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El BarMar costará 150 millones más que los dos tubos argelinos juntos a pesar de ser más corto

El Medgaz y Magreb supusieron una inversión de 2.700 millones de euros frente al coste del nuevo tubo, que será de 2.850 millones

El BarMar costará 150 millones más que los dos tubos argelinos juntos a pesar de ser más corto

Construcción de un gasoducto. | Europa Press.

Moncloa anunció hace unos días el coste total que tendrá el hidroducto bautizado como H2Med, aunque conocido de forma popular como BarMar. Una cantidad que, según el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, rondaría los 2.500 millones de euros. Así, si se compara el actual proyecto de tubería con las dos últimas grandes infraestructuras para el transporte de hidrocarburos que se levantaron en nuestro país –Medgaz (2007) y Magreb (1996)-, la cifra arroja ciertas dudas y apunta a un posible sobrecoste.

Si sumamos el coste total de los dos gasoductos que conectan Argelia y Marruecos con las costas andaluzas, observamos que el proyecto H2Med aún sigue siendo 150 millones más elevado. A esta realidad se le une que el número de kilómetros de las tuberías de ambos dos juntos superan de forma holgada la del proyecto presentado la semana pasada en Alicante. En concreto, tienen 907 kilómetros más. Esta realidad ha empujado a los expertos consultados por este periódico a apuntar a la subida de los precios de las materias primas como posible causa de dicho aumento.

El proyecto H2Med se divide en dos tramos. El primero une Celorico da Beira (Portugal) con Zamora (Castilla y León), y el segundo une Barcelona (Cataluña) con la ciudad francesa de Marsella. El primer recorrido tendrá una longitud de 248 kilómetros, mientras que el segundo será de 455 kilómetros. Juntos suman 703 kilómetros. La inversión total por la construcción de ambas tuberías es de 2.850 millones de euros.

El gasoducto Magreb-Europa fue una de las grandes obras del último gobierno de Felipe González. Permitió por primera vez la entrada de gas natural procedente de África. Fue una construcción compleja y también un reto para la época. La inversión aproximada fue de 1.800 millones de euros para construir una tubería de 1.400 kilómetros. En el proceso participaron 12 sociedades de ingeniería y hasta 20 empresas constructoras.

Por otro lado, el gasoducto Medgaz, que recibió dicho nombre porque así se llamó al consorcio de empresas creado para su construcción, invirtió 900 millones de euros. Las obras comenzaron en 2007 y su longitud alcanzó los 210 kilómetros. Y, como en los otros dos proyectos, una parte de la tubería se sumergió bajo el agua del Mediterráneo. Desde su lanzamiento (segundo semestre de 2021) hasta la puesta en marcha (primer semestre de 2009) pasaron ocho años aproximadamente. Un tiempo que es el que estiman desde Moncloa con el BarMar, que prevé tener operativo en 2030.

Aunque el H2Med transportará hidrógeno en lugar de gas natural -es esto último lo que circula hoy tanto en el gasoducto del Medgaz como en el del Magreb-, el coste de la infraestructura no se verá afectado por dicha distribución. La primera intención de Moncloa era que llevase gas, pero su destino será el transporte de hidrógeno. Esta decisión no se varió por un hipotético sobrecoste, sino por la posibilidad de que la UE no financiase el proyecto al no ser «verde» al cien por cien.

Los tres impulsores del proyecto H2Med, Francia, España y Portugal, quisieron subrayar delante de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, la importancia de la financiación europea para sacar adelante el hidroducto. Tanto el presidente francés, Emmanuel Macron, como el presidente Sánchez incidieron durante sus intervenciones en este aspecto. Para ello, entre los tres territorios lanzaron un IPCEI (proyecto europeo de interés común).

Los IPCEI se financian con cargo a los presupuestos nacionales de los estados miembros porque son los encargados de constituirlos. Son los países los que determinan el alcance de los proyectos y eligen las empresas y los proyectos participantes. El papel de la Comisión Europea es de mero apoyo, además de orientar y evaluar los proyectos. Fuentes de la Comisión aseguran que «están cooperando activamente con todos los estados interesados en posibles IPCEI futuras en el ámbito del hidrógeno«. De hecho, el pasado verano, quince estados miembros aprobaron un proyecto de interés común por 5.400 millones de euros para potenciar la cadena de valor de la tecnología del hidrógeno.

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