El 40% de los opositores jóvenes no tiene experiencia laboral previa
Con la generación Boomer empezando la jubilación, los jóvenes no confían en el sector privado y apuestan directamente por una plaza en el empleo público
Sala de oposiciones.
La generación Boomer comienza a jubilarse. Ojo. Estamos hablando de los nacidos entre 1957 y 1977, cuando el optimismo de los españoles engendraba a mansalva. Después moderamos nuestro entusiasmo. Y hasta ahora. Ha llegado, pues, el momento de que los más escasos productos del posterior amor patrio tomen las riendas para, entre otras cosas, los miembros de aquella generación del Baby Boom puedan cobrar sus pensiones. La cuestión es: ¿de dónde van a sacar el dinero?
Pese a la tabarra de las últimas décadas con el palabro «emprendedor» y la canonización mediática de personajes como Steve Jobs, buena parte de los jóvenes de hoy, ¡oh sorpresa!, quieren sacarse una oposición y dejarse de líos. El 46%, según datos del último estudio de Metroscopia. Lo que los padres de toda la vida aconsejaban a sus hijos. Lo que hace plantearse a algún analista si para este viaje hacían falta tantas alforjas…
Aunque los chavales tienen sus razones, admitámoslo: «El desempleo y la incertidumbre económica, unidos a la gran oferta de Empleo Público, han provocado que numerosas personas que no tenían entre sus planes opositar se decidan a hacerlo. En su mayoría lo hacen a plazas poco o menos vocacionales, aunque esto varía en función de la edad», destaca Jacobo Fariña, responsable de Comunicación de OpositaTest en la presentación de la III Radiografía del Opositor Español.
Los jóvenes no parecen compartir la euforia gubernamental con los datos del paro y sus fijo-discontinuidades más o menos sospechosas. La alternativa de hacerse autónomo da más susto que emoción, y el futuro a corto y medio plazo no invita precisamente al emprendimiento. No es de extrañar que muchos ni lo intenten. Según la Radiografía del Opositor, el 40% de los jóvenes menores de 25 años que se plantean opositar no tienen experiencia laboral previa, y el 28% tiene menos de un año de experiencia.
Los datos de las motivaciones de los opositores resultan también significativos. El 36% de los menores de 25 años afirma que su preparación es vocacional y por eso han enfocado sus estudios en ello. El porcentaje baja al 15% en el opositor medio: conforme aumenta la edad, disminuye el idealismo. En cualquier caso, el pragmatismo se impone en general: la estabilidad y conseguir un puesto fijo para toda la vida es la principal motivación también para los jóvenes (60%), pero se dispara en el resto: el 89% no se anda con rodeos.
Esa diferente forma de entender la oposición según la edad condiciona el perfil medio del opositor: seis de cada 10 opositores preparan dos o más oposiciones, pero el porcentaje baja hasta el 18% entre los menores de 25 años; en esa franja, un 56,4% se concentra en una. O sea, conforme van pasando los años, el opositor va ampliando el espectro de posibilidades.
Entre las oposiciones más demandadas en nuestro país, según el portal CazaTuPlaza, las de Justicia ocupan uno de los primeros lugares: a las últimas convocatorias en ese sector se presentaron cerca de 40.000 opositores para unas 1.600 plazas, lo que supone un incremento del 18% respecto a las anteriores. Aunque suene ambicioso, en realidad la palma se la lleva el área de auxiliar judicial… porque es una de las más asequibles y solo pide el graduado escolar. La ratio de opositores por plaza depende de cada Comunidad, pero la media para las de Justicia es superior a 30 personas por plaza. Otra de las plazas más demandadas es la de administrativo; en este año se han presentado unas 47.000 instancias para auxiliar de administrativo y 42.000 para administrativo.
Las plazas más demandadas son las de tipo C –celadores, administrativos, Guardia Civil, Policía…–, que requieren una titulación inferior y una preparación menos exigente. Menos atractivas resultan las de tipo A —jueces, fiscales, notaría, inspectores de Policía…–, que exigen títulos universitarios y años de preparación por delante; de estas se ofrece un número muy limitado de plazas, pero la ratio suele ser menor.
Especialmente solicitadas están las plazas para cuerpos y fuerzas del estado, fundamentalmente por la recurrencia de las convocatorias y el número normalmente elevado de plazas que por lo general es elevado. En lo que va de año, CazatuPlaza ha visto aumentar un 26% el número de sus opositores en estas áreas.
Curiosamente, en la era de internet, en los últimos años la oposición por excelencia con mayor número de opositores e instancias presentadas es la de Correos. Según CazaTuPlaza, se debe a sus «requisitos asequibles para la gran mayoría de la población». El temario es muy corto, menos de 15 temas, y solo hay una prueba de acceso, por lo que la media para prepararla es de tres meses, frente al año o los dos años del resto. Además, en los últimos años se han publicado grandes convocatorias; este año, por ejemplo, se han convocado 5.377 plazas… a las que se presentaron, eso sí, entre 100.000 y 200.000 personas.
«Estamos viviendo un cambio en la mentalidad laboral en España. Según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, en los primeros seis meses de 2022 hubo 30.307 trabajadores que dejaron su empleo. Es la cifra más alta jamás vista en España. La pandemia ha hecho que los españoles se replanteen muchos aspectos de su vida, especialmente el trabajo», dice Irene Chía, CEO de CazaTuPlaza. «Tener estabilidad laboral y emocional son factores muy importantes para la sociedad en la actualidad. Por ello, no es de extrañar que cada vez más personas quieran opositar».
En parecidos términos se expresa la última edición del informe sobre las tendencias de talento globales de LinkedIn: «La desaceleración económica y la disminución de la tasa de contratación en España, un 8% menos en septiembre respecto al mismo mes del año anterior, han dado lugar a que los trabajadores se preparen financieramente para una posible recesión económica». Hablando en plata, en todos los sentidos: «Los beneficios salariales se posicionan como la principal prioridad en su puesto de trabajo, seguido del equilibrio entre la vida laboral y personal, la flexibilidad, las oportunidades de desarrollo de sus habilidades profesionales o el impacto de su trabajo y la felicidad en lo que hacen, entre otros».
