La actividad de las empresas de la eurozona se contrae al mayor ritmo en casi dos años
El mayor declive siguió registrándose en Alemania, mientras que el crecimiento de la actividad total se paralizó en Francia
El deterioro de la actividad del sector privado de la zona euro se ha agravado durante el mes de octubre, según refleja el avance del índice compuesto de gestores de compra (PMI), que se ha situado en 47,1 puntos desde los 48,1 del mes anterior, lo que supone su peor lectura en 23 meses, según S&P Global Market Intelligence.
En el caso del sector manufacturero, la lectura del índice PMI ha empeorado hasta 46,6 puntos desde los 48,4 de septiembre, en mínimos de 29 meses, mientras que en el sector servicios, el índice PMI de octubre ha bajado a 48,2 puntos, frente a los 48,8 del mes anterior, su nivel más bajo en 20 meses, según señala Europa Press.
«Parece probable que la economía de la zona euro se contraiga en el cuarto trimestre dado el panorama de creciente disminución de la actividad total y deterioro de la demanda observado en octubre», ha indicado el economista jefe de S&P Global Market Intelligence, Chris Williamson, para quien la recesión «cada vez parece más inevitable».
En la zona euro, el mayor declive siguió registrándose en Alemania, cuyo índice PMI compuesto se desplomó hasta 44,1, su nivel más bajo desde mayo de 2020, mientras que el crecimiento de la actividad total se paralizó en Francia, cuyo índice PMI compuesto retrocedió a 50 puntos, frente a los 51,2 del mes anterior.
En el resto de la eurozona, la actividad total cayó por segundo mes consecutivo, disminuyendo al ritmo más rápido desde enero de 2021, y con excepción del periodo de la pandemia, desde junio de 2013, reflejando un modesto declive de la actividad del sector servicios, acompañado de una caída más intensa de la producción industrial.
De su lado, a pesar de que la mejora de los problemas de suministro de materias primas contribuyó a paliar algunas presiones
inflacionistas, los crecientes costes de la energía y las presiones alcistas de los sueldos hicieron que la inflación de los costes en general se mantuviera sumamente elevada.
Este incremento de los costes generó un ritmo persistentemente alto del incremento de los precios cobrados por los productos y servicios, que apenas cayeron marginalmente en comparación con los de septiembre.
«Las presiones de los precios siguen obstinadamente elevadas, mientras los crecientes costes de las energías y el personal y la debilidad del euro contrarrestaron las reducciones de los precios de los productos básicos por la mejora en las condiciones de suministro», señala Williamson, para quien estos elevados indicadores de precios probablemente «aumentarán la determinación del BCE de seguir ajustando la política monetaria en los próximos meses pese al creciente riesgo de recesión».