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Economía

Las empresas se alejan del 'Perte Chip' porque el Gobierno apenas contempla ayudas directas

Las condiciones conocidas tras la presentación de la adenda al Plan de Recuperación y Resiliencia suponen un freno a la llegada de capital privado

Las empresas se alejan del ‘Perte Chip’ porque el Gobierno apenas contempla ayudas directas

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, en su reunión con el sector de los semiconductores y la microelectrónica. el pasado 25 de noviembre. | Europa Press

El Perte de los semiconductores, llamado a ser el revulsivo de la industria digital y tecnológica y que quiere situar a nuestro país como primer productor europeo de microchips, comienza a perder fuerza entre sus potenciales interesados tras la confirmación del Gobierno de que la práctica totalidad de sus ayudas de los fondos Next Generation se canalizará en forma de préstamos y que, por tanto, deberán ser devueltos al Estado y a la Unión Europea. El Proyecto de adenda al Plan de Recuperación presentado hace dos semanas indica que este proyecto contará con una dotación de 12.250 millones de euros, de los que 10.750 millones -el 88% del total aprobado- serán créditos.

Directivos de grandes tecnológicas con sede en España consultados por THE OBJECTIVE indican que esta situación podría suponer un freno para las inversiones previstas, ya que obliga a que todo el coste de la puesta en marcha de las infraestructuras para producir chips sea asumido por las propias empresas privadas. Estas fuentes indican que cuando se presentó el proyecto en abril del año pasado nunca se habló de préstamos y que en reuniones posteriores siempre se dio por hecho que los 12.250 millones prometidos eran ayudas directas.

Señalan además que no es lo mismo asumir millonarias inversiones con ayudas públicas que complementen el esfuerzo privado que tener que hacerlo en solitario y con préstamos que, si bien tendrán un coste de intereses mínimo y que serán otorgados en favorables condiciones y a largo plazo, tendrán que ser pagados en algún momento. En el caso del Perte Chip se necesitarán grandes inversiones para crear una industria de semiconductores desde cero en un sector en el que montar una fábrica y ponerla en producción puede tardar más de una década.

Sin riesgo para el Gobierno

De esta manera, las empresas consultadas señalan que las condiciones conocidas tras la presentación de la adenda suponen un freno a estas inversiones y ponen en duda sus proyectos para España. En el documento con los detalles de la adenda el Gobierno reconoció que el Perte Chip tiene un gran volumen de préstamos debido a la incertidumbre sobre los proyectos y la forma de financiación.

Es decir, el Ejecutivo prefiere que -a diferencia de otros proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica- el riesgo de la inversión sea asumido en su totalidad por las empresas privadas, algo que contraviene el discurso público del Ejecutivo que en decenas de ocasiones ha destacado la fuerte inversión que los fondos europeos Next Generation significarán para el tejido productivo español.

El Perte Chip tampoco sale bien parado respecto de los otros Perte, ya que es el que -de lejos- tiene la menor dotación de ayudas directas. El Perte de energías renovables, hidrógeno renovable y almacenamiento (Ertha) contará con 10.475 millones, de los que apenas el 19% serán créditos; el Perte del vehículo eléctrico y conectado (VEC) tendrá 4.295 millones y el 33% de préstamos; y el Perte de la descarbonización industrial contará con 3.100 millones, el 48% en créditos.

1.500 millones de ayudas

En el caso del Perte de la digitalización del ciclo del agua contará con 2.790 millones, el 39% en préstamos; el Perte de la economía de los cuidados tendrá 1.808 millones y sin créditos; lo mismo que el Perte de la economía circular con 792 millones, todo en ayudas. El Perte de salud de vanguardia contará con 1.650 millones, el 20% en préstamos; el de la industria agroalimentaria tendrá 1.450 millones y el 55% de créditos; el de la nueva economía de la lengua 1.100 millones y el 36% de créditos; el aeroespacial dispondrá de 923 millones y el 26% de créditos; y el Perte naval contará con 310 millones y un 35% de préstamos.

Con el 88% del montante en créditos, el Perte Chip no solo supera ampliamente a su más cercano perseguidor -el Perte agroalimentario con el 55%- sino que además representa más de la mitad de los 18.656 millones que se han destinado en créditos para todos los Perte presentados. Casi seis de cada diez euros destinados a los préstamos en estos proyectos estratégicos irán a parar a la industria de los semiconductores y, por el contrario, solo el 6,7% de los 22.287 millones de ayudas directas de los Perte irán a los microchips.

De estos 1.500 millones de euros destinados a ayudas directas del Perte Chip en los PGE de 2023 ya se han consignado 450 millones en transferencias para ayudas a empresas, sociedades, entidades públicas, fundaciones y comunidades autónomas, lo que supone que el montante a repartir en futuros proyectos para grandes empresas se queda en 1.005 millones de euros. Los Presupuestos también incluyeron 800 millones en créditos para Semys, la empresa pública de la Sepi que gestiona este macroproyecto.

Escasos avances

El Perte de semiconductores y microelectrónica fue aprobado en Consejo de Ministros el pasado mes de mayo, con el objetivo de lograr la autonomía estratégica en esta industria y «situar a España como un país de referencia en el sector y en el suministro de semiconductores en Europa y en el mundo». En medio de la crisis de suministros por la dependencia de fábricas asiáticas, el proyecto quiere reforzar la capacidad de I+D+i en el sector, instalar plantas de diseño, montar fábricas de producción de microchips y dinamizar la fabricación de productos TIC.

Durante su presentación en abril, el presidente de Gobierno Pedro Sánchez advirtió que «España no va a perder la carrera ante la tecnología más avanzada». El Gobierno, dijo, quiere que España esté «a la vanguardia del progreso industrial y tecnológico». Durante los últimos meses, el propio Sánchez se ha reunido con directivos de Samsung, Cisco, Amazon Web Services o Ericsson para intentar convencerles de que inviertan en este proyecto.

La realidad es que seis meses después de la aprobación del Perte Chip los compromisos de grandes empresas han sido pocos. Cisco anunció que instalará en Barcelona su primer centro de diseño europeo de chips e Intel y el Centro Nacional de Supercomputación – Barcelona Supercomputing Center cerraron un acuerdo para abrir un laboratorio de diseño. El objetivo del Gobierno es que el primer semestre de 2023 se lancen las primeras convocatorias de ayudas, aunque como explicó este diario, se ha retrasado en seis meses el anuncio del inversor en la gran fábrica de semiconductores que quiere construir España.

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