La subida del SMI excede en un 33% a la inflación desde que gobierna Sánchez
Los costes en las pequeñas y medianas empresas encadenan seis trimestres consecutivos subiendo más que las ventas
Las empresas de menor tamaño son las que más se han visto afectadas por el fuerte incremento del Salario Mínimo Interprofesional en los últimos años. Las microempresas y las pequeñas empresas -mayor parte del tejido productivo español, en torno al 98% del total de compañías- son las que proporcionalmente gastan más en personal sobre su facturación y las que tienden a pagar sueldos más bajos, tal y como hemos contado en THE OBJECTIVE.
Además, los costes en este tipo de empresas encadenan seis trimestres consecutivos subiendo más que las ventas, según un indicador elaborado por la Confederación Española de la Pequeña y la Mediana Empresa (Cepyme). Según la patronal de la pyme esto provoca una reducción de los márgenes empresariales, de la liquidez y pérdida de competitividad.
En medio de este panorama, el presidente del Gobierno ha anunciado esta semana una nueva subida del SMI del 8% tras pactarlo con los sindicatos y a espaldas de la patronal. Desde 2018, este indicador salarial ha subido cerca de un 46% mientras que la inflación lo ha hecho un 12,9%. Es decir, la subida del SMI excede en un 33% a la inflación desde que gobierna Sánchez.
Incremento de costes laborales
En este contexto, los empresarios tienen que soportar el encarecimiento de todos los insumos, la inflación, las hipotecas y también un fuerte incremento de los costes laborales. «Muchos pequeños empresarios están al límite, además tienen que hacer frente al pago de los ICO», destacan fuentes empresariales a este diario.
Antes del último incremento, por un salario mínimo (14.000 euros anuales), la empresa pagaba 4.396 euros en impuestos y el trabajador 889 en cotizaciones sociales. Tras el último incremento, la empresa pasa a pagar 4.823 euros y el trabajador 975 euros en cotizaciones sociales, según los cálculos que maneja el entorno empresarial.
Los empresarios pedían el 4%
La subida del 8% aprobada por el Gobierno sitúa el salario mínimo interprofesional en 1.080 euros en este año y se produce tras llegar a un acuerdo con los sindicatos UGT y CCOO, y a espaldas de la CEOE, que decidió este lunes no sumarse a la reunión de Trabajo con los sindicatos.
Desde la patronal no se han mostrado en contra de elevar este indicador salarial pero consideraban que era preferible subirlo de manera gradual teniendo en cuenta la situación económica. «En este momento con la luz, los carburantes y todo tipo de insumos disparados, una subida tan elevada sólo perjudica a la empresa», destacan fuentes empresariales. De hecho, desde la CEOE abogaban por una subida del 4%, hasta los 1.040 euros. Los empresarios recuerdan que no es verdad que se requiera un acuerdo de los agentes sociales para la subida del SMI ya es una competencia exclusiva del Gobierno que sólo debe consultar a los mismos.
El presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) y vicepresidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Lorenzo Amor, ha alertado de que la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) un 8% para 2023 «va a perjudicar la viabilidad de las actividades de los autónomos y las pequeñas empresas».
Desde ATA señalan que la propuesta que hacían los empresarios del 4% ya suponía un esfuerzo enorme para pymes y autónomos que sufren en un contexto complicado y en sectores donde hay más presencia de salarios mínimos. «Es necesario ganar 2.000 euros al mes por empleado para poder asumir un puesto de trabajo en el SMI, si le sumamos cotizaciones», recordaba Amor en una reciente entrevista a El Nuevo Lunes.
Mayor pluriempleo
«Es probablemente el mecanismo más ineficiente y menos efectivo a la hora hora de subir salarios de manera generalizada y te lleva a trocear contratos», asegura el economista Javier Santacruz en declaraciones a este diario. Es decir, a incrementar los contratos por horas tal y como se aprecia en la última EPA.
Además, un incremento del SMI «sin prudencia ni consenso» puede terminar condenando al desempleo a los colectivos que en teoría se pretende proteger con esta medida, explican desde Randstad. Luis Pérez, director de Relaciones Institucionales de la empresa de trabajo temporal destaca que aunque en principio esta medida parece conceder cierta seguridad a los trabajadores, «la realidad es que les está conduciendo en muchos casos al pluriempleo, ya que deben buscar alternativas para compensar las horas no trabajadas y así poder cubrir sus necesidades económicas».