El 1% más rico del planeta ya tiene el doble de dinero que el 99% de personas restante
Un estudio demuestra la diferencia impositiva entre los trabajadores y las grandes fortunas, en detrimento de los primeros, lo que retroalimentar la riqueza en élites
El magnate Bill Gates, con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. | Europa Press.
El 1% de multimillonarios del planeta amasan el doble de riqueza que el 99% restante de personas, según el informe La Ley del Más Rico, de Oxfam Intermon, con ocasión del Foro de Davos, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.
La fortuna de multimillonarios como Bill Gates, que se ha entrevistado en numerosas ocasiones con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, o Elon Musk, grandes magnates que controlan en total el doble de riqueza que el resto de habitantes del planeta, aumenta en 2.700 millones de dólares diarios -unos 2.500 millones de euros- mientras que los salarios de al menos 1.700 millones de personas trabajadoras, más que la población de India, crecen por debajo de lo que sube la inflación.
El profesor del Centro de Estudios Financieros (CEF) Juan Fernando Robles recela -en cierta modo- de estas mediciones de la riqueza. Expresa Robles que «es tendencioso hablar de que los ricos acaparan la riqueza en detrimento de los pobres pues está demostrado que cuando un Estado interviene la riqueza en su conjunto ésta desaparece para todos».
Difícil trasvase a las rentas bajas
Por otra parte, aduce el profesor de Finanzas que las acumulaciones de riqueza se invierten, lo que revierte en una mayor actividad económica. «Hablar de acaparar riqueza o apoderarse de la misma es simplista, puesto que las acumulaciones de riqueza provienen de su creación, no de ser detraídas de la riqueza de otros, salvo que se obtengan por corrupción, por acaparar recursos de forma ilícita o por explotación de trabajadores, lo que no suele ocurrir en los países desarrollados, que son en los que se dan las mayores acumulaciones de riqueza».
Un argumento el de Robles en el que concuerda el presidente de la consultora Freemarket International Consulting, Lorenzo Bernaldo de Quirós, quien sostiene -sobre figuras como los impuestos a grandes fortunas, como el recientemente impulsado por el Gobierno español- no producen una exacción a los ricos que mejore la situación de las rentas más bajas.
En cualquier caso, en plena crisis inflacionaria y de suministros, lo cierto es que -según el informe- en 2022, las empresas energéticas y de alimentación duplicaron con creces sus beneficios, distribuyendo 257.000 millones de dólares -unos 237.000 millones de euros- en dividendos a sus accionistas más poderosos. Todo ello, mientras más de 800 millones de personas del planeta pasaron a padecer hambre.
Deslocalización de fortunas
El economista Javier Santacruz también hace matices a los datos numéricos del informe de desigualdad. Explica Santacruz que en la mayoría de las ocasiones los datos de estos estudios están «viciados» porque no están corregidos ni por paridad de poder de compra ni por efecto de la subida o bajada de los mercados de la vivienda y financieros -bolsa, renta fija. Reclama, en este sentido que se calcule la «inflación del rico», a partir del alza de los mercados financieros durante 2020 y 2021, así como la subida de los precios de la vivienda, que no están corregidas por el volumen de percepción de dividendos, de alquileres y de las ganancias patrimoniales en la venta de activos tanto financieros como reales.
Por otra parte, el informe sobre desigualdad recalca que en apenas ningún país se aplican impuestos sobre sucesiones, como sí se hace en España, y son los países en los que reside la mitad de los multimillonarios del mundo, lo que demuestra que la fiscalidad de la riqueza deslocaliza fortunas.
No obstante, el estudio revela su preocupación por el hambre en el mundo y calcula que un impuesto a la riqueza del 5% a los milmillonarios podría recaudar 1,7 billones de dólares (1,5 billones de euros) propiciando la salida de la pobreza de 2.000 millones de personas, aparte de su salida de la carestía alimentaria.
Diferencia impositiva
Grandes patrimonios multimillonarios, como los del magnate Bill Gates o Elon Musk, entre otros, tributan proporcionalmente mucho menos que un trabajador medio español. Concretamente, el informe revela que Musk -uno de los hombres más ricos del mundo tributó a un tipo impositivo ligeramente superior al 3% entre 2014 y 2018, mientras una agricultora de Uganda -refleja el informe, título de ejemplo- gana 80 dólares al mes, unos 74 euros al cambio- paga en impuestos alrededor del 40% de su facturación.
El informe destaca el problema del endeudamiento; el servicio de la deuda está fuera de control, zanja. Ello está llevando a países enteros al borde de la bancarrota. La diferencia entre personas ricas y pobres se replica entre países y zonas geográficas. Los países más pobres destinan cuatro veces más ingresos al servicio de la deuda que al gasto en salud pública, indica.
Todo ello hace que, a diferencia de España, muchos gobiernos estén considerando drásticos recortes del gasto público. Oxfam ha calculado que tres cuartas partes de los gobiernos tienen previsto recortar el gasto durante los próximos cinco años, por un importe total que podría ascender a 7,8 billones de dólares a nivel mundial.
Acumulación persistente
Destaca el informe el hecho de que, en plena crisis energética, de inflación, de suministros y tras la pandemia, la concentración de riqueza en manos de una minoría de ultra ricos se haya intensificado.
La actual «policrisis» global ha enriquecido aún más a esa reducida élite, indica el estudio. Durante la última década, el 1 % más rico de la humanidad ha acaparado más del 50 % de la nueva riqueza global generada. Pero el análisis de Oxfam a partir de los datos de Credit Suisse muestra que, desde 2020, la ultraconcentración de riqueza por parte de los superricos se ha intensificado.
Porque, según sus estudios, desde entonces, dos tercios de la nueva riqueza generada a nivel global han ido a parar al 1 % más rico, casi seis veces más que la que acaba en manos del 90 % más pobre de la humanidad. Esto supone -en conclusión- que, por cada dólar de nueva riqueza obtenido por una persona perteneciente al 90% más pobre de la humanidad, un milmillonario
se embolsa 1,7 millones de dólares.
