La reforma europea del mercado energético se aprobará en 2024 pese a la opinión de Ribera
Aunque la ministra de Transición Ecológica, y de forma reciente, el Consejo Europeo hayan pedido rapidez, fuentes financieras lo descartan
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. | Europa Press
Una de las cuestiones a resolver en la futura reforma del mercado energético de la Unión Europea gira en torno a dos aristas: si recibirá luz verde antes de 2023 o durante 2024. En los últimos días, el Gobierno español, a través de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha tratado de que esta se dé antes de que finalice el año. Un objetivo que se vio reforzado con una misiva redactada por los dirigentes del Consejo Europeo que fue encaminada al mismo propósito.
Pero esta aparente victoria del Ejecutivo español choca con lo que apuntan fuentes financieras a las que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. Según estas, que se basan en informaciones que reciben desde Bruselas, la reforma del mercado energético será en 2024, pero no a principios, sino ya entrado el siguiente año. Una situación que las mismas fuentes subrayan, ya que entre mayo y junio de ese año se celebrarán elecciones para el Parlamento Europeo. Unos comicios que, dependiendo de su resultado, podrían tener una repercusión considerable con respecto a la propuesta presentada hace unos días.
Las mismas fuentes financieras relatan que la propuesta española fue descartada por esa rapidez con la que se presentó y también por el intervencionismo que denotó. No obstante, dejan caer que sí se reflejó la esencia o el trasfondo de lo que quiso España cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró su intención de reformar el mercado eléctrico en la Unión Europea.
Las mismas fuentes comentan que el objetivo de la ministra Ribera es que la reforma del mercado energético en Europa se lleve a cabo antes de que finalice el año 2023. La titular de Transición Ecológica en más de una ocasión ha reclamado públicamente que se acometa pronto porque, según sostiene, «un tema tan importante y tan relevante para los inversores como es la reforma del mercado eléctrico no se puede dejar abierto durante tanto tiempo porque genera incertidumbre».
Hace tres días, los dirigentes de los países miembros pidieron al Consejo Europeo y al Parlamento Europeo «que se llegase de forma rápida a un acuerdo sobre todas las propuestas pertinentes para acelerar la transición ecológica e impulsar sin demora los trabajos sobre la propuesta de revisión de la configuración del mercado interior de la electricidad de la UE con vistas a lograr su adopción antes de que termine 2023«.
Según los expertos, los mercados eléctricos de Europa tienen en la actualidad tres principales áreas de mejora: la falta de desarrollo de los mercados a plazo, la falta de retribución a la potencia firme y la necesidad de mayor flexibilidad. De esta forma, los consumidores están más expuestos a la volatilidad de los precios de la electricidad en el mercado y vulnerables a su impacto. Por otro lado, los generadores renovables necesitan contratos de venta de la energía y coberturas a muy largo plazo (unos 10 años) para la reducción del riesgo y para obtener la financiación necesaria. Además, entre los retos de la nueva reforma está que la introducción de enorme capacidad renovable requiere a su vez de disponer de una capacidad firme que cubra la demanda cuando no haya esta producción renovable.
Propuestas de reforma del mercado
La propuesta de reforma del mercado eléctrico de España buscó reducir el mercado spot (es decir, el que fija los precios diarios) y aumentar el peso de un mercado a plazo (a través de contratos de larga duración) donde el Gobierno fijaba el precio a través de los conocidos como contratos por diferencia (una medida de carácter intervencionista donde el Estado fija un precio entre lo que ofrece el generador y lo que demanda el consumidor que no puede excederse. Cuando esto ocurre una de las dos partes devuelve la diferencia).
Por otro lado, la reforma del mercado europeo, que se dio a conocer unas semanas después de que se lanzase la propuesta española, mantuvo la importancia del mercado spot e impulsó los contratos a plazo. Pero sobre estos últimos primaron sobre todo los conocidos como contratos PPA. Es decir, aquellos donde se fija el precio según lo que decida de forma libre el mercado a través del acuerdo que alcance el oferente con el demandante.
