España se descuelga de la carrera por el hidrógeno verde por la falta de una pieza clave
La clave del hidrógeno verde se llama ‘Stack’ y es el ‘corazón’ del electrolizador, pero España no lo tiene y por eso lo importa directamente de Estados Unidos
El proceso industrial del hidrógeno verde no solo se limita a las placas solares y a los aerogeneradores. Detrás hay una gran cadena de valor que gira en torno al electrolizador, la máquina que permite producir el gas renovable. Esta herramienta necesita un ‘corazón’ que le haga funcionar y esa función la lleva a cabo el ‘Stack’, un conjunto de celdas incrustadas en el interior del electrolizador. Pero España no fabrica, a diferencia de otros países de nuestro entorno, este componente y tiene que importarlo. Lo que debilita hoy a nuestra industria nacional frente al resto de competidores.
Los expertos definen el ‘Stack’ como «el núcleo fundamental de un electrolizador, formado por el conjunto de electrodos (ánodos y cátodos) y electrolitos, intercalados y apilados en una estructura, en la que tiene lugar la reacción electroquímica de división de la molécula (por ejemplo, el agua) en sus elementos fundamentales -en este caso, hidrógeno y oxígeno- mediante el uso de electricidad.
Algunos países, como Alemania, sí lo han desarrollado. En cambio, nuestro país tiene que importarlo de Estados Unidos. Una realidad que deja a la futura industria del hidrógeno verde de España dependiendo de las fábricas de terceros países. El Gobierno sabe de la importancia del electrolizador, y en varias ocasiones ha afirmado la necesidad de aumentar su fabricación. Pero al no tener una producción propia de su pieza fundamental, se desbaratan los ambiciosos planes de Moncloa de lograr una fábrica nacional real de hidrógeno verde.
La carrera industrial por desplegar el hidrógeno verde ha creado una competencia entre los países de Occidente y del resto del mundo por apostar por el que está llamado a ser uno de los vectores energéticos más decisivos a medio plazo. Uno de estos territorios es España. Moncloa ya ha reconocido, tanto en público como en privado, que el gran objetivo es aprovechar nuestro potencial eólico y solar para erigirse como una potencia del hidrógeno en las próximas décadas.
Esta importante desventaja no altera que se potencien otras áreas de la cadena de valor del hidrógeno, como los compresores. A finales de 2021, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitó la fábrica de una empresa pionera en España, Hiperbaric. Una compañía que hace escasos meses anunció un acuerdo con la empresa francesa Lhyfe -llamado a ser uno de los futuros gigantes de producción de hidrógeno verde y renovable- para suministrarle compresores de hidrógeno que usará la francesa en varios proyectos europeos en los próximos años.
Uno de los principales competidores que tiene España en Europa con respecto la fabricación de todo el proceso de hidrógeno verde es Alemania. Hace varias semanas, la secretaria de Estado de Asuntos Económicos y Acción Climática, Franziska Brantner, aseguró durante una breve intervención en un acto en Madrid que Alemania iba a apostar fuerte por la producción de los electrolizadores para, más tarde, exportarlo a otros países, donde se mencionaba sobre todo a los territorios miembros de la UE, entre ellos a España.
Uno de los grandes proyectos industriales de España es el Valle andaluz del Hidrógeno Verde, que pretende impulsar la descarbonización de la industria y del transporte pesado terrestre, aéreo y marítimo. Cepsa es la compañía encargada de lanzarlo. El proyecto busca «reforzar el liderazgo de España en la transición energética y en la garantía de independencia del suministro energético en Europa».
Durante el acto de presentación, participó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que dijo: «Esta inversión va a ayudar a que España logre su objetivo de convertirse en un país exportador de energía, a través del primer corredor europeo de hidrógeno verde entre el Campo de Gibraltar y el puerto holandés de Rotterdam». Por otro lado, el CEO de Cepsa, Maarten Wetselaar, afirmó: «Esta producción a gran escala será una contribución vital para la transición energética y la seguridad de abastecimiento del continente. Producirá energía sostenible en Europa y para Europa».
Hace pocos días, Cepsa y Fertiberia -dos de las compañías que más hidrógeno consumen actualmente en España- alcanzaron un acuerdo para la descarbonización de sus procesos de producción mediante el desarrollo conjunto de una planta de hidrógeno renovable a gran escala en Huelva.