Iberdrola, entre las últimas empresas del Ibex en separar la figura de presidente y CEO
Acciona, Aena, Arcelormittal, Ence, Indra, Naturgy y Mapfre continúan manteniendo el ‘poder’ concentrado en una persona
Ignacio Sánchez Galán ha tardado 16 años en aceptar a un consejero delegado a su lado. Nombrado primero como consejero delegado en 2001 y después como presidente ejecutivo en 2006, no ha consentido desde entonces la separación de poderes entre ambas figuras como han venido haciendo otras de las empresas del Ibex 35.
El directivo abre una nueva era en la mayor eléctrica de España y quinta del mundo con vistas a la junta general de accionistas del próximo año. Sánchez Galán fue reelegido como presidente de Iberdrola en la junta de 2019 por un mandato de cuatro años. De este modo, ejercerá como tal hasta al menos 2023.
Sánchez Galán también ha aprovechado su plena desimputación en el ‘caso Villarejo’ para mover ficha y acercarse a su deseo de cerrar la compra de PNM Resources. El regulador de Nuevo México rechazó a principios de diciembre del año pasado por unanimidad la compra de PNM Resources por parte de Avangrid, filial estadounidense Iberdrola, alegando la fuerte posición de mercado de Sánchez Galán y su acusación por presuntos delitos de cohecho activo y falsedad en documento mercantil. Iberdrola recurrió en enero ante el Tribunal Supremo de Nuevo México.
La operación, que se anunció hace más de un año y medio, valoraba a la eléctrica de Nuevo México y Texas en 8.000 millones de dólares –4.200 millones de capitalización y 3.800 millones de deuda–. La compañía combinada contaría con activos superiores a los 40.000 millones de dólares y tendría un Ebita de unos 2.500 millones de dólares y un beneficio neto de 850 millones de dólares.
Junta general de accionistas
Por otro lado, Sánchez Galán tiene en mente la junta general de accionistas de 2023, ya que debe decidir sobre su renovación. Corporance, la firma española de asesores de voto, ya recomendó a los accionistas de la compañía que se opusieran en la junta de este verano a la gestión del consejo de administración por el impacto reputacional del ‘caso Villarejo’.
En la misma línea, la firma de asesoramiento International Shareholder Services (ISS) recomendó a los tres fondos que controlan la energética rechazar la continuidad de Sánchez Galán como presidente y consejero delegado. En la junta de junio, Iberdrola consiguió un apoyo medio a todos los puntos del orden del día del 98%. Sin embargo, en el que se refería a la gestión social y actuación del consejo de administración, se quedó en el 93,93%. El relativo a la remuneración anual de los miembros del consejo tuvo un respaldo del 75,88%.
El directivo salamantino se lanzó a cerrar el apoyo de los minoritarios antes de la celebración de la junta con un ‘dividendo de involucración’, una retribución adicional de 0,005 euros brutos por acción si se alcanzaba un quórum del 70%. Ignacio Sánchez Galán ganó un total de 13,2 millones de euros el año pasado como presidente de Iberdrola, lo que supone un 8,23% en comparación con el ejercicio precedente.
El presidente de la multinacional con sede en Bilbao ha visto incrementarse su retribución todos los años desde 2017, cuando ganó 9,47 millones de euros. Los más de 13 millones sitúan a Sánchez Galán como el directivo que más gana entre las grandes energéticas del país.
Bajo este contexto, Iberdrola, que este miércoles presenta resultados y el 9 de noviembre celebra el Día del Inversor, se convierte en una de las últimas grandes del Ibex en tener la figura del consejero delegado. Fue en mayo de 2019 cuando Inditex la recuperó con el nombramiento de Carlos Crespo dejando a ocho empresas del selectivo que no contaban con un CEO diferenciado de la figura de presidente. Eran Iberdrola, Acciona, Aena, Arcelormittal, Ence, Indra, Naturgy y Mapfre.
Los inversores y los proxy advisors (entidades de asesoría especializadas en elaborar recomendaciones de voto y que orientan en materia de buen gobierno) defienden la existencia de un presidente no ejecutivo y un consejero delegado para evitar la concentración del poder en una única persona. Para entendernos, el presidente es quien está al mando de la organización de la empresa mientras el consejero delegado es el encargado de ejecutar la estrategia.
Martínez Córcoles, último ‘número dos’
No obstante, muchas de las empresas siguen teniendo presidentes con funciones ejecutivas pese a que cuentan con un consejero delegado. En el modelo anglosajón el presidente no tiene funciones ejecutivas. Ahora, Iberdrola da un vuelco en su organigrama, aunque Sánchez Galán siempre ha tenido un ‘número dos’.
Francisco Martínez Córcoles ha sido su último hombre de confianza. Este ejercía como consejero-director general de Negocios, la mayor área del grupo, y fue sustituido por el recién nombrado consejero delegado, Armando Martínez, en noviembre del año pasado. Córcoles también está imputado en el ‘caso Villajero’ por supuesto delito continuado de cohecho activo, contra la intimidad y falsedad en documento mercantil.
Martínez Córcoles cesó como consejero ejecutivo con efectos 1 de noviembre de 2021, pero continuó como miembro del consejo de administración de Iberdrola con la calificación de otro externo. Este miércoles fue cesado por completo tras, informar la empresa, que puso su puesto a disposición del consejo para «facilitar los cambios en la gobernanza de la sociedad».