España necesita 9,7 millones de cotizantes extra para pagar las pensiones de los 'boomers'
La población alcanzará en 2050 los 54 millones y el 18% serán extranjeros. La inmigración latinoamericana perderá protagonismo a favor de la subsahariana
El desembarco de la generación del baby boom en el sistema de pensiones, que tendrá lugar de forma progresiva durante las próximas tres décadas, supondrá un espectacular incremento del gasto en prestaciones y obligará, si no hay un repunte inmediato de la natalidad, a una incorporación masiva de inmigrantes al mercado laboral español. El número de pensiones será mucho mayor -cerca de 2,6 millones más- y la cuantía mensual media superará los 2.000 euros. Mientras, la subida de las prestaciones de acuerdo a la inflación, prevista en la reforma de pensiones, hará casi insostenible la factura.
Antes de 2050, año de referencia en el que prácticamente se habrán retirado todos los boomers -cerca de 14 millones de españoles que nacieron entre 1958 y 1977-, habrán sido necesarios numerosos ajustes en el sistema, que de momento han ido llegando de forma muy tímida con la reforma de pensiones capitaneada por el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.
Jubilaciones e inmigración
Con una población española envejecida, será necesario un flujo neto de inmigrantes -entradas menos salidas- de 330.000 desde ahora hasta 2050, frente a los apenas 205.000 que llegaron de media cada año a España entre 1990 y 2019. Los datos, que ha analizado THE OBJECTIVE a partir de varios escenarios posibles, forman parte de las proyecciones elaboradas por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), un organismo dirigió durante cuatro años Escrivá.
La estimación de entradas de inmigrantes realizada por el organismo independiente es mucho mayor que la planteada recientemente por Eurostat. La clave de la diferencia está en que la AIReF prevé que los nuevos inmigrantes tengan edades elevadas, hasta 3,2 años más que los que contempla el organismo estadístico europeo, que espera bastantes más niños y menos personas mayores de 50 entre ellos.
Esta apreciación está recogida en el informe titulado España 1970-2070: Tendencias y proyecciones demográficas con un ojo puesto en las finanzas del sistema de pensiones, elaborado por Ángel de la Fuente, director ejecutivo de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).
En el estudio, De la Fuente apunta también coincidencias entre las conclusiones de los dos organismos, también del Instituto Nacional de Estadística (INE). Así, concuerdan en que, tras la covid, la esperanza de vida continuará aumentando a buen ritmo durante las próximas décadas con los avances en medicina y salud pública.
Además, coinciden en prever que las bajísimas tasas de natalidad actuales comenzarán a recuperarse, acercándose a las de nuestros vecinos europeos, pero sin alcanzar el nivel de reposición de 2,1 hijos por mujer que sería necesario para mantener la población constante en ausencia de flujos migratorios.
Pensiones y mercado de trabajo
Si bien los planteamientos sobre la llegada de inmigrantes son diferentes, las tres proyecciones apuntan hacia una continuación del proceso de envejecimiento que llevaría a duplicar la tasa de dependencia de mayores de aquí a 2050, «poniendo una gran presión sobre nuestro sistema de pensiones y sobre otras partidas importantes de gasto público, como la sanidad y la dependencia«.
Para afrontar la factura millonaria de las pensiones, que se elevará a 14,2% del Producto Interior Bruto (PIB), también será necesaria una recuperación del mercado de trabajo -el objetivo es una tasa de paro del 7%- y de la fecundidad. En 2050 la tasa de dependencia -proporción de población de 67 años o más con respecto a la de 16 a 66 años- rondará el 13%, según apunta la AIReF.
En el escenario central, en el que la edad de jubilación media ronde los 66 años, frente a los 64,8 años actuales, las prestaciones medias alcanzarán los 2.001 euros. Mientras, la población en España se situará en 54 millones, 6,6 millones más que en la actualidad, la mayoría procedente de la inmigración. El porcentaje de extranjeros dentro de tres décadas llegará al 18%, un porcentaje similar al que tiene ahora países como Suecia.
La inmigración que llegue a España en los próximos procederá en mayor proporción del África subsahariana, fundamentalmente de Nigeria y Angola. Latinoamericanos y marroquíes perderán protagonismo.