estudio.
Escaso margen para la inversión
De este modo, se crea un clima de insuficiencia financiera para cualquier empresa media española que mina sus recursos para invertir, volver la compañía más eficiente, o mejorar las condiciones y rendimiento de la plantilla, así como ganar tamaño, argumentan a THE OBJECTIVE los autores del informe.
Por eso, la productividad de la empresa española se ha desplomado un 7,5% en los últimos cuatro años, según cálculos del brazo intelectual de la CEOE. «El fuerte incremento de costes, el alza de la presión fiscal, tanto impositiva como en cotizaciones, las crecientes cargas burocráticas y el endurecimiento del entorno normativo explican la menor productividad, al retrotraer también la inversión», concluye el texto.
En declaraciones a este periódico, el director general del IEE, Gregorio Izquierdo, recalca que «las empresas más productivas son las que mejor aguantan la crisis y generan el mayor empleo y actividad económica». Y añade que el menor tamaño de la empresa española no es el único factor que lastra el tejido productivo, que hay otros elementos que condicionan la productividad, como el insuficiente nivel de inversión, las limitaciones a la ganancia de tamaño, y las trabas burocráticas que enfrentan los directivos.
Caída de productividad
La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), advirtió -durante la jornada en que se presentaron estas conclusiones- que la productividad de la pyme española, baremada como las ventas por asalariado ajustadas a la inflación, registra una caída acumulada del 7,5% entre 2017 y 2021. El Gobierno de Pedro Sánchez llegó en junio de 2018. Luego gran parte de la caída en productividad atañe a sus medidas -explican los expertos– de subida de impuestos, aumento de cotizaciones, y elevación de trabas burocráticas.
La preocupación del empresariado radica en el tamaño de empresa. Explican a TO que el límite de 50 trabajadores que opera para aspectos fiscales y laborales se torna en un lastre para la productividad de las compañías. Y los empresarios manifiestan su sorpresa y rechazo al hecho de que las bases de cotización hayan subido en magnitudes del 40% para la mínimas y del 18,5% para las máximas, con las reformas recientemente impulsadas por departamentos gubernamentales como el de Seguridad Social, dirigido por José Luis Escrivá, y Trabajo, encabezado por la vicepresidenta Yolanda Díaz.
Especialmente contundente fue el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, quien zanjó que «las ganancias de productividad se las quiere apropiar el Gobierno, lo que se observa en el incremento de la presión impositiva».
Las pymes se quejaron en el encuentro de la elevación de sus costes. No solo por el entorno de falta de suministros, el encarecimiento de las materias primas y la invasión rusa de Ucrania o medidas laborales que elevan sus costes diarios. Reflejaron los empresarios el recorte que padecen sus márgenes por esta mezcla de factores y su rechazo al castigo que algunas figuras tributarias -como el nuevo gravamen a eléctricas y entidades bancarias- hace en las cuentas de explotación.
Subida de costes
Los costes totales de las empresas españolas, según Cepyme, han subido un 24,4% en el segundo trimestre de 2022. La partida de plantilla ha subido un 5,2%, según sus cálculos; el salario medio, un 6,6%; los costes de los insumos, un 51,6%; y la energía se ha encarecido un 112,7%, a raíz de los registros medios de sus asociados.
Por ello, Cepyme deplora que además la empresa tipo se tenga que enfrentar a trabas burocráticas y lamenta que en 2021 se aprobaran 851 normas (un 7% más que en 2020), a las que hay que añadir elementos como los planes de igualdad o los registros horarios, que limitan la asignación de recursos a la producción.
En la jornada El Problema de la Productividad en la Empresa Española estuvieron presentes el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán; el directivo de Análisis Económico de BBVA Research, Rafael Doménech; y el economista y profesor de la Universidad de Alcalá José Carlos Díez.
Bajo la moderación del secretario general de Cepyme, Luis Aribayos, y el discurso conductor de Gregorio Izquierdo (IEE), Gavilán presentó una batería de conclusiones del Banco de España que avalan la queja empresarial. El supervisor estima que la productividad de la empresa española está por debajo de la de economías similares, que afecta a todas las ramas de actividad, y que es fruto del menor tamaño empresarial, la peor asignación de recursos y el marco institucional poco propicio al aliento a la inversión productiva.