España asume ya su derrota contra Francia: «El H2Med no transportará solo hidrógeno verde»
«Ha sido una pena», sentencian fuentes conocedoras de la actual situación, que reconocen que la ministra lo ha intentado hasta el final
Todo comenzó en la cumbre de diciembre de Alicante. Los presidentes español y francés y el primer ministro de Portugal sellaron un acuerdo histórico: un corredor (H2Med) unirá los tres países para transportar hidrógeno verde. El júbilo era incesante, sobre todo tras el anuncio de Alemania de unirse a las pocas semanas de su lanzamiento. Sin embargo, el mes de febrero ha sido un jarro de agua fría para nuestro país.
Mientras Europa supervisa el plan para decidir si el proyecto merece inversión, Francia logró in extremis incluir, con el beneplácito de la Comisión Europea, que el hidrógeno rosa (producido con la nuclear) pueda ser transportado por el H2Med, sepultando así el objetivo de España de convertir el conducto en un único corredor de hidrógeno verde (creado través de las renovables).
Fuentes expertas y conocedoras de la negociación aseguran a este periódico que la batalla ya está perdida contra los franceses. «El H2Med ya no llevará exclusivamente hidrógeno verde, eso es así. Ese objetivo se acabó. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, hizo lo que pudo en la negociación, pero es muy difícil. Al final, es Francia, que tiene mucho más peso que España en Europa. Es posible que dentro del gasoducto circule hidrógeno verde e hidrógeno rosa, pero eso ya no es lo mismo. Ha sido una pena«, sentencian las fuentes.
La tensión que se ha vivido en la última semana ha sido notoria. Primero, la ministra Ribera, hace escasamente una semana, interpeló a Francia sobre si habían cambiado de opinión con respecto al proyecto y que, de ser así, lo dijeran de forma pública. Una afirmación que recibió contestación por parte del embajador francés en España, Jean-Michel Casa, que criticó su declaración. Desde entonces, las espadas han estado en alto. La ministra niega que el proyecto esté en peligro y desde la empresa encargada de su desarrollo en España, Enagás, dejan claro que el flujo será unidireccional. Por lo que solo se bombeará gas verde hacia Francia.
El debate en torno al color del hidrógeno que se iba a transportar a través del gasoducto ha sido continuo desde el primer momento en el que Moncloa esbozó las primeras líneas del acuerdo. La postura del Gobierno, con la ministra al frente, ha sido siempre la de defender la postura del hidrógeno verde como único vector energético, pero la presión ha sido siempre constante desde el país galo.
El pasado lunes día 13, la Comisión Europea publicó dos actos delegados que permitían allanar el camino para el hidrógeno rosa. Lo consideraban, por lo tanto, un vector también renovable, alineándose con lo votado el pasado verano en el Parlamento Europeo, donde se votó a favor de mantener dentro de las energías calificadas como renovables tanto al gas como a la nuclear.
Desde Europa se despeja la incertidumbre con respecto al gas que transitará y desde España ya se asume que tendrán que convivir ambos gases en el mismo gasoducto. La inversión del proyecto ha ido cambiando desde que se anunció el pasado mes de diciembre y la última estimación, que presentó Enagás, fue de más de 7.000 millones de euros. Ese despliegue monetario sería necesario para poner en marcha la futura red de hidrógeno.
De esta forma, el hidrógeno se ha convertido en la gran solución de los europeos para acabar con su dependencia energética de países como Rusia, pero, al mismo tiempo, ha creado una auténtica batalla geopolítica dentro de la Unión Europea. Sin ir más lejos, hace unas semanas, la secretaria de Estado de Asuntos Económicos y Acción Climática, Franziska Brantner, aseguró que Alemania iba a apostar fuerte por la producción de los electrolizadores (la pieza clave para crear hidrógeno verde) para, más tarde, exportarlo a otros países. Entre estos, se mencionaba principalmente a los territorios miembros de la UE, donde figuraba España.